Asediado por los casos que se investigan de corrupción que incluyen coimas y prostitutas, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, renovó este sábado la cúpula del Partido Socialista (PSOE), y anunció que «se expulsará a los militantes» que se vean involucrados en conductas «inapropiadas».
Estas decisiones fueron presentadas en una accidentada reunión del comité federal del PSOE en su sede madrileña de la calle Ferraz, que se inició con retraso por la renuncia de Francisco Salazar, que iba a formar parte de la nueva dirección del partido y debió renunciar antes de asumir justamente por una de esas cuestiones de comportamiento.
Salazar, estrecho colaborador de Sánchez, debió pedir que lo apartaran de la conducción del PSOE luego que el medio digital eldiario.es publicara denuncias de mujeres socialistas acusándolo de «comportamiendos inapropiados de carácter sexual cuando era su jefe».
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Pedro Sánchez: la credibilidad que se deshace como papel mojado
«Están siendo días difíciles para todos, sin duda alguna», admitió Sánchez, tratando de ubicar a todo el PSOE y no solo a su presidencia en medio del escándalo, al tiempo que volvió a pedir «perdón» por haber confiado en funcionarios cercanos acusados de corrupción.
Sin embargo, Sánchez descartó renunciar: «El capitán no se desentiende cuando viene mala mar. Se queda a capear el temporal», afirmó intentando darle un tono marino y no judicial al tormentoso presente socialista, antes de presentar «trece medidas adicionales para prevenir, para combatir y también para castigar la corrupción».
Santos Cerdán preso, un escudero caído
Los cambios en el PSOE se vieron precipitados por el encarcelamiento preventivo el lunes de su ex número tres, Santos Cerdán, por un caso de coimas a cambio de obras públicas que implica también al ex ministro de Transportes, José Luis Ábalos.
Ambos han sido históricamente muy cercanos a Sánchez, no solo en el gobierno, sino también determinantes en el camino de ascenso político del jefe de gobierno. De allí que los opositores lo acusan de que «resulta imposible» de que no conociera los hechos por los que acusan a Cerdán y Abalos respecto a licitaciones y prostitutas.
Lo más dañino para el PSOE fue la publicación de unas grabaciones de conversaciones en las que los presuntos implicados abordan el reparto de coimas por la adjudicación de obras públicas o las cualidades de unas prostitutas.
En respuesta, los socialistas acordaron que «solicitar, aceptar u obtener un acto sexual de una persona a cambio de una remuneración» sea castigado con «la máxima sanción, que es la expulsión del partido», según un comunicado.
«Si pensamos que el cuerpo de una mujer no está en venta, en nuestro partido no puede haber cabida para cualquier comportamiento contrario a ello», justificó Sánchez. Cerdán sera sustituido como número tres en el PSOE por Rebeca Torró, una abogada de 44 años que ha ocupado diversos cargos en el Gobierno regional de Valencia y el central.
En Madrid, cita del PP
Al mismo tiempo, también en Madrid y en un clima muy diferente, de euforia con la crisis socialista, el primer partido de la oposición, el conservador Partido Popular (PP), celebraba un congreso extraordinario.
El congreso reelegirá este sábado por la noche como líder a Alberto Núñez Feijóo, que ha hecho cambios en su entorno para fortalecerse ante lo que percibe como el fin del reinado de Sánchez tras siete años en el poder, como muy tarde en las elecciones de 2027.