La abrupta muerte del “hijo de Orense”, en la ruta, viajando a hacer la VTV de su Renault 19

La abrupta muerte del “hijo de Orense”, en la ruta, viajando a hacer la VTV de su Renault 19


Tomátelo con soda“. La publicidad en el camión de reparto quedó ahí, como una ironía, después de la tragedia. Minutos antes, al Mercedes Benz 710 se le habían desprendido las dos ruedas traseras izquierdas, en medio de un diluvio, mientras Emiliano Vicente (29) manejaba detrás en su inmaculado Renault 19.

El joven tiró el volantazo hacia la izquierda para esquivarlas y fue lo último que hizo en vida, ya que de inmediato recibió el impacto frontal de una Ford Ranger. Dos minutos después una ambulancia pasó por el lugar, como si fuera un ángel, pero él ya no respiraba.

A “Emi” lo llora todo Orense, un balneario encantador de la Costa Atlántica bonaerense, también conocido como Punta Desnudez, “un lugar para descansar, para soñar, para ponerte en contacto con la naturaleza y con vos mismo“, tal como lo definen en la oficina de Turismo local.

La ironía estuvo presente también en el fatal destino del joven, que la mañana del jueves 6 de marzo tenía turno a las 10 para hacer la Verificación Técnica Vehicular (VTV) en Tres Arroyos y estaba viajando para cumplir con el trámite.

El camión de reparto de soda y agua perdió las ruedas izquierdas traseras del dual.

Eran las 9 cuando iba por la ruta provincial 73, a 15 kilómetros de San Francisco de Bellocq, y se topó con la muerte.

El Renault 19 -modelo ’98- era “su joya”, describen a Clarín quienes lo conocían. Se lo había comprado un par de años antes, con 90.000 kilómetros, a un familiar de “Vinco” Carija -hijo de un inmigrante croata que dejó su huella en Orense, con su casa de electricidad frente la plaza-.

El impacto entre la Ranger y el Renault 19 fue fatal para el joven de Orense.El impacto entre la Ranger y el Renault 19 fue fatal para el joven de Orense.

El martes anterior, el odómetro del auto había llegado a los 100.000 kilómetros. Orgulloso, antes de pasar a las seis cifras, “Emi” le mandó una foto a su amigo Tomás Fhurer (48), quien con su esposa, Marina Boullosa (52), lo sentían como a un hijo más.

Roberto Bancur, jefe del cuerpo de bomberos de voluntarios de Claromecó, se dirigió al lugar de la tragedia, entre dos curvas que tienen su nombre local: la curva de Guisasola y el boliche de la curva. Allí ya se encontraban sus colegas de San Francisco de Bellocq.

El odómetro, a punto de cumplir los 100.000 kilómetros en el Renault 19, modelo '98.El odómetro, a punto de cumplir los 100.000 kilómetros en el Renault 19, modelo ’98.

En la Ranger se desplazaban un hombre, su hija y su yerno. Estaban consternados, aunque con golpes menores. En el camión de la firma Ivess iba solo su chofer. Y aquí otra ironía: se llama Emiliano, igual que la víctima. Hace los repartos de soda y agua en la zona, incluso en Orense.

“Estaba shockeado. Hubo que atenderlo”, afirmó Bancur a Clarín. El conductor, devastado, alcanzó a contar: “Sentí que empezó a vibrar y se me salieron las duales“.

Con el jeep y la tabla, antes de entrar al mar a surfear.Con el jeep y la tabla, antes de entrar al mar a surfear.

Las pericias de la Policía Científica determinarán el motivo por el que se desprendieron las gomas del camión, si fue una falla mecánica o una impericia con los bulones.

Quién era la víctima

“Emi” amaba la vida en la naturaleza. Su papá, Ceferino Vicente (52), lleva más de dos décadas poniendo el cuerpo en la Cooperativa Eléctrica. Su mamá, Marina Caraduje (48), es bibliotecaria en el colegio y en la Biblioteca Pública. Su hermano Valentín (24) es guardavidas.

A la víctima le faltaban dos materias para recibirse de Licenciado en Marketing en Mar del Plata. Hasta diciembre había trabajado allí en una carpintería, donde hacían muebles con maderas recicladas, un ADN heredado de su abuelo Carlos Caraduje y su tío abuelo Sergio.

“Emi era un ángel, la persona más buena, siempre con una sonrisa, agradecido de la vida, cauteloso en sus movimientos, en sus proyectos, siempre buscando un consejo, feliz, surfista, pescador, amante de la naturaleza, sano”, resumió Fhurer.

El joven amaba la pesca de mar.El joven amaba la pesca de mar.

Estaba exultante por el éxito del verano con su escuela de surf en Orense.

Marina y Tomás le habían enseñado a domar la tabla, a filetear los pescados que sacaba, a disfrutar al mango los viajes al sur, en los lagos Huechulafquen, Paimún y Moquehue, de la provincia de Neuquén. “¡Qué olita me corrí!“, festejaba tras someter a las olas.

"Emi", con sus amigos Tomás Fhurer y Milagros Lanusse.“Emi”, con sus amigos Tomás Fhurer y Milagros Lanusse.

“Él era pescador de mar, heredado de su papá, que es una persona maravillosa. Era mi compañero, mi amigo, le contagié el fanatismo por la pesca con mosca. Cuidaba el medio ambiente, organizaba limpiezas de playa. Siempre con su mate en mano, repartiendo sonrisas. Una persona sencilla y noble. Con sello del pueblo, de palabra“, resaltó Fhurer.

Emiliano era hincha de Boca, pero no le daba bola al fútbol. Su cancha era el mar. A los 16 años se quedó con el primer puesto de un concurso de pesca en Orense y ganó un importante premio en efectivo, con el cual se compró un cuatriciclo.

A los 16 años ganó un concurso de pesca. Con la plata se compró un cuatri.A los 16 años ganó un concurso de pesca. Con la plata se compró un cuatri.

Jugó al básquet en el club Alumni. Su entrenador y profesor de educación física en sus épocas del secundario, Sebastián Roppel (43), también lo recordó.

“Era zurdo, jugaba de alero o de escolta. Fue parte de una camada tremenda y en 2009 salió campeón de la Copa Ciudad. Era un muy bien pibe. Es una pérdida recontra importante, un garronazo para el pueblo”, apuntó a este diario.

Domando una ola en el mar, una de sus grandes pasiones.Domando una ola en el mar, una de sus grandes pasiones.

Quienes lo conocían ya extrañan su “na, na, na” cuando algo le parecía espectacular. Y una de sus frases de cabecera: “¿Nos tomamos unos mates?“. Y las visitas al médano 40, las IPA, el jeep, las risas.

Su amiga Milagros Lanusse (26) también lo llora. Juntos iban a la playa y escuchaban las canciones de Mac Miller y Jack Johnson, los favoritos de los surferos.

Emiliano, entre unos girasoles, la foto para su amiga "Mili". Emiliano, entre unos girasoles, la foto para su amiga “Mili”.

Mi vida con vos era eso, planes improvisados, disfrutar el día a día y llorar de la risa hasta que nos duela la panza. Nos quedó tanto por vivir, amigo mío. Deseo que tu nueva vida sea caminando a un atardecer eterno. Me quedo con los últimos besos que te di en la frente, no queriéndome despedir jamás. Descansa en paz, Emi. Te voy a amar toda la vida“, posteó.

Y resumió, ante la consulta de Clarín: “Mi corazón está roto. No merecía irse tan joven”. Un sentimiento que se extiende a un balneario que llora la inesperada muerte del hijo de todos, de un “hijo de Orense”.