La oposición avanza con el rechazo a los pliegos de García-Mansilla y Lijo en la Corte Suprema | Unión por la Patria pidió una sesión para el próximo jueves

La oposición avanza con el rechazo a los pliegos de García-Mansilla y Lijo en la Corte Suprema | Unión por la Patria pidió una sesión para el próximo jueves

Tras una reunión de la comisión de Acuerdos del Senado, el peronismo, junto a los legisladores Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri, consiguió las nueve firmas necesarias para habilitar la discusión por la designación de  Manuel García-Mansilla en la Corte Suprema. Envalentonado, Unión por la Patria pidió sesionar el próximo jueves y tratar también el pliego de Ariel Lijo. La Corte diseñada por el Gobierno, esquivando al Congreso, quedó en jaque, y la interna radical, al rojo vivo.

A dos semanas del decreto presidencial que nombró a Lijo y García-Mansilla como jueces de la Corte Suprema, la oposición en el Senado quedó a un paso de bloquear ambos pliegos. El peronismo presentó su dictamen con siete firmas, incluida la de José Mayans, mientras que el radical Martín Lousteau y la larretista Guadalupe Tagliaferri impulsaron el suyo. En conjunto, ambos despachos alcanzan las nueve firmas necesarias para habilitar la discusión en el recinto, que, según adelantó la senadora Anabel Fernández Sagasti, buscarán que se lleve a cabo el próximo jueves a las 12 del mediodía.

La estrategia que planteó el peronismo fue firmar un dictamen a favor, no porque avalen la candidatura de Mansilla, sino porque hacerlo así facilita la obtención de los votos. De esta manera, para que el pliego sea aprobado, se requieren dos tercios de los votos, lo que significa que con 25 votos en contra puede ser rechazado. El peronismo cuenta con 34 votos propios desde la salida de Edgardo Kueider. En cambio, con un dictamen de rechazo, se necesitaría mayoría absoluta, es decir, 37 votos. Según pudo saber este diario, el peronismo prefiere no arriesgarse a buscar apoyos fuera de su espacio.

La misma suerte corre para el juez Lijo, quien ya contaba con las firmas en el Senado. Aunque en este caso la votación podría presentar algunas fugas, también se alcanzarían los 25 votos necesarios para rechazar su pliego. “Si el jueves que viene no nos sentamos y no defendemos la Constitución, no miremos para otro lado, porque vamos a ser cómplices de este atropello”, dijo Fernández Sagasti, y concluyó: “Estamos ante dos personas que aceptaron violar la Constitución”. Para interpelar al resto de los senadores, la mendocina hizo hincapié en la responsabilidad institucional que tienen los senadores de hacer cumplir los pesos y contra pesos de la división de poderes y llamó a “no ser cómplices de esta degradación”.

Las palabras resonaron con fuerza 24 horas después de la brutal represión fuera del Congreso y de la embestida de La Libertad Avanza para frustrar una sesión en Diputados, justo cuando se intentaba regularizar las autoridades de la comisión de Juicio Político. A su turno, José Mayans afirmó que el nombramiento de García-Mansilla es “de nulidad absoluta” y advirtió que el Gobierno deberá empezar de cero con las negociaciones para designar a sus candidatos.

El rechazo a Mansilla, que unió al peronismo con Martín Lousteau y la presidenta de la comisión, Guadalupe Tagliaferri, en una estrategia común, se basa en dos preceptos que todos los firmantes recordaron durante sus intervenciones. Por un lado, la nota que entregaron al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el pasado 26 de noviembre, en la que advertían que rechazarían el pliego de cualquier candidato que aceptara ser designado “en comisión”. Por otro lado, los senadores consideraron grave que Mansilla les mintiera al afirmar que no aceptaría ser nombrado por decreto. “O el juez nos mintió o dijo una verdad que no puede sostener porque tiene una ambición enorme por ser juez de la Corte”, cuestionó Martín Lousteau.

Fractura expuesta radical

La reunión dejó al descubierto la feroz interna que atraviesa el radicalismo. El senador Martín Lousteau apuntó contra sus compañeros correligionarios por no haber dado quórum. “Me da vergüenza que hoy mis compañeros de bloque hayan venido cuando ya había quórum. Y no me voy a callar. Estuvieron especulando con que esta sesión, que corresponde para defender la Constitución, no se hiciera. Y cuando vieron que había quórum, vinieron y se sentaron”, lanzó, visiblemente molesto. “También me da vergüenza que haya radicales que digan que ayer no pasó nada”, en referencia a la represión fuera del Congreso. Sus dardos apuntaban al bonaerense Maximiliano Abad, quien ingresó cuando el debate ya había comenzado.

A su turno, Abad retrucó: “Lo que me llama la atención es que los que acusan a otros de hipócritas son los que critican al kirchnerismo habiendo sido ministros del kirchnerismo”. Luego, se defendió: “Yo no soy hipócrita, trato de decir lo que pienso, actuar en consecuencia, y el tiempo dirá. Ahora, que el presidente de mi partido, a quien reconozco y respeto intelectualmente, acuse innecesariamente a senadores de su espacio, me parece una bajeza fuera de lo común en la política”.

Abad es de los que espera una decisión orgánica de su espacio que resuelva el problema de fondo. Unidad o libertad de acción es el dilema que enfrenta el partido centenario de cara a la sesión que convocó Unión por la Patria para el próximo jueves al mediodía y que lleva la firma de los senadores Silvia Sapag (Neuquén), Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), José Mayans (Formosa), Juliana Di Tullio (Buenos Aires) y Fernando Salino (San Luis).

El Gobierno no se quedará quieto y se espera que mueva sus fichas. Un sector del radicalismo, alineado con La Libertad Avanza, sugirió al oficialismo que retirara los pliegos para evitar una derrota en el recinto. Si esto no ocurre y el Senado finalmente los rechaza, el conflicto de poderes escalará aún más, tensando al máximo los límites institucionales.