Por qué los snacks, las hamburguesas y la pizza congelada pueden afectar la salud mental

Por qué los snacks, las hamburguesas y la pizza congelada pueden afectar la salud mental


El consumo de alimentos ultraprocesados ha aumentado de forma alarmante en todo el mundo y puede producir diversos problemas de salud física, como obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares. En la actualidad, diversas investigaciones también revelan una relación preocupante entre el consumo de estos alimentos y la salud mental.

Los alimentos ultraprocesados son productos industriales que contienen ingredientes poco naturales que los hacen más duraderos y atractivos (conservantes, colorantes, potenciadores del sabor, azúcares añadidos y grasas trans) y que contienen pocos componentes en su estado natural.

Algunos ejemplos son snacks, cereales azucarados, comidas listas para calentar –sopas instantáneas, hamburguesas, pizzas congeladas, salsas envasadas- y productos de panadería industrial, como facturas o pan de molde comercial.

Y conforman una proporción importante de la dieta semanal de muchos individuos, por la escasez de tiempo para cocinar alimentos caseros o por no disponer de un presupuesto suficiente para comprar productos de buena calidad.

Están diseñados para ser atractivos al paladar y generar una respuesta de placer inmediata en el cerebro por la producción de dopamina, lo que puede llevar a su consumo excesivo o a una especie de adicción alimentaria.

Los alimentos ultraprocesados conforman una proporción importante de la dieta semanal de muchos individuos. / Foto Shutterstock

Los efectos perjudiciales se producen por varias vías

Una de las principales es porque ocasionan una silenciosa inflamación generalizada y que también compromete al cerebro. La inflamación crónica ha sido identificada como un factor de riesgo en la generación de enfermedades físicas y de cuadros depresivos, de ansiedad o de otros trastornos anímicos.

Otra es a través del eje intestino-cerebro. La microbiota intestinal, compuesta por billones de microorganismos que habitan en el tracto digestivo, son imprescindibles para la adecuada producción de neurotransmisores como la serotonina y el GABA, claves para la regulación del estado de ánimo.

Los alimentos ultraprocesados, al carecer de fibra y contener aditivos artificiales, alteran la normal flora intestinal y favorecen su desequilibrio impactando negativamente en la salud mental.

A pesar de su alta cantidad de calorías, estos alimentos son pobres en nutrientes esenciales para el cerebro, como los ácidos grasos omega-3, las vitaminas del grupo B y minerales como el zinc y magnesio.

Los alimentos ultraprocesados son pobres en nutrientes. / Foto Shutterstock.Los alimentos ultraprocesados son pobres en nutrientes. / Foto Shutterstock.

La falta de estos nutrientes afecta la producción de neurotransmisores y aumenta la vulnerabilidad para padecer diversos trastornos emocionales.

El consumo de estos productos actúa sobre el sistema de recompensa del cerebro y generan picos de dopamina similares a los observados en las adicciones. A largo plazo, este mecanismo lleva a una disminución de la capacidad del cerebro para experimentar placer de manera natural, lo que se ha vinculado con la anhedonia, un síntoma clave de la depresión.

El consumo de ultraprocesados produce en los adultos un mayor deterioro cognitivo, según una investigación publicada en JAMA Neurology en diciembre de 2022.

En un mundo donde la alimentación moderna está cada vez más dominada por los ultraprocesados, es fundamental tomar conciencia de sus efectos y buscar alternativas más saludables para cuidar la mente y el cuerpo.