¿Tenés una personalidad frágil? Claves para reconocer sus características

¿Tenés una personalidad frágil? Claves para reconocer sus características


Se llama personalidad al conjunto de características únicas de un individuo que definen cómo piensa, siente, se comporta e influye en la manera de interactuar con los demás y de percibir el mundo y que a lo largo de la vida se mantienen relativamente estables.

Cuando dichas particularidades se tornan inflexibles, causan malestar, dificultan la vida diaria y se desvían en forma significativa, padece entonces lo que se llama un Trastorno de Personalidad, el que puede interferir con su bienestar y vínculos personales.

Cuando se traslada un objeto delicado suele colocarse una etiqueta con la palabra “frágil” para advertir que son sensibles a los golpes. Con algunas personas pasa algo parecido: son frágiles y conviene que no reciban ningún golpe, sea real o figurado, ya que se pueden desarmar o romper con facilidad.

Principales características de las personas frágiles

1) Incapacidad para entender y manejar emociones, como la tristeza, la ira, la decepción, con reacciones a menudo muy exageradas.

2) Intensa sensación de agobio ante problemas simples, desacuerdos o cualquier hecho que no era el esperado o deseado.

3) Incapacidad para soportar la frustración.

Las personas frágiles son muy vulnerables a las críticas. / Foto Shutterstock.

4) Sensación de que toda situación lo sobrepasa.

5) Preocupaciones constantes.

6) Ser muy vulnerables a la crítica de terceros junto a una marcada autocrítica negativa.

7) Intentan evitar los conflictos por temor a la confrontación, por lo cual se aíslan.

8) Reaccionan con marcada intensidad a los cambios.

9) Sensación frecuente de vacío.

10) Problemas frecuentes en sus relaciones sociales.

11) Escaso nivel de energía, con apatía y tristeza frecuentes.

Las personas frágiles tienen escaso nivel de energía. / Foto Shutterstock.Las personas frágiles tienen escaso nivel de energía. / Foto Shutterstock.

La capacidad para desarrollar y procesar las experiencias de la vida comprende habilidades intrapsíquicas que se desarrollan desde la primera infancia.

Los niños aprenden a afrontar esas experiencias con el apoyo de adultos comprensivos que les permite incorporar su propia capacidad de comprensión y asimilar sus conocimientos de una manera tolerante y progresiva. Cuando esta matriz se ha desarrollado, las futuras capacidades suelen desarrollarse de manera natural.

Si quienes ejercen la paternidad viven abrumados o preocupados por sus propias necesidades, quizás no puedan disponer de capacidad para demostrar mucha empatía hacia las destrezas de sus hijos.

Aquellos niños que no recibieron esa actitud comprensiva hacia sus aprendizajes por los adultos, es probable que desarrollen de manera inadecuada otras capacidades para afrontar sus futuras vivencias ante diversas situaciones de vida.

Y, más aún, todo aquello que no fue comprendido suele sentirse como irreal o fuera de su control.

Es entonces cuando en lugar de aprender a procesar sus reacciones personales ante diversas situaciones, los niños comienzan a suprimir sus experiencias o a actuar en consecuencia sin comprender sus motivaciones.

Con el tiempo, es probable que estos niños desarrollen una personalidad frágil.

El tratamiento es factible y requiere combinar psicoterapia y psicofármacos, tras una evaluación psiquiátrica o psicológica para adaptar el tratamiento a las necesidades de cada persona.