River volvió a mostrar su falta de gol y de pasión, estiró una marca histórica al empatar con Deportivo Riestra y casi pierde si no fuera por Armani

River volvió a mostrar su falta de gol y de pasión, estiró una marca histórica al empatar con Deportivo Riestra y casi pierde si no fuera por Armani

No hay bronca en el rostro de Marcelo Gallardo, que se mete en los vestuarios con una sonrisa en la boca y regalando saludos al cuerpo técnico y a los suplentes de Deportivo Riestra. Y esa imagen del Muñeco es la postal de la absoluta resignación: River juega decididamente mal y su entrenador lo sabe. Y hay algo peor: no encuentra la fórmula para cambiar el presente. Es verdad que el conjunto de Núñez pierde poco y que casi que no le convierten goles, pero el empate 0-0 dejó más en deuda a la visita de los millones de dólares que al local de la humildad.

Son once los partidos oficiales de River en lo que va de la temporada y en ninguno pudo convertir en el primer tiempo (anotó 8 en los complementos). Existen razones que explican la falencia: el juego poco fluido, la mala fortuna y la falta de determinación. Y son 12 si se suma el último encuentro de 2024, una marca histórica que supera la anterior, los 11 del año 1967. Sí, casi sesenta años atrás.

Del primer aspecto se ha hablado demasiado a lo largo del año: River no termina de arrancar. La buena victoria contra Atlético Tucumán de la fecha pasada se pensó como el punto de partida. Sin embargo, en el Guillermo Laza y ante Deportivo Riestra, los dirigidos por Marcelo Gallardo volvieron a quedar en deuda desde los futbolístico. El Muñeco realizó un pequeño retoque y es inevitable preguntarse el por qué. Es verdad que la movida fue menor y casi imperceptible: dejó de lado el 4-4-2 para apostar por un 4-3-3. Así, Franco Mastantuono se paró bien de extremo derecho, con Facundo Colidio por el sector opuesto, y con Maximiliano Meza de interior izquierdo. El que salió perdiendo con la novedad fue el delantero, que quedó demasiado atrapado por la banda. Encima, a los pocos minutos sintió un pinchazo y salió lesionado.

El juego no fluyó en parte porque la cancha no ayudó con su césped duro. Pero eso no puede servir de excusa para la jerarquía del plantel de River. La sensación que deja el equipo de Núñez es que le falta más determinación para perforar el arco rival. Juega sin pasión. En los pasajes que lo hizo, generó varias situaciones de peligro. Aunque fueron minutos aislados; el resto del tiempo, transitó en la intrascendencia y la pasividad de los pases a los costados, los controles hacia atrás y las pésimas decisiones.

Y lo último es la mala suerte. Porque en los últimos partidos River crea situaciones más allá de no brillar. Son claras, además. En la etapa inicial, Ignacio Arce tapó dos muy buenas, una a Meza y la otra Aliendro. El mismo mediocampista le pifió a la pelota casi adentro del área chica tras un desborde del ingresado Ian Subiabre. Y en la última, Miguel Borja le dio al palo con el arco libre después de gambetear al arquero.

Riestra, por su parte, jugó como juegan los locales contra River: con los dientes apretados y la pierna firme. El local peleó cada una de las jugadas e intentó cortar rápido para no darle continuidad al duelo. Lo logró. Claro que le faltó la parte de atacar: en el primer tiempo no pateó al arco defendido por Franco Armani.

Tal vez Gallardo salió al complemento con la idea de que su equipo no podía jugar peor que en el primer tiempo. Sí creyó eso, el entrenador pifió: River jugó bastante más mal en el segundo tiempo. ¿Hasta cuándo hay tiempo para trabajar y para que se vean los resultados? Se va cumpliendo el tercer mes del año y el equipo no aparece. Y para peor, en los minutos finales el Muñeco sacó a Miguel Borja para poner a Gonzalo Tapia y al chileno lo llenaron de centros, de los cuales no ganó uno. ¿Cuántas pelotas largas fueron para el colombiano? Ninguno. Sí, la confusión fue total.

La buena para la visita sigue siendo el presente de Franco Armani: le atajó una difícil a Pedro Ramírez en el instante final. Un dato: el Pulpo mantuvo el arco en cero en 9 de los 11 partidos de River en la temporada.

El empate final también conviene buscarlo en los números de Riestra de local: lleva un invicto de 17 partidos. Claro que no pudo imponerse en los los últimos 9, en los que apenas anotó 3 goles.

Se fue otro partido para el olvido del River de los millones de dólares y de Marcelo Gallardo; otro juego aburrido y sin pasión. Y todo sucede a semanas del comienzo de la Copa Libertadores, el objetivo del año.