Un juez federal del circuito de Washington ha dictado este sábado el bloqueo temporal del uso de la Ley de Enemigos Extranjeros invocada horas antes por Donald Trump para acelerar las deportaciones de venezolanos. El presidente de Estados Unidos había concretado la amenaza de recurrir a la vetusta norma, que se remonta a 1798, para el que ha convertido en uno de sus principales adversarios: la banda criminal de origen venezolano Tren de Aragua. Designada como organización terrorista por el propio Trump, ahora acusa a la banda criminal de “estar perpetrando, intentando y amenazando con una invasión o incursión depredadora contra el territorio de Estados Unidos”. También afirma que la pandilla opera junto con carteles de drogas supuestamente patrocinados por el Gobierno de Venezuela, lo que tensa aún más las relaciones entre ambos países.
La aplicación de la ley se enfrenta a más litigios en tribunales, como la norma que otorga al presidente poderes extraordinarios para expulsar inmigrantes indocumentados sin audiencias. Está por verse si logra extenderse el veto. En cualquier caso, Trump destaca que, como presidente y comandante en jefe, es su solemne deber proteger a los estadounidenses de “los devastadores efectos” de la supuesta invasión de la pandilla. En la orden ejecutiva se señala que el “Tren de Aragua opera en conjunto con el Cártel de los Soles, la empresa narcoterrorista patrocinada por el régimen de Nicolás Maduro con sede en Venezuela, y comete crímenes brutales, incluidos asesinatos, secuestros, extorsiones y tráfico de personas, drogas y armas”.
Según Washington, el Tren de Aragua está promoviendo la migración ilegal masiva a Estados Unidos para “promover sus objetivos de dañar a los ciudadanos estadounidenses, socavar la seguridad pública y apoyar el objetivo del régimen de Maduro de desestabilizar las naciones democráticas de las Américas”. Esta ley solo se ha aplicado tres veces, siempre en tiempos de guerra y requiere una declaración oficial de guerra desde el Congreso para aplicarse. En la Segunda Guerra Mundial sirvió para enviar a los estadounidenses de origen japonés a campos de prisioneros. Trump la ha resucitado ahora para impulsar su plan de deportaciones masivas de inmigrantes ilegales y multiplicar las expulsiones a la base naval de Guantánamo y otros lugares que disponga su Administración.
Desde los primeros días al mando, Trump ha mostrado los dientes contra los inmigrantes. Eso lo llevó a acordar con Maduro, a través de su enviado especial para Venezuela, Richard Grenell, el envío de aviones para deportar a venezolanos, entre los que Estados Unidos aseguró que estaban incluidos miembros del Tren de Aragua. Solo llegaron tres vuelos en febrero con unos 609 venezolanos. Ante la supuesta paralización de los traslados por parte de Venezuela, Washington decidió revocar la licencia a la petrolera Chevron que sostiene las frágiles finanzas de Maduro. Pero el endurecimiento con el chavismo tuvo un revés esta misma semana, cuando dieron señales de haber retomado el entendimiento. Tanto Grenell como Jorge Rodríguez, jefe del parlamento venezolano y principal operador político del chavismo, anunciaron que retomarían los vuelos de deportación de venezolanos desde el viernes.
En la orden de la Casa Blanca, se señalan vínculos entre el exfuncionario chavista Tareck El Aissami y la pandilla criminal. El Aissami fue gobernador del estado donde el Tren de Aragua tenía su base de operaciones -antes de expandirse por la región- y luego ascendió en el poder hasta convertirse en presidente PDVSA y ministros de Petróleo. Está sancionado por Estados Unidos. El año pasado fue encarcelado por el propio chavismo bajo acusaciones de corrupción en la industria petrolera. El documento de la Casa Blanca señala: “Al igual que El Aissami, Nicolás Maduro, quien afirma actuar como presidente de Venezuela y ejerce control sobre las fuerzas de seguridad y otras autoridades en Venezuela, también mantiene estrechos vínculos con narcoterroristas patrocinados por el régimen. Maduro lidera la empresa patrocinada por el régimen Cártel de los Soles, que coordina y depende del Tren de Aragua y otras organizaciones para llevar a cabo su objetivo de utilizar narcóticos ilegales como arma para inundar a Estados Unidos. En 2020, Maduro y otros miembros del régimen fueron acusados de narcoterrorismo y otros delitos en relación con este complot contra Estados Unidos”.
En las últimas semanas, la líder de la oposición María Corina Machado ha venido advirtiendo en sus declaraciones públicas sobre la relación que asegura tiene Maduro con la pandilla y otras organizaciones criminales. Esto vuelve a tensar la cuerda al aumentar la presión sobre Maduro. Estados Unidos ya había ofrecido recompensa por la captura de Maduro, El Aissami y otros altos funcionarios y a principios de enero, en las últimas horas de Biden en el poder, fue incrementado a 25 millones de dólares el monto.
En concreto, la orden de Trump señala que todos los venezolanos de 14 años o más que sean miembros de Tren de Aragua en Estados Unidos pueden ser detenidos y expulsados “como enemigos extranjeros”. Esta medida de la Administración Trump ha encendido las alarma sobre las implicaciones que puede tener para miles de venezolanos en Estados Unidos, para quienes ya se han revocado beneficios como los TPS. Esta semana, The New York Times reveló el borrador de una medida que estaría preparando el Gobierno de Estados Unidos para imponer otras restricciones de ingreso a ciudadanos de un grupo de nacionalidades entre las que están los venezolanos.