Derrota con premio de consolación para Kilian Jornet en Chianti | Deportes

Derrota con premio de consolación para Kilian Jornet en Chianti | Deportes


El regreso de Kilian Jornet a la ultradistancia en Chianti, pura Toscana italiana, dos años y medio después de coronarse en su último peregrinaje en el Ultra Trail del Mont Blanc (UTMB), terminó en derrota con premio de consolación. En los dos años que lleva apartado de las largas distancias ha visto cómo sus rivales han mejorado de lo lindo: desde la demostración de Jim Walmsley, ganador con mayúsculas de una carrera con 122 kilómetros y más de 5.500 metros de desnivel positivo, a la confirmación de Valentin Bouillard, el ingeniero que sorprendió a propios y extraños ganando el año pasado en Chamonix y del que no se pudo separar hasta el último ataque. El segundo puesto cumple el objetivo del corredor español, es decir, obtener uno de los dos billetes para Western States, el ultra fetiche de EE UU, que asaltará en junio ante su verdugo de hoy. Y lo hizo ante las circunstancias, con problemas físicos, y su reciente paternidad, que puso en tela de juicio su participación hasta esta misma semana.

Que los tres últimos ganadores de UTMB coincidan en una carrera es toda una rareza, pues el coste físico de semejantes distancias limita el calendario a unos pocos dorsales al año. Así es como una carrera de apenas un lustro de historia haya contado en este recorrido inédito por viñedos y castillos centenarios con una repercusión inédita. En lo incierto de un ultra, esa exposición durante horas tanto física como mental, los tres aspirantes estuvieron un paso por encima del resto, una demostración del escalón que ocupan. Y todos salieron felices.

Walmsley ya tenía el billete par Western States, pero se confirmó. Su obsesión por ganar UTMB acabó en migración a Chamonix para entrenar en esas montañas, con un desnivel mucho mayor que los correderos senderos estadounidenses. En ese aspecto, los datos de Chianti le venían al pelo, aunque Jornet reconoció después que era más técnico de lo que esperaba. Los tres fueron de la mano desde la salida, a las cuatro de la mañana, hasta casi el ecuador. Allí hizo su movimiento ganador: exprimió una bajada rápida, plantándose con seis minutos en el avituallamiento de Cantalici (kilómetro 58) a la dupla perseguidora, que esperó una explosión, un desenlace probable años atrás, pero no ahora. Dio una “masterclass”, como reconoció el propio corredor catalán, y bajó de las diez horas: 9h59m48s. Tuvo que esperar casi media hora en meta para hacerse la foto del podio.

Jornet explicó en meta las dos circunstancias por las que vuelve con la tarea hecha: de hecho, tenía un taxi encargado en meta para volver cuanto antes con su tercer hijo. Una vez confirmada la nómina de estrellas, puso en duda su presencia explicando hace semanas que la prioridad sería estar con su familia en el caso de que tuviera que elegir entre el nacimiento de su tercer hijo y la carrera. Su entorno gestionó con privacidad la noticia, que solo salió a la luz a mitad de semana, con su esposa ya en casa. Decidió entonces viajar. Pero tras la carrera explicó que había dormido una media de dos horas diarias para atender a su retoño. El segundo problema fue físico, pues tuvo que lidiar con problemas de rodilla. Aun así, ya con el ticket para Western States en el bolsillo, atacó a Bouillard en el tramo final y terminó segundo (10h207m27s). El francés completó el podio a escaso medio minuto. El siguiente, su compatriota Aubin Ferrari, llegó a 1h16m del ganador.

Tras ganar UTMB en 2022 y e igualar a François D’Haene en cabeza del palmarés de la prueba con cuatro triunfos, Jornet no ha vuelto a por su quinto triunfo, en parte porque ha expresado sus críticas al circuito por entender que fomenta un monopolio en el deporte al extender decenas de carreras pasarela por el mundo, necesarias para obtener el billete y correr en Chamonix. Una de ellas es Chianti. Así que completó su calendario en los dos últimos años con retos personales en Pirineos y Alpes: semanas de rutas con un desnivel brutal conquistando tresmiles y cuatromiles. Con todo, triunfó en sus dos incursiones de trail de 2024 en las dos carreras de media distancia más cotizadas del mundo: su undécima Zegama y su décima Sierre-Zinal, con récord incluido. Este sábado le tocó perder, eso sí, con consuelo; Western States ya será arena de otro costal, ahí será ganar o morir, el espíritu que resume su biografía literaria. Los tres genios que compartieron una mañana por la Toscana volverán a verse a finales de junio en casa de Walmsley.