Cruces y tensiones entre inteligencia artificial y arte en la muestra ‘La piel de la psiquis’

Cruces y tensiones entre inteligencia artificial y arte en la muestra ‘La piel de la psiquis’


Las palabras inaugurales de la curadora Fabiana Barreda revelan alegría y urgencia: “Es un momento donde todos tenemos que volver a reflexionar, tenemos que defender nuevos procesos, desde la vulnerabilidad hasta las superficies del cuerpo, desde la tecnología hasta las comprensiones entre los vínculos que todos los días construimos”.

Barreda es la curadora de La piel de la psiquis. Cuerpo y subjetividad en la era de la inteligencia artificial. Habla con la estela de los 40 años del Centro Cultural Rojas, cumplidos a fines de 2024, aún flameante, pero también haciendo referencia al aquí y ahora: la cercanía geográfica del Congreso, desde hace días, zona neurálgica del devenir de cuerpos y política.

La artista, psicóloga y gestora cultural destaca que en esta muestra –y en este espacio privilegiado, el del Rojas, donde circulan desde jóvenes a adultos mayores– busca homenajear a varias generaciones de artistas que reflexionan directa o indirectamente sobre un nuevo estado social y nuevas formas de subjetividad.

Vista de la salade La Piel de la Psiquis, en el Centro Cultural Rojas. Foto: gentileza CC Rojas.

Consagradas y emergentes

La exhibición propone una selección de obras de artistas, consagradas y emergentes, que son también maestras, gestoras y productoras, a través de puentes generacionales. La piel de la psiquis es también parte de un proyecto más amplio con tres décadas de historia que la propia Barreda coordina entre la Facultad de Psicología de la UBA y el Rojas, generador de reflexión sobre el cruce de arte y procesos de sanación.

En esta edición se suma el dato de la inteligencia artificial o la digitalidad, instalando un nuevo hito en esa historia que se propone revisar las transformaciones corporales, subjetivas y tecnológicas que afectan la construcción de la vida cotidiana.

Carolina Antoniadis - TRibal   2023 200 x150 cm acrilico tinta y laca sobre tela, en La Piel de la Psiquis, en el Centro Cultural Rojas. Foto: gentileza CC Rojas.Carolina Antoniadis – TRibal 2023 200 x150 cm acrilico tinta y laca sobre tela, en La Piel de la Psiquis, en el Centro Cultural Rojas. Foto: gentileza CC Rojas.

“Hemos pasado pandemia, post-pandemia y los cambios han sido muy acelerados –explica Barreda–. Lo que ha permitido el arte es crear puntos de reflexión. Hoy las artistas trabajan, quizás, con Chat GPT para crear un boceto a partir de la inteligencia artificial, pero no es solamente la aplicación de la herramienta, sino por ejemplo cómo estas artistas trabajan la intimidad”.

En el centro del salón destaca el autorretrato de la joven artista Emilia Hendreich, realizado durante la pandemia. La figura gris y la centralidad del ordenador en un ambiente-refugio, atravesado por las luces y sombras puede pensarse casi como un negativo del que se expone a su lado: la escena del arte, en el que proliferan los cuadros y el color, y se ha omitido la figura humana.

Aquel cuerpo en cuarentena dialoga también con los acrílicos de Carolina Antoniadis –encorcetando y embelleciendo a la mujer–, las heroínas futuristas y erotizadas de Ornella Pocetti o las acuarelas desteñidas y los rostros sin rasgos de Francisca Amigo.

Para la curadora se trata también de pensar la materia con la que trabaja el arte y de qué modo los artistas “construyen, reconstruyen y reflexionan la piel más delicada, que es la psiquis”.

Algo que se deduce en los materiales más disímiles: de los bloques de escombros intervenidos por Luisa Lerma, a los textiles bordados de Diana Aisenberg o la fragilidad de la obra en formato mínimo de Mónica Girón.

Vista de la salade La Piel de la Psiquis, en el Centro Cultural Rojas. Foto: gentileza CC Rojas.Vista de la salade La Piel de la Psiquis, en el Centro Cultural Rojas. Foto: gentileza CC Rojas.

“El arte le permite al sujeto autorreflejarse, le permite al sujeto devolverse una nueva identidad. Las formas de los avatares, los algoritmos, los procesos de la intimidad, la expansión de las identidades sexuales, los procedimientos que tienen que ver con los reflejos, con los autorretratos, con cómo nos representamos, qué nos inquieta, qué temores tenemos, cuáles son las nuevas formas de fragilidades. Esa es la materia con la que el arte trabaja”, explica.

Se ve en la irónica naturalidad con la que Naná Schlez incluye en su obra las marcas de agua de los bancos de imágenes, pero también en las fortalezas de Renata Juncadella, amenazadas por rayos, murciélagos y el propio soporte colgante.

Pensamientos sobre el arte

La muestra expone además una serie de vitrinas con libros, folletos y miscelánea de viejas exposiciones que reflexionan sobre los procesos artísticos, teóricos y de “sanación”, de Lacan a Oscar Masotta, de Deleuze a Judith Butler, Catherine David o Paul Preciado, pero también “hay un libro de Mildred Barton, de Liliana Porter, de Rosa Facaro, de Diana Aisenberg, porque las artistas construyen los pensamientos sobre el arte, una nueva forma de ver a la historia del arte”, explica.

Emilia Hendreich Mi habitación 140 x 140 cm, en La Piel de la Psiquis, en el Centro Cultural Rojas. Foto: gentileza CC Rojas.Emilia Hendreich Mi habitación 140 x 140 cm, en La Piel de la Psiquis, en el Centro Cultural Rojas. Foto: gentileza CC Rojas.

Procedimientos, procesos y teoría proponen así un estado de la cuestión que reflexiona sobre las condiciones de producción de las artistas de diferentes grupos de pertenencia, edades, galerías, “tribus”.

A Barreda le interesa subrayar que el de la UBA es un espacio integrador en el que se puede reunir, conjugar, invitar, intersectar artistas y teóricos de diferentes ámbitos. “En un momento de muchísimas catástrofes, esta muestra intenta dar una imagen y un estado diferente para pensar. No ser arrasados por los procesos duros sociales como las guerras, las represiones, las comercializaciones tecnológicas, las ecologías trastocadas”.

La Piel de la psiquis propone así una cartografía que dé un nuevo sentido –uno más justo– para los sujetos y las subjetividades cotidianamente arrasadas. “Nuestro cuerpo, es lo que hay que cuidar, porque la realidad psíquica es la que constituye nuestra cultura”, concluye.

La Piel de la Psiquis, del 14 de marzo al 11 de abril de lunes a sábados de 10 a 20 en el Centro Cultural Rojas (Av Corrientes 2038). Entrada gratuita