Iñaki Alday: “Hay que hacer sitio a los ríos para que se desborden sin causar daños” | Clima y Medio Ambiente

Iñaki Alday: “Hay que hacer sitio a los ríos para que se desborden sin causar daños” | Clima y Medio Ambiente


Las inundaciones y riadas generan un miedo atávico al potencial destructivo del agua. Más, si cabe, tras la dramática dana de Valencia. “Tenemos que entender que las grandes avenidas de agua son parte de la naturaleza y de la salud de nuestros territorios, así que hay que hacer sitio a los ríos para que se desborden sin causar daños” también generan muchos beneficios, así que hay que hacer sitio a los ríos para que se desborden sin causar daños”, explica Iñaki Alday (Zaragoza, 59 años), catedrático y decano de Arquitectura de la Universidad de Tulane de Nueva Orleans, uno de los lugares del mundo a la vanguardia contra las inundaciones, después de quedar arrasada y con miles de muertos tras embate del huracán Katrina en 2005. Su despacho, Aldayjover, ha proyectado parques inundables —que evitan los efectos dañinos para la población— en varias ciudades españolas. Atiende a EL PAÍS por videollamada.

Pregunta. ¿Qué se puede hacer para evitar inundaciones?

Respuesta. Necesitamos un cambio de paradigma y enfrentar el tema de las inundaciones de una forma coherente como país. Deberíamos tener un plan nacional de inundaciones con los criterios y las soluciones a aplicar, y que eso guíe a las confederaciones hidrográficas, autonomías, ayuntamientos… Aprendiendo de otros países.

P. ¿Por ejemplo?

R. En Holanda, donde llevan siglos con inundaciones y pólderes —grandes terrenos ganados al mar mediante diques— aplicaron el proyecto Room for the river [espacio para el agua]. En los noventa tuvieron dos inundaciones muy violentas que les hicieron replantear la estrategia. Hasta entonces se protegían con muros, diques y bombeo, pero vieron que esa era una carrera sin final y que les estaba incrementando el riesgo cada vez más. ‘Como cada vez estamos levantando más el nivel de los diques, tenemos tanta agua que si hay una rotura la catástrofe será enorme’, pensaron. Lo que hicieron fue apartar las protecciones e hicieron más sitio a los ríos.

P. ¿Podría hacerse en España?

R. Tras las inundaciones de Valencia, y las que está habiendo en primavera, nos estamos dando cuenta de que todo el país está en riesgo. El cambio climático significa eventos climáticos cada vez más violentos y desertificación de gran parte del territorio. Tenemos el agua donde no la queremos, inunda casas, calles, fábricas… en lugar de tenerla en los cauces de los ríos, empapando el terreno, recargando el agua del subsuelo. Y lo que estamos haciendo es mandarla rápido al mar para evitar inundaciones, junto con el barro, que es suelo fértil. Esto no funciona.

P. ¿En qué consistiría el cambio de paradigma?

R. Elaborar un Programa Nacional del Agua que defina nuevos criterios y haga sitio a los ríos para que se desborden sin causar daños, y causando los beneficios que los desbordamientos de los ríos generan, que es depositar el barro es fértil en esos sitios de desbordamiento y recargar el nivel freático. Tenemos que retrasar el agua en los sitios donde no nos hace daño. El agua tiene que circular más lenta, incluso no circular, porque la retenemos en las laderas, en los bosques y que no nos llegue a las ciudades.

P. ¿Cómo?

R. El parque del Agua que hicimos en Zaragoza (2008) es un ejemplo de generar espacio para el río a la entrada de la ciudad para acolchar la fuerza de la inundación. Tenemos que hacer sitio al río en trazados alternativos: el parque de Aranzadi de Pamplona (2013), que también diseñamos, genera un camino al río para que cuando va tope de capacidad, en vez de desbordarse, encuentre un canal alternativo, riegue el parque, deje el barro fértil, recargue el acuífero y no inunde las casas. La Bienal de Róterdam de 2004 se llamaba The flood [La inundación] y mostraba cientos de proyectos en todo el mundo, pero entonces solo estaba construido el parque fluvial de Zuera, que diseñamos con una plaza de toros y un parque inundables. Hemos sido pioneros en entender que hay que hacer sitio los ríos. Los ríos y las personas somos compatibles, las inundaciones pueden ocurrir perfectamente en nuestros parques urbanos, pero hay que diseñarlos para que no estropeen el parque, sino que lo mejoren.

P. ¿Habrá más proyectos?

R. En Barcelona se está trabajando en los ríos Besòs y en el Llobregat, y también en algunos lugares del Levante. Nosotros estamos intentando eliminar rieras enterradas. En la zona mediterránea hay muchos ríos secos que solo llevan agua cuando llueve. Durante años hemos considerado que los podemos aprovechar mejor si los entubamos. Con el cambio climático vemos que esos tubos no son suficientes para llevar el agua, y además la mueven con una velocidad y una presión enorme que rompe todo alrededor. Hay que sacarlos y recuperar los cauces mucho más amplios, que hacen que el agua circule más despacio y se infiltre, recargue el nivel freático y genere ecologías. Esto [desentubar las rieras] se está empezando a hacer ya, pero no a la escala y a la velocidad que toca.

P. ¿Hay que canalizar los ríos?

R. No. Tenemos que dejar que los ríos hagan su trabajo: llevar el agua a una velocidad razonable al mar, mientras van recargando de agua el suelo. Cuando vemos agua en un río, hay mucha más cantidad de agua circulando por debajo. Cuando hormigonamos el cauce, el río que va por debajo se debilita y el que va arriba se estresa. Esos ríos canalizados no nos permiten recuperar la salud ecológica ni la de las aguas subterráneas. Y cuando se supera la capacidad del canal, no sabemos dónde mandar el agua, que se desborda con mucha energía y sin control, y nos inundamos catastróficamente. Este es el principal problema con los sistemas duros de canalizar el agua.

P. ¿Cómo se hace para tener llanuras de inundación con la presión urbanística que hay en España?

R. Pasa en todo el mundo: Holanda tiene una densidad de población el doble que la española y enormes terrenos productivos, pero lo han hecho. Tenemos que buscar los terrenos donde compatibilizar unos ríos saludables con cultivos, explotaciones agrarias y ganaderas y espacios públicos de convivencia. ¿Qué hace daño al campo en las inundaciones? Los arrastres de piedras, lavadoras, coches… Podemos diseñar maneras de filtrar esos sólidos y dejar que el agua entre con el barro que fertiliza. Hay eliminar la idea de que una inundación es una catástrofe: es un efecto natural de los sistemas de los ríos.

El parque inundable de Zuera (Zaragoza), obra de Aldayjover.

P. ¿Habrá más?

R. En España estamos trabajando en la riera de Sant Just, en Barcelona, y hemos estado haciendo propuestas para Burgos, Valencia, y otras ciudades. En el mundo han construido muchos parques inundables en China, y hay uno importante en Tailandia: Bangkok, una ciudad muy densa, ha generado un parque gigante en el centro que les maneja las inundaciones urbanas como una esponja.

El parque de Aranzadi de Pamplona, diseñado por Aldayjover, durante una crecida del río Arga, en 2015.

P. ¿Los parques metropolitanos son una oportunidad para hacer llanuras inundables?

R. Sí. Cada vez que proyectan bosques metropolitanos tenemos que hacerlo pensando en cómo vamos a manejar el recurso principal, que es el agua de lluvia, de ríos o canales. Madrid está proyectando un Bosque Metropolitano para generar un cinturón verde y nosotros hemos proyectado el tramo sur —el lote 4—, el más complicado. La idea es captar el agua y usarla, ponerla a trabajar en el paisaje y hacer que esa zona árida del sur de Madrid se convierta en un bosque y hacer una verdadera transformación ecológica de la metrópolis.

P. ¿Cómo se va a hacer?

R. Una de las principales zonas es la recuperación del arroyo de la Gavia, que suele ir seco, y todo el paisaje es del entorno, donde están Mercamadrid y enormes vertederos. Ha sido un patio trasero y lo tenemos que convertir en una puerta delantera de la ciudad y ser un magnífico parque metropolitano al nivel de la Casa de Campo. En lugar de ser una serie de descampados maltratados, a los que hemos estropeado el sistema de agua y de ecología natural. Otra zona es el propio río Manzanares, para el que hemos planeado su restauración ambiental y social, incluyendo sus desbordamientos y la integración de los aliviaderos de agua de tormentas como nuevos manantiales que alimentan el cauce del río.

Recreación de la futura zona del Bosque Metropolitano de Madrid que diseña el estudio Aldayjover, imagen cedida por el estudio.

P. ¿Cuál debe ser el papel de los tanques de tormentas, esos depósitos subterráneos que retienen agua de lluvia?

R. Son una de las maneras de minimizar los riesgos de inundación. Y está bien hacerlos, pero tienen una capacidad limitada y cuestan mucho dinero. Es más importante que tengamos buenas llanuras de inundación. Estos espacios del futuro parque madrileño se podrán inundar. ¿Y qué pasará? Que durante unos días la gente no va a poder pisarlos, pero cuando se hayan secado volverán a ser espacio público. Las soluciones basadas en la naturaleza nos permiten entender cómo funcionan la naturaleza y los ríos, el papel de los árboles y vegetación de los ríos, que no solo limpian el agua, sino que también son ecológicas.

P. ¿Cómo se pueden evitar nuevas inundaciones en Valencia?

R. Tenemos que mirar que se inunde sin hacer daño. Sabemos que va a caer más lluvia, más fuerte, más violentamente. Volverá a ocurrir, no sabemos cuándo. El tema es que no sea una catástrofe. En Nueva Orleans, el huracán Katrina causó miles de muertos en 2005; hace poco tuvimos otro —Ida— y el mayor problema fue que nos quedamos sin internet. La diferencia es que la ciudad se preparó. En España va a seguir habiendo tormentas, pero tenemos que prepararnos y hacer sitio al agua donde nos conviene.

P. ¿Habría que derribar casas construidas en terrenos inundables?

R. Esta es una cuestión extremadamente compleja. Todos queremos minimizar los riesgos, pero el lugar donde vivimos es parte de nuestra identidad. Tenemos dos retos: minimizar el cambio climático y adaptarnos, es decir, crear espacios inundables, asegurar que aprovechamos el agua directamente o almacenándola en el subsuelo, e incluso adaptando nuestros edificios y casas para que las inundaciones no los dañen. La plaza de toros de Zuera se inunda y se drena sin deterioro. El Teatro Arbole en el Parque del Agua cierra compuertas y funciona como un barco anclado cuando el Ebro se desborda. El Centro de Interpretación de la Agricultura de Pamplona deja pasar el agua por debajo y, si el nivel sube de forma aún más excepcional, solo necesitaría limpieza sin que materiales, sistemas eléctricos o conductos.