En los últimos dos meses, el Gobierno de Claudia Sheinbaum ha desplegado 10.000 agentes de la Guardia Nacional en la frontera con Estados Unidos, ha entregado a 29 capos del narcotráfico, ha permitido un aumento de la presencia militar de su vecino en su espacio aéreo y ha hecho algunos de los decomisos de fentanilo más grandes de su historia. Sin embargo, este viernes, la secretaria de Seguridad de Donald Trump, Kristi Noem, se ha reunido en México con la presidenta y su equipo durante más de una hora y después ha escrito en X: “Todavía hay mucho trabajo por hacer”.
La exgobernadora de Dakota del Sur es una de las operadoras de mayor confianza del presidente estadounidense y ha sido la primera visita de alto perfil de la nueva Administración a México. Sheinbaum había anunciado esta mañana que esperaba una “reunión cordial de coordinación”: “Vamos a platicar de seguridad y a ella le interesa también el tema de migración”. La mandataria negó que fuera un encuentro para hablar de los aranceles, aunque haya tenido lugar a solo unos días del 2 de abril, cuando está previsto que estas imposiciones entren en vigor de nuevo, y poco después del anuncio de Trump de imponer gravámenes a los coches fabricados fuera de Estados Unidos.
Las dos políticas se han encontrado esta tarde en un salón de Palacio Nacional, donde se han tomado una foto amistosa entre las banderas de los dos países. Cada una iba a acompañada de su equipo. En el lado mexicano de la mesa, el canciller Juan Ramón de la Fuente, la secretaría de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y el zar de Seguridad, Omar García Harfuch. Completaban la guardia mexicana el jefe de la Unidad para América del Norte de la Secretaría de Exteriores, Roberto Velasco, el actual comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, y su sucesor designado, Sergio Salomón. Después de permitir durante un minuto la toma de fotografías, las puertas de la sala se han cerrado para la reunión privada.
Noem ha sido la primera en publicar su impresión de la visita: “Hoy me encontré con Claudia Sheinbaum para debatir sobre el papel de México en la seguridad de la frontera con Estados Unidos. El despliegue de las tropas de la Guardia Nacional a la frontera y la aceptación de los vuelos de deportación es un paso positivo, pero todavía hay mucho trabajo por hacer para detener el flujo de drogas y de inmigrantes ilegales hacia nuestro país”. “Nuestra alianza ayudará a América y a Centroamérica a ser una región segura de nuevo”, ha escrito la funcionaria estadounidense en la red social de Elon Musk. Casi una hora después ha salido la presidenta mexicana, quien ha definido el encuentro como “una provechosa reunión para beneficio de México y Estados Unidos”: “Nuestros países mantienen buena relación en el marco de respeto a las soberanías”.
La Secretaría de Exteriores de México ha afirmado en un comunicado que en el encuentro Sheinbaum ha destacado las aportaciones de los más de 12 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos y que, por su parte, Kristi Noem “reafirmó que Estados Unidos respeta la soberanía de México”. Además, después del acuerdo, el canciller y la secretaria de Seguridad ratificaron un “memorándum de entendimiento” entre las agencias aduanales de ambos países.
La mano dura de la región
“Welcome to Mexico”, han sido las primeras palabras de Juan Ramón de la Fuente para recibir a Kristi Noem en una de las pistas de aterrizaje del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). “Muchas gracias, espero con ganas esta visita”, ha contestado una de las figuras claves del Gobierno de Trump, quien apuntaba para ser vicepresidenta pero descarriló tras relatar en uno de sus libros que había matado de un disparo a su perra por “desobediente”. Ella, traje azul, pelo impecable y taconazos; él, anteojos oscuros, traje y corbata; los dos sonrientes en un afectuoso apretón de manos. Detrás quedaban los aranceles, el fentanilo, los migrantes y las amenazas.
Noem ha llegado a México este viernes después de visitar El Salvador y Colombia, en una gira pensada para afianzar la política de mano dura que Trump quiere para la región. Con el equipo de Nayib Bukele recorrió el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la megacárcel a la que el Gobierno republicano ha enviado a más de 200 venezolanos, algunos sin antecedentes criminales. “Si no se van, los vamos a cazar, arrestar y podrían terminar en esta cárcel salvadoreña”, se leía en el video que la secretaria de Seguridad grabó frente a las celdas, en una prisión señalada por torturas y violaciones a los derechos humanos. La reunión en Bogotá sirvió para destensar el ambiente después de la rencilla tuitera de Gustavo Petro con Trump, pero el foco de Noem era el mismo: “Vamos a ayudar al pueblo colombiano a detectar e impedir que delincuentes y terroristas intenten cruzar sus fronteras”.
La secretaria de Seguridad ha sido uno de los rostros claves en la política antimigración de Trump. Ha encabezado redadas en Nueva York, una de las ciudades santuario, donde dijo estar “sacando la basura de las calles”, y ha protagonizado videos oficiales en los que insiste: “Si entras a nuestro país y violas las reglas, te vamos a cazar: los criminales no son bienvenidos”. En las últimas semanas, Noem ha aparecido en varias entrevistas presumiendo que las detenciones en la frontera se han reducido a “mínimos históricos”. Este febrero se registraron 11.700 arrestos frente a las 190.000 del mismo mes en 2024, un desplome del 94%.
Desde que ratificó su cargo en el Senado, Noem ha presentado la frontera como “la principal amenaza a la seguridad nacional”. Cuando se anunció el refuerzo de tropas al límite de Texas con México, la republicana lo consideró necesario “porque la frontera es una zona de guerra”: “Estados Unidos está en un tiempo de invasión”. “Los 50 estados tienen un enemigo común: los cárteles mexicanos de drogas que están librando una guerra contra nuestra nación”, añadió la secretaria de Seguridad. Noem está dentro del ala más dura del trumpismo, esa facción del Gobierno que llegó a discutir en Mar-a-Lago “cuánto” se debería invadir México y a la cual Sheinbaum dirige los mensajes cada vez que insiste en que “la soberanía no es negociable”. “Hay coordinación y colaboración, pero nunca subordinación, nunca invasión”, repite con frecuencia la presidenta.
Sheinbaum ha tratado de elegir con cuidado las palabras sobre esta reunión. La presidenta ha negado que México tuviera que presentarle un informe a Noem y, para evitar la sensación de jerarquía, ha dicho este viernes que se trata de “compartir”: “Vamos a platicar con ella lo que representa para nosotros toda la política y estrategia de seguridad de nuestro país, entonces se le va a informar de los cuatro ejes… más que informar, a compartir con ella lo que se está haciendo”.