La Ciudad de Buenos Aires será el primer escenario de una batalla entre Javier Milei y Mauricio Macri por el control de un electorado en donde parece que solo puede quedar uno. Ya sin la fachada de que podrían llegar a un acuerdo, ambos espacios están decididos a vencer a como de lugar. Para el jefe de Gobierno, Jorge Macri, que desdobló la elección, es crucial garantizarse un bloque oficialista más nutrido que el actual (que sufrió una doble poda por vía larretista y bullrichista). Para Karina Milei, es indispensable conseguir la victoria simbólica sobre el PRO en su propio distrito para marcar el ritmo de este año, donde espera que se de un reemplazo del PRO por LLA en todo el país. El plan es mostrar el 18 de mayo que el tiempo del PRO terminó. Pero, se sabe, todos los planes pueden fallar. Hasta ahora, el gran beneficiario de esta dispersión del voto de derecha parece ser Leandro Santoro, de Es Ahora Buenos Aires.
Sin milanesas
Antes de que empezara el fin de semana, Mauricio Macri se sacó las ganas de decir unas cuantas cosas sobre la ausencia de acuerdo con Milei que incluso algunos de los propios le vienen facturando hace tiempo. Primero, dejó en claro que Milei cortó las reuniones que tenían con un plato preferido de por medio: “Hace rato que no hay milanesas”, graficó Macri. Y se sinceró sobre cómo fue la mecánica de trabajo: “El trabajar juntos nunca existió. Lo único que pasó es que tuvimos que
rescatarlos cada vez que estuvieron al borde del abismo para que el
país no se vaya al demonio”. En particular, en la Ciudad advirtió que “ni siquiera nos llamaron una vez a una reunión. La verdad que el
“todo o nada” se redujo a la provincia de Buenos Aires y tampoco hubo
ninguna conversación. Fue una foto”.
Esto es parte de un mantra que el PRO repetirá una y otra vez en el inicio de la campaña porteña: si no hubo acuerdo, es por culpa de Karina Milei. Y aún más: le están haciendo el juego al kirchnerismo. Si el kirchnerismo gana en la Ciudad, es porque los Milei dividieron el voto. Y otras variantes de la misma idea.
Defender el bastión
Jorge Macri se dio cuenta muy temprano que no iba a haber ningún acuerdo. El jefe de Gobierno observaba como los bloques de LLA no correspondían la actitud del PRO en el Congreso nacional, sino que se iban poniendo cada vez más beligerantes contra su gestión. Pilar Ramirez, la elegida por Karina Milei para conducir el bloque luego de correrlo a Ramiro Marra, cada vez lo dejaba más en claro en su discurso público. Pero hubo un non plus ultra, un punto de giro después del cual Jorge Macri activó rápidamente el plan de desdoblamiento: fue cuando La Libertad Avanza votó en contra del Presupuesto y el Código Urbanistico (solo hubo presupuesto porque Marra sí negoció).
Allí quedó confirmado, para los Macri, que Karina Milei buscaba sangre. Después de eso, Jorge Macri anunció la elección desdoblada, logró suspender las PASO y -por si quedaban dudas- adelantó aún más la fecha de las elecciones, hasta dejarlas en mayo, lo más lejos posible de las elecciones nacionales, para evitar cualquier intento de traccionar votos de una eventual candidatura con apellido Milei.
Con una lista definida con figuras taquilleras del PRO, su objetivo no parece ser tanto ganar como ganarle a LLA. En verdad, las necesidades son dos. La primera es simbólica: ganarle a los candidatos de Milei para demostrar que no es tan fácil robarle el electorado al PRO y picar en punta para las elecciones de octubre.
La segunda es bien práctica: recuperar gobernabilidad con un bloque de legisladores más robusto. Hoy el bloque fue podado por la salida de los legisladores de Patricia Bullrich, que se fueron a las listas de LLA, y los de Horacio Rodríguez Larreta, que van a formar rancho aparte. En total, le quedan siete propios, sobre 60 legisladores.
Si le va mal, será una doble derrota: tendrá problemas con una legislatura con mayorías de peronistas, por un lado, y libertarianos por el otro, que le pueden hacer más de una maniobra de pinzas. Y por otro lado, el PRO quedará debilitado hacia las nacionales.
Enterrarlos en su tierra
Karina Milei no tiene objetivos menos ambiciosos: su idea de máxima es enterrar al PRO en su propio distrito. Tal vez por eso nunca hubo reales chances de un acuerdo en la Ciudad, pese a las veces que el presidente Milei dijo lo contrario. Siempre el plan fue ir por el reemplazo de la opción de derecha ante su electorado, robarles los dirigentes que les pudieran robar y dar por terminada la experiencia del PRO.
Por eso, buscaron la figura que más conocida fuera para la población: el vocero Manuel Adorni, a quien desde la Coalición Cívica ya le están pidiendo que renuncie para la campaña. El PRO no hizo demasiados comentarios sobre el adversario elegido, pero hay quienes se alegraron. Para los macristas, la elección de Adorni traspira desesperación. Habrá que ver cuanto realmente arrastra el vocero por fuera de la sala de prensa.
Si le va mal, Karina Milei habrá jugado fuerte y perdido contra el PRO. Y en líneas generales eso podría romper el aura de aceptación con la que viene jugando el Gobierno, encuestas mediante. Habrá que ver si eso cambia la actitud hacia una eventual alianza en la provincia de Buenos Aires, que por ahora Macri pone en duda.
Las piedras en el zapato
Cada espacio tiene una piedra en su zapato. La de La Libertad Avanza fue autogenerada y se llama Ramiro Marra. Karina Milei orquestó primero su corrimiento como jefe de bloque y finalmente su expulsión del espacio. Pese a que Marra dice seguir siendo fiel al presidente, presentó una lista propia con el sello de la UCeDé en la elección en la que más podía complicar a sus ex aliados. Lo hizo un spot donde prometió mano dura para los trapitos y las personas en situación de calle, en un intento de correr por derecha al candidato de LLA.
Habrá que ver cuántos votos saca, pero hay una certeza: cada voto que saque, lo pierde Adorni. Si -para dar un ejemplo- ocurre como en una encuesta reciente de CEOP para Página/12 y Marra obtiene un 6 por ciento, serán seis puntos menos para la lista de Adorni. Hay una segunda subsidiaria de este discurso, que es la lista de Yamil Santoro. Aunque su desempeño termine siendo menor que el de Marra, son votos que pierde Adorni en una batalla crucial para los Milei.
Pero el PRO tiene también otra importante piedra, y se llama Larreta. El ex jefe de Gobierno también se lanzó donde más molestaba y el viernes presentó a sus compañeros de fórmula más taquilleros: la actual senadora Guadalupe Tagliaferri y Emmanuel Ferrario, quien fue vicepresidente primero de la Legislatura durante su mandato. Hay distintas lecturas sobre a quién le comerá votos Larreta, pero está claro que el grueso vendrán del PRO, por eso el enojo en Parque Patricios con el ex jefe de Gobierno, al que le dijeron de “traidor” para arriba. Larreta busca posicionar su nombre sin aliados, en un plan para volver a gobernar la Ciudad en 2027.
Sin aliarse con él, van a competir otras dos expresiones de lo que fue Juntos por el Cambio: los radicales, que eligieron a una dirigente universitaria, Lula Levy, para que de la pelea en nombre de Evolución, de Martín Lousteau. Y la Coalición Cívica, que lleva a Paula Oliveto, del círculo cercano de Carrió. Ninguno de los dos eligieron jugar en esta elección a sus principales figuras y puede que lo paguen con una performance baja, sobre todo si se polariza la elección entre dos fuerzas de derecha que se disputan electorado.