Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta comenzaron a escribir una nueva historia en la zaga de desavenencias. El exjefe de gobierno y ahora candidato a legislador por fuera del PRU le bajó el precio a la autoridad del expresidente de Boca y le enrostró haber perdido frente al peronismo en 2019 y no haber sido reelecto al frente de la Casa Rosada.
“Pensar que uno puede estar afectado por perder una elección… Él perdió con Alberto Fernández, el peor presidente de la historia Argentina”, lanzó Rodríguez Larreta en alusión a Macri.
La expresión fue la respuesta a un comentario con desdén arrojado por Macri, quien el lunes sostuvo que Larreta “no quedó bien” después de haber perdido la interna presidencial del PRO en 2023, frente a Patricia Bullrich.
El disparo del exjefe de gobierno y ahora candidato a legislador por el ignoto Volvamos Buenos Aires dio de rebote en Alberto Fernández, a quien tildarlo como “el peor de la historia”, sería como pecar por desconocimiento de la historia o bien falsear la historia adrede para desquitarse.
Pero más allá del perdigonazo a Fernández, en el centro del blanco estaba Mauricio Macri, el hombre de quien Rodríguez Larreta fue compañero de fórmula en dos gestiones porteñas y a quien debió obediencia por ser presidente y fundador del PRO.
“Me duelen las agresiones, después de trabajar tantos años juntos tener que escuchar estas agresiones me duele mucho”, reconoció.
Macri también había sido duro: dijo que la postulación de Larreta para las próximas elecciones porteñas era “funcional al kirchnerismo” y lo acusó “tomar decisiones equivocadas” porque “no pudo superar” la derrota frente a Bullrich.
Larreta no esperó para salirle al cruce. Primero la desautorizó: “Esta interpretación donde lo escucho a Macri, que pareciera un psicólogo, creí que era un ingeniero, se pone a agredir interpretando psicológicamente”, dijo y le enrostró “no ayudarlo en la presidencial (de 2023) y apoyar a Bullrich”.
“Trabajé 20 años con él, tomó esa decisión, lo respeto, no salí a agredirlo, a mandarlo a un psicólogo, como él hizo ahora conmigo”, refunfuñó.
Luego se la agarró con el primo de Mauricio y jefe de gobierno porteño, Jorge Macri. “Lo único funcional es que el gobierno porteño no funciona bien”, dijo y volvió a su slogan de que en la ciudad “hay olor a pis”.
“Lo simbolicé con el olor a pis pero es más que eso. Es la suciedad, la basura que no se recoge, la gente llama y no la atienden, la inseguridad”, expresó y le pidió a Mauricio y a Jorge Macri que, en lugar de agredirlo, “trabajen para que vuelva a relucir Buenos Aires”.