una bomba de tiempo que nadie sabe para dónde puede explotar

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Andrey Rublev no comenzó bien su temporada 2025. En los primeros tres meses del año, el ruso no dejó de cosechar desilusiones dentro de la cancha, con la excepción de su paso por Doha, donde levantó su 17° trofeo. De las nueve victorias que suma este año, cinco llegaron en el torneo qatarí y en los otros siete certámenes que disputó nunca pudo hilvanar más de dos triunfos. Tan conocido por su talento y su simpatía como por sus ataques de ira dentro de la cancha, el número 9 del mundo viene buscando desde hace bastante la fórmula para controlar su temperamento y darle consistencia y, sobre todo, regularidad a su tenis. Y con ese objetivo apostó por una adición especial a su equipo, que podría funcionar muy bien pero, para muchos, también podría terminar en desastre.

El moscovita de 27 años anunció hace algunos días que Marat Safin, famoso por su enorme calidad como jugador y también por su fuerte carácter, se sumaría a su grupo de trabajo en calidad de “asesor”. La nueva sociedad, potencialmente explosiva, debutará esta semana en el Masters 1000 de Montecarlo, la primera cita importante de la gira europea de polvo de ladrillo. Y en la previa de su partido de segunda ronda ante el francés Gael Monfils, Rublev contó por qué eligió al ex número uno y ganador de dos Grand Slams para intentar darle una vuelta de tuerca a su carrera.

Fueron mis sentimientos. No hubo lógica ni explicación“, se sinceró en una charla con el sitio Tennis Channel. “En el fondo, siempre quise trabajar con él, pero sabía que no le interesaba. Y nunca quise meterle presión, porque Marat me importa mucho. Pero después me enteré de que está dispuesto a trabajar en el tenis o algo así. Y pensé ‘Incluso si no termina siendo conmigo, tengo que preguntar. No pierdo nada con preguntar’. Así que mi agente le preguntó, estuvimos hablando y de a poco se dio. Y ya llevamos un par de días trabajando juntos”.

Aunque para muchos la relación entre Rublev y Safin es una novedad; los dos rusos se conocen desde hace mucho tiempo.

“Marat es alguien que me inspira desde que era niño. Él me conoce desde que yo era muy chico y cuando empecé a jugar un mejor tenis, nos empezamos a conocer más. Me di cuenta que es un tipo muy agradable y que en su momento luchó con sus propios problemas pero los pudo superar”, recordó Andrey, campeón en el Principado en 2023 y finalista en 2021.

“Creo que puede ayudarme, pero no puedo decir específicamente cómo porque sólo hemos empezado a trabajar hace unos tres días. Veremos después de un par de meses”, agregó.

¿Qué rol jugará Safin dentro del equipo? No será el entrenador principal de Rublev. Ese trabajo seguirá siendo de Fernando Vicente, con quien trabaja desde 2017 y es uno de los grandes responsables de la llegada del moscovita al top 10 y de su crecimiento tenístico y personal.

Marat será una especie de consejero, no solo en cuestiones tenísticas. El campeón del US Open 2000 y del Australian Open 2005 fue un jugador temperamental que muchas veces dejaba que sus sentimientos lo dominaran en la cancha. Era normal verlo romper raquetas -algunos dicen que destrozó más de mil, otros que fueron “apenas” unas 700-, perder la cabeza o tener actitudes polémicas, como la vez que jugó borracho una final en Melbourne.

Rublev también es un tenista muy emocional. Cuando las cosas no le salen durante sus partidos, suele discutir con los jueces, gritar y culparse a sí mismo, romper raquetas y hasta quebrarse en pleno partido, algo que según dijo Vicente hace algunos años refleja la “rabia y la impotencia que siente por dentro”.

Un joven Rublev junto a Safin en 2016. “Él me conoce desde que era muy chico”, dijo Andrey. Foto Instagran @andreyrublev

Safin, entonces, podría no solo aportar con su experiencia y su conocimiento tenístico, sino también empatizar con su joven compatriota y ayudarlo a controlar su carácter y a dejar de lado esa negatividad que se transformó casi en una marca registrada para el nueve del mundo. Algo que ya hizo en el pasado.

Es que Rublev contó hace unos meses que las charlas con Marat fueron fundamentales para salir del pozo en el que había caído en los últimos años, en los sufrió problemas de ansiedad y depresión.

“Esto suena un poco dramático, pero los pensamientos en mi cabeza eran sobre suicidarme, creando mucha ansiedad y sin poder soportar más eso. Empecé a ser un poco bipolar, no sé si podría decirse así”, relató en enero en una entrevista con el diario británico The Guardian.

El punto de inflexión para él fue el partido que perdió en la primera ronda de Wimbledon el año pasado con Francisco Comesaña, en el que golpeó tantas veces la raqueta contra su rodilla que se la hizo sangrar.

“Ese fue el peor momento en el que me enfrenté conmigo mismo. No tenía nada que ver con el tenis. Tenía que ver conmigo mismo, después de ese momento no veía la razón de vivir la vida. ¿Para qué? Ahora me siento mejor, puedo ver las cosas que estaban sucediendo.”, confesó.

“Traté de descubrir muchas cosas por mi cuenta y de resolverlas con psicólogos y cursos, pero quien me ayudó mucho y me hizo dar cuenta de todo fue Marat. Puede que suene gracioso, pero es la verdad. Él me ayudó. Después de Wimbledon tuvimos una charla muy agradable”, contó.

A fines del año pasado, el propio Vicente reconoció que a menudo recurría a Safin para ayudar a su pupilo a ser menos crítico consigo mismo.

“Entiendo la mentalidad rusa. Son personas muy sinceras y naturales, pero a veces demasiado infelices. Rara vez están satisfechos con lo que han logrado y, a menudo, están triste. Lo hablo con Marat y le pido que le explique muchas de estas cosas a Andrey para que él también entienda de dónde viene”, comentó en una charla con el medio ruso Championat.

El entrenador español tiene una personalidad opuesta a la de Rublev y Safin. Tranquilo y frontal, llegó a decir que no le gusta gritar ni que le griten y su filosofía es la de trabajar con paciencia enfocado en el proceso.

Rublev, Safin, Khachanov y Vicente (de temera negra y anteojos) tras un entrenamiento en 2017. "Aprendiendo de una leyenda", escribió Andrey junto a la foto. Foto Instagran @andreyrublevRublev, Safin, Khachanov y Vicente (de temera negra y anteojos) tras un entrenamiento en 2017. “Aprendiendo de una leyenda”, escribió Andrey junto a la foto. Foto Instagran @andreyrublev

Aunque para algunos la presencia de Safin podría potenciar aún más el carácter explosivo de Rublev y hasta generar algún choque con Vicente; quizás la combinación entre la visión más relajada del español y el enfoque más impulsivo y emocional de Marat sea lo que necesita el número 9 para sacar lo mejor de su persona y de su tenis.

Safin tiene bien claro que él puede ayudar, pero que al final todo dependerá de Andrey: “Yo puedo mostrarle el camino, pero él tiene que recorrerlo. No va a suceder por arte de magia, necesita trabajar su camino. Vamos a ver cómo va en las próximas dos semanas, pero creo que está dispuesto a hacerlo”, reflexionó.

Tras el primero entrenamiento juntos en Montecarlo, Rublev adelantó que trabajarán junto hasta, al menos, Roland Garros y después “veremos qué pasará”. Aunque se ilusionó: “Espero que sea por mucho tiempo, pero depende de si disfruta trabajando conmigo o lo sufre. Porque creo que si siente que no hago las cosas o que no le escucho, no creo que pierda el tiempo. Por ahora, estoy intentando escuchar sus consejos y probar cosas nuevas. Acá veremos cómo funciona”.