La mamá había cumplido años, pero su hija no apareció. Extrañado, el papá no logró comunicarse con ella y fue hasta la comisaría de Batán para hacer la denuncia. Lo acompañó su yerno. Poco más tarde, dos hermanos de la mujer se cruzaron con él en un boliche. Discutieron y Sebastián Leandro Cecchetto (46) escapó en su camioneta Volkswagen Amarok. Lo que descubrirían luego sería la trama de un brutal femicidio.
Valeria Luján González (28) tenía un bebé de un año con su pareja, que ya era padre de un adolescente. Desde que lo conoció, su vida se transformó en un infierno: sus amigas contaron que no la dejaba salir sola, que la manipulaba y que la engañaba con otras mujeres.
La víctima fue hallada asesinada en el pozo ciego de su casa, en las calles 122 y 133 de Batán, en las afueras de Mar del Plata, el 7 de enero de 2023, al día siguiente del crimen.
El papá movió la tapa de cemento de la cámara séptica, que estaba corrida de lugar, y descubrió el cuerpo flotando de Valeria a unos metros de profundidad.
Entonces se disparó un alerta para buscar a Cecchetto. Pensaron que se había suicidado cuando encontraron su camioneta dentro del agua, en el mar, la altura del Vía Crucis del vivero Florentino Ameghino, en Miramar, donde hay acantilados.
Al revisar la zona, los policías encontraron la huella de recorrida de la Amarok sobre el terraplén hacia una caída de diez metros de altura sobre la bajada de la playa.
Pero el cuerpo no estaba. El domingo 8 de enero, Cecchetto fue encontrado deambulando por la costanera de Miramar, en calzoncillos y remera, como si fuera un indigente. Lo detuvieron dos agentes de Caballería afectados al Operativo Sol que lo reconocieron, ya que tenía orden de captura y se había difundido su rostro.
Este miércoles, un jurado popular lo halló culpable por unanimidad. La acusación estuvo a cargo de la fiscal Romina Díaz, de la UFI N° 6 de Mar del Plata, mientras que el juez Alexis Simaz encabezó el debate en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2.
La pena se resolverá el 23 de abril, en la audiencia de cesura, pero el delito (“homicidio agravado por el vínculo por haberse cometido en un contexto de violencia de género“) contempla la prisión perpetua.
Según determinó la autopsia, González tenía múltiples golpes. Fue sorprendida por detrás por Cecchetto, quien la estranguló con su antebrazo. La víctima intentó defenderse y lastimó a su asesino.
“Ella nunca se fue: a Vale la mataron, la mató el padre de su bebé, la persona con la cual había dormido horas antes, la misma que se paseó por todo Batán sin sentir un poquito de culpa, sin importarle que le arrebató la vida a la mamá de su hijo“, posteó tras el crimen una prima de la víctima.
El femicida tenía una herrería en Batán y no se le conocían antecedentes penales. Ahora pasará lo que resta de su vida en la cárcel.
