Un gol en propia puerta socorre al Barcelona | Fútbol | Deportes

Un gol en propia puerta socorre al Barcelona | Fútbol | Deportes


El equipo más goleador de Europa y líder de la Liga necesitó de un gol en propia puerta del penúltimo clasificado para cantar victoria en Butarque. El partido fue un tormento para el Barça, que a falta de ocasiones rentabilizó el tanto de Jorge Sáenz, uno de los centrales del Leganés, el adversario que seguramente mejor ha negado al fecundo y admirado plantel de Flick. Los números aseguran que no fue una excepción porque contra el Leganés perdió el Atlético y las pasó canutas el Madrid.

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Marko Dmitrovic, Jorge Sáenz, Valentin Rosier, Sergio González, Javi Hernández, Adrià Alti (Diego García, min. 74), Óscar Rodríguez (Yvan Neyou, min. 66), Seydouba Cissé (Munir El Haddadi, min. 74), Yan Diomande (Juan Cruz, min. 58), Renato Tapia y Dani Raba

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Wojciech Szczesny, Iñigo Martínez, Jules Koundé, Ronald Araujo (Frenkie de Jong, min. 45), Alejandro Balde (Gerard Martín, min. 40), Fermín López (Gavi, min. 66), Lamine Yamal, Raphinha, Eric García (Pau Cubarsí, min. 79), Pedri y Robert Lewandowski (Ferran Torres, min. 66)

Goles
0-1 min. 47: Jorge

Arbitro Francisco José Hernández Maeso

Tarjetas amarillas
Adrià Altimira (min. 6), Raba (min. 86), Frenkie De Jong (min. 86)

No es fácil para los que viajan en las alturas y disfrutan de los fastos de la Champions volver a las jornadas laborales de la Liga y enfrentar a rivales que se baten para evitar el descenso como el Leganés. Así se explica el alivio azulgrana al final del choque y las felicitaciones para Iñigo Martínez. El central fue el líder de un líder que a falta de siete jornadas para el final del campeonato suma siete puntos de ventaja sobre un Madrid que este domingo visita al Alavés.

La trascendencia y también la dificultad del partido de Butarque, así como la ventaja para el partido europeo del martes en Dortmund (4-0), condicionaron la alineación de Flick. Únicamente descansaron Cubarsí y De Jong para que jugaran Araujo y Eric. Las calculadas rotaciones no afectaron a Pedri ni a Lewandowski, tampoco al tridente, porque a fin de cuentas el Barcelona se explica sobre todo por sus goles: 82 en 48 partidos entre los tres delanteros para un total de 146. La media de tres tantos no se cumplió precisamente ante el Leganés. No parece una casualidad si se tiene en cuenta que el equipo de Borja Jiménez ya dejó a cero al de Flick en Montjuïc, un resultado que solamente se repitió hasta ahora en la visita a San Sebastián (1-0).

Los azulgrana fueron a por el partido nada más sacar de centro, muy estirados con Lamine y Raphinha, directos y profundos desde la medular para enfrentar a una defensa que de inicio basculaba en función de la altura en la cancha de Balde. El Barça marcaba el ritmo desde la posesión de la pelota y el Leganés contragolpeaba con la rapidez de Diomandé, que no paraba de encarar a Koundé, y la habilidad de Dani Raba, excelente en una asistencia a Altimira que exigió una buena intervención de Szczesny. La jugada puso en alerta a los barcelonistas, que pasaron a pautar el juego, menos atrevidos y más cautos, sorprendidos por los arrebatos del Leganés, que demostró tener muy bien preparado el partido y mejor estudiado al Barcelona.

Alcanzado el descanso solo se contaba por parte barcelonista un remate de Koundé rechazado por Dmitrovic mientras Raba y Diomandé insistían en cercar a Szczesny. El encuentro se igualó muy pronto para pasar después a manos del Leganés para satisfacción de la hinchada que prácticamente llenaba Butarque. Muy incómodo, el Barça no lograba dar velocidad a la pelota ni armar un buen pase, tampoco finalizar una jugada ante la bien parada defensa de ayudas e interrupciones montada por Borja Jiménez. No había espacios en el área de un Leganés que apretaba a correr cada vez que recuperaba el cuero para exigir a los azulgrana, y en especial a Balde, que se lesionó en un mano a mano con Altimira en la frontal del área del Barcelona.

El sufrimiento defensivo azulgrana fue en aumento, hasta el punto de que Raphinha evitó con un escorzo que el balón llegara a Raba, solo ante Szczesny. Flick recurrió a De Jong por Araujo para intentar cambiar la inercia de un partido que giraba a favor del Leganés. El uruguayo quedó señalado por su dificultad para tirar la línea del fuera de juego y salir con la pelota jugada desde el área. Y entonces el Leganés se confundió cuando identificó a Gerard Martín como el eslabón más débil y concedió un gol en propia puerta. El agresivo lateral azulgrana perdió y recuperó al mismo tiempo el balón mal gestionado por Óscar y activó a Raphinha, cuyo centro fue rematado al primer palo por Jorge Sáenz, acosado por la sombra de Lewandowski.

Los barcelonistas volvieron a controlar por un momento el juego y tuvieron una ocasión excelente para cerrar el partido cuando Fermín no atinó a finiquitar una fabulosa jugada personal ante Dmitrovic. La acción tuvo un efecto sedante para el Barça y agitó al Leganés, que volvió a la carga, enfadado con el árbitro por no pitar penalti cuando el balón dio en el codo de Iñigo Martínez. La rueda de cambios avivó todavía más al equipo de Borja Jiménez. El Barça no encontraba su sitio en la cancha, entregado a un intercambio de golpes que comprometía más a Szczesny que a Dmitrovic como se constató en un remate de Diego García. La valiente afrenta local provocó incluso la comparecencia en el campo de Cubarsí.

La incertidumbre, sin embargo, se mantuvo hasta el final, cuando Iñigo Martínez rebañó de forma magistral una pelota que iba a rematar Munir. La defensa y el portero, últimamente muy solventes, pusieron a salvo el cartel y el crédito de los tres delanteros: Lamine, Lewandowski y Raphinha. El gol que posiblemente evitó Iñigo y el que se marcó Jorge Sáenz subrayó la fortuna de un líder que sigue invicto en 2025 —ya son 24 partidos (y 12 de ellos a cero)—, una cifra que no se alcanzaba desde los tiempos de Ernesto Valverde en el banquillo.