Daniel Noboa, el gran ausente de la fiesta de su victoria en las calles de Quito

Daniel Noboa, el gran ausente de la fiesta de su victoria en las calles de Quito


“¡Noboa presidente!” Fue la frase que cantaron victoriosos miles de simpatizantes a las afueras de la sede en Quito del movimiento ADN, del candidato Daniel Noboa. Camisas moradas con la frase Ecuador para adelante y las icónicas figuras de cartón de Noboa inundaron la avenida de los Shyris, al norte de la capital ecuatoriana. Los seguidores del mandatario ya se concentraban poco después de que cerraran las urnas con los primeros resultados de la segunda vuelta, que apuntalaban una victoria del presidente que se confirmaría pocas horas después. Con más del 90% de los votos escrutados, Noboa se sitúa casi 12 puntos por encima de la candidata del correísmo, Luisa González.

Niños, jóvenes y adultos llegaron con vuvuzelas y banderas moradas para celebrar la victoria de Noboa, que fue el gran ausente de su fiesta de la victoria en la capital. El empresario aguardó los resultados a más de 500 kilómetros de allí, en una residencia que tiene en el Pacífico ecuatoriano, donde celebró rodeado de su familia y equipo más cercano y dio un breve mensaje a la nación. Las primeras señales de victoria se sentían una hora después de que cerraran los colegios electorales y fueron multiplicándose conforme el Consejo Nacional Electoral (CNE) avanzaba el recuento que situaba al candidato conservador más de 10 puntos por encima de su rival, que no ha reconocido los resultados. “Estamos ante el más grotesco fraude electoral”, ha dicho González.

La canción Llegó la esperanza que todos queremos. Ecuador, Noboa está al frente—típica de la campaña presidencial del padre del mandatario, que buscó fallidamente la presidencia cinco veces— resonaba a lo largo del kilómetro que ocupaban los simpatizantes del presidente reelecto. Minutos más tarde, juegos pirotécnicos pintaron la noche. Todos repetían los mismos mantras: “No queremos el socialismo”, “No queremos ser Venezuela” y “No queremos la desdolarización”. María José Navarrete llegó a la sede con sus cuatro hijas para cantar la victoria que esperaba. “Ahora sí, somos libres, libres del correísmo, la corrupción y el fantasma del socialismo”, dijo la mujer de 39 años, acompañada de sus cuatro hijas, quienes también votaron al presidente Noboa en la primera y segunda vuelta.

Nelson Bautista, de 54 años, con bandera de Ecuador en mano, aseguró que su voto fue para no perder “la libertad y la democracia”. “No me gusta el socialismo y no quiero ser como Venezuela. No quería eso para mis hijas y nietos”, zanjó. Una narrativa que responde a la abierta relación entre el correísmo y el presidente Nicolás Maduro. La propia González dijo en el debate presidencial que, de llegar a la presidencia, reconocerá al Gobierno de Maduro. Pero, justificó que será para deportar a los venezolanos que no entraron de manera regular al país.

Aunque Bautista espera que en los próximos cuatro años del Gobierno de Noboa cumpla lo prometido y “erradique la delincuencia” que mantiene al Ecuador bajo un eterno estado de excepción, por el momento no se han visto resultados frente a la ola de violencia que atraviesa el país andino y que lo ha posicionado como el país más violento de América Latina, con una tasa de homicidios de 38 cada 100.000 habitantes en 2024.

Entre los más jóvenes que se concentraron en la sede de ADN, la opinión es generalizada: el magnate y heredero del imperio bananero Daniel Noboa los representa. Carla Santiana, de 27 años, confía en que los va a beneficiar. Para Juan Ospina, de 18 años, el motivo por el que votó a Noboa fueron las decisiones que tomó en su año y medio de Gobierno. “No ganó el narcoestado”, dijo contento.

En la sede de la Revolución Ciudadana, en el centro de Quito, fue la antítesis. Silencio y resignación entre los asistentes, que miraban hacia la tarima y una pantalla gigante, que no proyectaba nada. “Hay una tendencia clara y favoritismo por parte del CNE”, señaló una de las personas que aguardaba a Luisa González. El silencio incómodo entre los simpatizantes solo fue roto por la música, que sonó después de varios minutos. Dentro de la sede, el ambiente fue el mismo: todos esperaban la revancha y regreso del correísmo después de ocho años. Mientras tanto, el resto de seguidores decidió irse del lugar.

Banderas y pancartas de Daniel Noboa, son vistos durante los festejos.

Los simpatizantes del ahora presidente Daniel Noboa seguían llegando a la sede del partido pasadas las 9 de la noche y el resto continuaba celebrando el triunfo. En su residencia en Olón, en la provincia costera de Santa Elena, Noboa festejaba con su familia y sus colaboradores más cercanos. En una breve intervención televisada, ha dicho que su victoria es “histórica” y ha prometido un Gobierno transparente.