El gobierno bonaerense reflotó una propuesta que estuvo archivada seis años en un intento por frenar uno de las modalidades más letales del delito urbano: los ataques de “motochorros”.
El ministro de Seguridad, Javier Alonso, anunció que buscarán prohibir, en determinadas zonas “calientes” del conurbano y ciudades grandes del interior, la circulación de motos con más de un pasajero a bordo. La restricción no será general: de establecerán sectores puntuales y franjas horarias, todo previo pedido de los intendentes.
No se trata de una novedad. Y tampoco de una determinación con resultados comprobables, aunque se planteó por primera vez hace más de 10 años en Buenos Aires. De hecho, casi no hay registros de que se hubiera podido concretar en algún distrito bonaerense.
En mayo de 2019, la Legislatura provincial sancionó una ley que entonces se denominó “anti motochorros”. Buscaba “combatir el accionar delictivo” de los conductores de motovehículos y habilitaba a los municipios a fijar zonas y horarios en los que estaría vedada la circulación de dos ocupantes en una moto.
La iniciativa fue impulsada por el bloque de Cambiemos (entonces en el gobierno, a cargo de María Eugenia Vidal) y desde el justicialismo se opusieron “fallas de técnica legislativa”, según argumentó en ese momento el ex senador Gustavo Soos.
La ley contempla la prohibición de circulación de dos ocupantes en una moto en las zonas y horarios que cada uno de los 135 municipios defina. Para eso, se había establecido un plazo de 45 días para comunicarlo al Ministerio de Seguridad.
Además, la norma establece que también las autoridades municipales podían fijar un perímetro en el que sería obligatorio el grabado del dominio en el casco y el uso de un chaleco reflectante para el acompañante, que contenga esos datos en el frente y en el dorso.
Este apartado de la ley copiaba una anterior, de la gestión de Daniel Scioli, en 2014, que por decreto obligó el uso de esa indumentaria que se pudiera identificar y el grabado de la patente en los cascos.
Ese año, dijeron los legisladores en el debate, se registraron diez mil delitos bajo esta modalidad. Y agregaron que en el GBA “en siete de cada diez hechos delictivos participan motochorros”. La ley lleva el número 15.143.
Tuvo efecto práctico casi nulo. Ahora, Alonso anunció que propondrá en las mesas de Coordinación Política de Seguridad que se hacen todos los meses en cada municipio, la posibilidad de rescatar esta iniciativa.
“Es una medida sensible, por eso creemos que debe ser el intendente el que lo solicite. Hay una ley que nos permite tomar esa medida como Ministerio de Seguridad”, explicó. Si bien en algún pasaje sugirió que la idea está pensada principalmente para implementarse en el conurbano, aclaró que la posibilidad está abierta a los 135 municipios.
“Estamos conversando para que a pedido se restrinjan algunas zonas en algunas franjas horarias, en donde esté prohibido circular de a dos personas. Lo vamos a conversar con los intendentes”, dijo Alonso en la conferencia de los lunes en la Gobernación. Según pudo averiguar Clarín, hasta el momento no hubo solicitudes de los alcaldes.
El funcionario que tiene a su cargo la Policía Bonaerense mostró algunos datos de baja en indicadores de inseguridad. Dijo que el número de homicidios en la provincia de Buenos Aires bajó un 13% en el primer trimestre del año en comparación con el mismo período de 2024.
Según las estadísticas de análisis criminal del Ministerio, en enero, febrero y marzo se registraron 234 homicidios, mientras que durante los mismos meses del año pasado se habían registrado 270.
“Esto es un avance en materia de política de seguridad y de esfuerzos compartidos. Tiene que ver por el trabajo mancomunado que hacemos con cada uno de los 135 gobiernos locales, con la Justicia federal y la Justicia provincial”, señaló.
El informe que todos los años presenta la Procuración General de la Suprema Corte, sobre delitos en PBA no tiene la categoría “motochorro”, o agresión a cargo de motociclistas. No obstante, los funcionarios políticos y judiciales coinciden en un punto: este tipo de modalidad resulta violenta, impacta en la comunidad y tiene altos registros en las zonas urbanizadas de la Provincia.