EE UU presiona a Ucrania para que ceda Crimea y las otras regiones ocupadas a Rusia | Internacional

EE UU presiona a Ucrania para que ceda Crimea y las otras regiones ocupadas a Rusia | Internacional


Los planes de Estados Unidos para acabar con la guerra en Ucrania pasan por que Kiev dé por perdida la península de Crimea, ocupada ilegalmente desde 2014, y el resto de territorios en otras cuatro provincias del este y el sur sobre las que el Kremlin ha ido ganando control desde la invasión a gran escala desatada por Vladímir Putin en febrero de 2022. Todo esto, a cambio de que Moscú congele los combates en la línea del frente. En un clima de creciente presión sobre el Gobierno ucranio, Washington pretende que Kiev acepte no formar parte de la OTAN —aunque sí de la Unión Europea— y que se levanten las sanciones impuestas a Rusia, según un documento, considerado como “propuesta final”, del que han informado varios medios estadounidenses. En un comentario en sus redes sociales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro este miércoles que considera que Kiev debe renunciar a Crimea, diga lo que diga el presidente ucranio, Volodímir Zelenski.

El mandatario ucranio insiste en que renunciar a Crimea sería inconstitucional. “Ucrania está dispuesta a negociar, pero no a rendirse”, añade la vice primera ministra y responsable de Economía, Yulia Sviridenko. “Nuestro pueblo no aceptará un conflicto congelado disfrazado de paz. Nunca reconoceremos la ocupación de Crimea. Y si no se concede el ingreso en la OTAN, Ucrania necesitará garantías de seguridad” para “garantizar una paz duradera”, agrega en un mensaje en la red social X (antes Twitter).

Pero en un mensaje en su red social, Truth, Trump ha arremetido contra las declaraciones ucranias, especialmente la de Zelenski. “Esa declaración es muy perjudicial para las Negociaciones de Paz con Rusia”, apunta Trump en su comentario, en el que asegura que “Crimea ya se perdió hace años” y “no es ni siquiera tema de discusión”. También continúa: “Nadie le está pidiendo a Zelenski que reconozca a Crimea como territorio ruso, pero si quiere Crimea, ¿por qué no pelearon por ella hace 11 años, cuando se le entregó a Rusia sin disparar un solo tiro?”.

“Son declaraciones inflamatorias como las de Zelenski las que hacen tan difícil poner fin a esta guerra”, agrega el presidente estadounidense, que de nuevo vuelve a aceptar las tesis rusas sobre la guerra y la ocupación de Ucrania, mientras que critica al país invadido y teórico aliado y le responsabiliza de continuar la guerra. Según él, la resistencia del líder ucranio a aceptar la conquista rusa de territorio solo sirve para retrasar un acuerdo.

“La declaración de Zelenski no va a conseguir nada más que prolongar los ‘campos de la muerte”, ¡y nadie quiere eso! Estamos muy cerca de un Acuerdo, y el hombre ‘sin cartas que jugar’ debería, finalmente, CONCLUIRLO”, añade.

Trump —que, al igual que en la guerra de Oriente Próximo, exige también su parte del pastel—, prevé que la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, quede bajo su control junto a la explotación del subsuelo ucranio como contrapartida por el apoyo ofrecido durante la contienda, aunque no hace mención de ello en su mensaje de este miércoles.

Medios como Axios y el diario Washington Post avanzaron los planes de EE UU, resumidos en un documento de una página presentados como la “oferta final” de Trump y que fuentes oficiales ucranias consideran sesgada hacia posiciones rusas, según Axios. El reconocimiento de la presencia rusa en Crimea sería de iure y en el resto de regiones, de facto. El plan del presidente de EE UU —resumido en siete puntos— ofrece a Ucrania “una sólida garantía de seguridad”, frente a los logros rusos, añade Axios, aunque obvia los detalles para lograrla: la salida del Kremlin de las zonas de la región de Járkov (noreste) que controla; la libre circulación a través del río Dniéper, principal arteria fluvial del país; así como una compensación y ayuda para la reconstrucción.

La Administración estadounidense había hecho circular ese documento de siete puntos antes de este miércoles, cuando estaba prevista una nueva ronda negociadora sobre un posible alto el fuego en Londres y que el Gobierno del Reino Unido ha decidido finalmente rebajar a un “nivel de técnicos”, después de que tanto el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, como el enviado especial del presidente Trump, Steve Witkoff, anunciaran la cancelación de su presencia en la capital británica. La idea de que el encuentro de Londres no lograra avances sustanciosos ha pesado en la decisión de Rubio de cancelar su viaje.

Un grupo de altos cargos alemanes, franceses, estadounidenses, ucranios y británicos sí seguirán avanzando en cuestiones técnicas, pero será en una reunión sin acceso a los medios de comunicación. Los contactos en la capital británica son la continuación de los celebrados la semana pasada en París, donde los representantes ucranios escucharon las líneas generales de la propuesta de Washington, que ya amenazó en la capital francesa con apartarse del proceso negociador si no hay avances pronto.

El tiempo juega en contra de Ucrania tanto en el campo de batalla como en la esfera diplomática mientras Rusia afianza sus posiciones en torno al 20% de los aproximadamente 600.000 kilómetros cuadrados de territorio ucranio, que, además de la península de Crimea, abarcan gran parte de las regiones de Lugansk y Donetsk en el este y Zaporiyia y Jersón en el sur. Zelenski señaló este martes que la Constitución del país impide otorgar reconocimiento alguno a Moscú sobre Crimea. Da a entender, además, que lo que plantea EE UU sirve para que el presidente Putin continúe con la guerra y con sus ansias expansionistas.

La Comisión Europea ha reiterado este miércoles la “muy clara” posición de los Veintisiete: “Crimea es Ucrania”, ha subrayado un portavoz comunitario que ha reiterado la decisión de seguir apoyando militarmente a Kiev, informa desde Bruselas Silvia Ayuso. “Nada debe pasar sobre Ucrania sin Ucrania, ni sin la UE”, es el mensaje dirigido especialmente a Washington y Moscú ante unas negociaciones en las que se pretende desplazar a la parte agredida.

En cuanto a las instalaciones de la central nuclear de Zaporiyia, ocupadas por militares rusos desde los primeros días de la gran invasión en 2022, Washington prevé que sigan siendo consideradas como territorio ucranio, aunque pasen a estar bajo su control y pueda suministrar electricidad tanto a Rusia como a Ucrania. No lejos de esa zona de la central de Zaporiyia, aunque en la orilla opuesta del Dniéper, ha tenido lugar este miércoles un bombardeo ruso sobre un autobús que ha causado, al menos, nueve muertos —siete mujeres y dos hombres— y casi medio centenar de heridos, según las autoridades locales. El ataque ha sido llevado a cabo por medio de un dron en la localidad de Marhaset (región de Denipropetrovsk).

Interés por el subsuelo ucranio

La oferta final de Trump desvelada por Axios no olvida tampoco su interés por el subsuelo ucranio. EE UU y Ucrania firmaron la semana pasada un preacuerdo para la explotación de los minerales, tierras raras y otros recursos, entre los que estaría el gas y el petróleo. Esa ha sido una de las contrapartidas que ha buscado la Administración de Trump a lo largo de las negociaciones con Zelenski para compensar su ayuda frente a la ofensiva rusa. A falta de conocer los detalles del pacto final —Trump espera que se alcance este jueves—, la idea de partida era la creación de un fondo común en el que Ucrania aportaría el 50% de los ingresos por la explotación futura de todos los recursos naturales de titularidad estatal. Washington calcula que Kiev se ha beneficiado de ayudas durante la invasión rusa por un valor de en torno a 300.000 millones de dólares (unos 263.000 millones de euros).

Tras la cancelación de la asistencia de los dos principales pilares del Gobierno de EE UU encargados del asunto de la guerra, Rubio y Witkoff —que tiene pensado viajar a Rusia esta misma semana—, la delegación de Estados Unidos en Londres es de perfil bajo. Rubio mantuvo una conversación telefónica este martes con su homólogo británico, David Lammy, en la que le anunció su renuncia a viajar a Londres, aunque suavizó la decisión al expresar su deseo de que se produjeran “reuniones [de nivel] técnico sustantivas y buenas”. Poco después anunciaba en la red social X que viajaría a la capital británica en los próximos meses.