Matías Tissera, jugador de Huracán, pasará otra semana preso en un penal de Córdoba y está cerca de cumplir un mes privado de la libertad

Matías Tissera, jugador de Huracán, pasará otra semana preso en un penal de Córdoba y está cerca de cumplir un mes privado de la libertad

El lunes por la mañana Matías Tissera amaneció con la esperanza de recuperar la libertad, básicamente para reencontrarse con su familia, pero también para seguir con el proceso que se le imputa desde Buenos Aires y poder cumpli con sus obligaciones como futbolista de Huracán. Sin embargo el martes supo que tendría que reservarse las expectativas hasta después del próximo fin de semana: su pedido de excarcelación no tendrá respuesta hasta el lunes.

Ese día vence el plazo que tiene la Fiscalía N°3 de la Justicia de Córdoba para responder el último escrito presentado por la defensa de Tissera en el que fundamenta los motivos por los que no existen indicios de una temida fuga, principal motivo por el que se encuentra en el penal de Bouwer desde el primer día de abril.

En el mejor de los casos, Tissera podría recuperar la libertad cuando esté cerca de cumplir un mes detenido. Para el lunes, cuando se completen 28 días de la detención, la Fiscal se comprometió a completar la evaluación de la excarcelación.

La defensa no centró únicamente sus argumentos en la falta de antecedentes de Tissera, ni en el presente que lo tiene afincado en Buenos Aires con un contrato de alquiler, otro laboral y la matrícula escolar de su hijo, sino que además se apoya en la Jurisprudencia que sentaron otros casos similares en el Tribunal Superior de Córdoba. Incluso, el abogado Adolfo Allende Posse se habría entrevistado con la fiscal para apelar a la empatía que no puede desprenderse de un oficio judicial.

En esa reunión, el penalista reforzó con palabras la idea de que no existe peligro de entorpecimiento ni de fuga. También, que la detención le ocasiona a su cliente un daño emocional, al igual que el que sufre su familia, a la que no ve desde que está detenido. Según las fuentes consultadas, el abogado dejó la reunión con el compromiso de la contraparte de estudiar el pedido.

En paralelo, junto al escrito con el pedido de excarcelación, la defensa también incluyó la pretensión de que el delito que se investiga se encuadre como coacción y no como tentativa de extorsión.

Dicho de otro modo, la defensa no desconoce la existencia de un ilícito -el modo el que reclamó a través de un tercero-, Pero lo considera una coacción menor, con pena excarcelable, que le permitiría automáticamente dejar el penal. Tissera necesita un cambio de carátula para que su libertad no esté en discusión mientras continúa el proceso por el que puede ser juzgado.

La semana pasada, la fiscal del Distrito 3, Silvana Fernández, escuchó a Tissera en una sala que se completó con los abogados de cada parte. Allí el futbolista admitió conocer a otro detenido por la misma causa, al tiempo que no negó haberle pedido que interceda para recuperar en un dinero que le reclama a un empresario que señala como estafador.

¿Qué sucedió? Estando en Bulgaria como futbolista del Ludogorets Razgrad compró al contado una casa prefabricada por la que pagó 10 mil dólares para instalar en un terreno de su propiedad y luego alquilarle a su cuñada, que debía dejar la suya. Sin embargo, la construcción nunca se emplazó y Tissera se sintió estafado.

Después de restablecer el contacto con el empresario, Florencio Ferrara, y nuevamente encontrar evasivas para devolverle el dinero o emplazar la vivienda, Tissera decidió contactar conocidos en Córdoba, dónde se radicaba la empresa que el año pasado entró en concurso de acreedores, y luego de un intento fallido, dio con Luis Atilio Suárez, quien terminó dando con el empresario, a quien le exigió el pago de la suma que reclamaba el futbolista.

Ferrara, que se encontraba en ese momento con su esposa e hijo, radicó una denuncia por tentativa de extorsión. Al poco tiempo, Suárez fue detenido y cuando Tissera decidió volver al país para ser refuerzo de Huracán, se presentó ante la Justicia para ponerse a disposición, pero no pesaba sobre él ninguna imputación ni pedido de captura.

Todo cambió algunos meses después cuando el 1 de abril una delegación Huracán se disponía a viajar a Brasil y al llegar a Migraciones, Tissera no pudo continuar rumbo a San Pablo porque pesaba un pedido de captura y fue conducido a Córdoba y trasladado al penal de Bouwer, donde permanece desde entonces.