La causa que investigaba los insultos racistas proferidos por dos aficionados del Barcelona al jugador del Real Madrid Vinicius en el Estadi Olímpic Lluís Companys en 2023 han quedado archivada. Así lo ha considerado la jueza del Juzgado de Instrucción número 18 de Barcelona que instruía el caso, según ha avanzado Efe, si bien ha decidido que la Oficina de Igualdad de Trato y No Discriminación asuma el suceso. La titular del tribunal no ve delito de incitación al odio en los insultos, al considerar que estos no tuvieron efectos y el propio jugados no los escuchó.
El Real Madrid y LaLiga han recurrido la decisión ante la Audiencia de Barcelona. La Fiscalía de Delitos de Odio de Barcelona pidió a la jueza que archivara el caso al entender que no se aclararon qué expresiones se utilizaron. “Ni siquiera hay certeza” de lo que se dijo, señalaba la Fiscalía.
La investigación se abrió tras un atestado abierto por los Mossos d’Esquadra por unos cánticos e insultos producidos durante un enfrentamiento entre el Barcelona y el Madrid. Las grabaciones de las cámaras del estadio y la declaración de un testigo permitieron identificar a tres personas, uno de ellos menor de edad.
Uno de los dos investigados se acogió a su derecho a no declarar ante la jueza, mientras que otro se reconoció en las imágenes aportadas por los Mossos, pero aseguró que se limitó a decir “mucho morro”. Según un informe de lectura labio facial de LaLiga, dijo “puto mono”, mientras que según el jugador habría dicho “mono tonto”.
La magistrada coincide con la fiscal en que los insultos no tenían gravedad suficiente como para poner en riesgo la convivencia —como exige el delito de incitación al odio—, no tuvieron consecuencias y, además, Vinicius ni las escuchó ni las entendió. De hecho, en su declaración como perjudicado, el futbolista afirmó que se había sentido ofendido porque le habían gritado “mono” y “tonto mono”, pero precisó que no había escuchado esas expresiones durante el partido, sino después, cuando le mostraron las imágenes de la grabación.
