Carlos Palacios, el jugador fetiche de Riquelme que ilusiona a Boca y ya le hizo un gol a River

Carlos Palacios, el jugador fetiche de Riquelme que ilusiona a Boca y ya le hizo un gol a River

“Hace mucho que un jugador no me hacía sentir como cuando era chiquito”, pavada de elogio fue la frase de recibimiento de Juan Román Riquelme, máximo ídolo y presidente de Boca, para Carlos Palacios en febrero, cuando todavía el equipo de Fernando Gago no se había dado el golpe de frente ante Alianza Lima. El chileno de 24 años fue el primer refuerzo confirmado para 2025 y rápidamente se convirtió en el conductor del equipo. Aunque en estos primeros meses con la camiseta azul y oro fue de menos a más.

El chileno nacido y criado en la población Huamachuco de Renca, comuna ubicada en el Gran Santiago, tiene potrero. Se formó en las canchas de tierra del club José Cardan, donde lo recuerdan por marcar un gol olímpico en un clásico de barrio, y después en la escuela Chacabuco que le permitió dar el salto a Unión Española y así iniciar su carrera en el fútbol.

Será el primer Superclásico para Palacios, el jugador fetiche de Riquelme. Se nota que de niño le copió algunos movimientos. Encima juega con la camiseta número 8, como Román en sus inicios en Boca, y hasta se animó a celebrar con el Topo Gigio en su primer gol en la Bombonera -ante Huracán- de cara al palco del presidente. Este domingo en el Monumental, el chileno de la boca exuberante y los dientes más blancos del fútbol argentino, intentará volver a gritar ante River. El año pasado, con la camiseta de Colo Colo, marcó el 1-1 en Santiago en el duelo de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores.

En Boca, Palacios parece estar en su mejor momento y en claro ascenso. Empezó con un nivel alto, pero se vino a pique. La eliminación de la Libertadores le pegó fuerte -como a todo el equipo- y su adaptación al nuevo club, al Mundo Boca y al fútbol argentino le pasaron factura. Le costó volver a mostrar su buen juego y su calidad. El quiebre se dio después de ser sancionado por Gago luego de perderse un vuelo de regreso a Buenos Aires tras disfrutar un fin de semana de licencia en Santiago. El DT lo dejó afuera del viaje a Rosario para enfrentar a Newell’s y el equipo lo sintió: fue derrota 2-0.

Esa indisciplina se condice con una adolescencia compleja en un entorno hostil. “Andaba haciendo cosas que no debería, es verdad. No pensaba tanto en el fútbol, pero a la larga yo sabía que ese camino no me iba a llevar a nada. Fui aprendiendo. Tuve la fortaleza de creer. Mi mamá todos los días me iba a buscar al colegio y me llevaba el almuerzo que me comía en la micro antes de los entrenamientos”, reveló hace tiempo.

Volvió ante Barracas (1-0), pero recuperó su nivel contra Belgrano en Córdoba, donde selló el triunfo por 3-1 y el último sábado mostró su mejor versión en la victoria 2-0 ante Estudiantes en la Bombonera, donde fue la figura del equipo. Aceleró para activar a Edinson Cavani en la jugada del penal, marcó el gol que abrió el marcador y dio tres asistencias para generar remates al arco, según las estadísticas de la Liga Profesional de Fútbol.

Es uno de los líderes del campeonato en ese rubro donde acumula 3 asistencias (pases suyos que terminaron en gol) y tiene 20 asistencias de remate, con un promedio de 2,24 por partido.

Hacía ya bastante tiempo que queríamos traer a Palacios. Ya nos gustaba y nos terminó de convencer cuando nos tocó jugar con Colo Colo. Cuando jugamos en Chile, los primeros 15 minutos, nos hizo un lío bárbaro”, lo elogiaba Román. “De chico jugaba al medio y me comparaban con Riquelme por los pases, por cómo usaba los brazos. Aparte de Román me gusta mucho Messi, Kevin De Bruyne, podría nombrar muchos jugadores”, había contado Palacios en una entrevista a los 20 años, cuando brillaba en Unión Española de Chile y su carrera recién empezaba.

Es lagunero el chileno. Ese es tal vez el punto más flaco de su juego. Porque cuando Palacios se pone en contacto con la pelota marca las diferencias. Rompe a las defensas con su gambeta para adelante, también con sus pases entre líneas para poner a los delanteros en posiciones propicias para el ataque y además ahora le agregó gol a su juego. Pero también es cierto que pasa largo pasajes del partido sin tocar la pelota. Cuando aparece, surge lo mejor de Boca en ataque.

“Se posicionaba bien, controla bien, hace cosas que por ahí a otros jugadores no les sale. Imagina cosas antes de que llegue la pelota y lo demostró en el gol frente a Huracán. Palacios tiene cosas de número 10“, lo analizó Riquelme. Palacios deberá apelar a toda su imaginación para jugar con soltura en el Monumental y hacerle frente al rigor físico que le impondrá el tándem de la mitad de la cancha de River que conformarán Enzo Pérez y Kevin Castaño. Si logra recibir libre y ponerse la cancha de frente, Boca tendrá muchas chances de sonreír con todos los dientes en el Superclásico.