Los BRICS, el principal organismo de cooperación del sur global, debaten en Río de Janeiro una respuesta coordinada la guerra arancelaria declarada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el consiguiente caos comercial que ha desatado en todo el mundo. El bloque celebra este lunes y martes en Río de Janeiro (Brasil) una de sus primeras reuniones de cancilleres desde que se amplió de cinco a 11 socios. El canciller brasileño, Mauro Vieira, ha instado a sus colegas a que los BRICS sean “una fuerza de paz, no un bloque de enfrentamiento”, una alianza que refuerce los principios del derecho internacional y la reforma de los organismos multilaterales para que sean más inclusivos y justos. Brasil suele insistir en que los BRICS no son contra nadie, sino que son un espacio de cooperación y desarrollo.
El principal negociador brasileño, el embajador Mauricio Lyrio, explicó antes del encuentro que “los ministros negocian una declaración para reafirmar la centralidad de las negociaciones comerciales multilaterales como eje principal de acción en el comercio”. Y añadió que “reafirmarán su crítica a las medidas unilaterales de cualquier origen, una postura sostenida desde hace tiempo por los países BRICS”. Lyrio evitó mencionar a Estados Unidos, a Trump o la batería que gravámenes que ha impuesto a decenas de naciones y que se ceban, especialmente, en China, México y Canadá.
Y ahí está la clave de la reunión carioca. En qué términos verbalizará la declaración final la postura respecto la guerra tarifaria de Trump de Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y los recién incorporados, en 2023, Arabia Saudí (que no ha enviado representante), Indonesia, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Etiopía. A fin de cuentas, el bloque es una constelación de países heterogéneos. Sí han asistido los cancilleres ruso, Sergéi Lavrov, y chino, Wang Yi, pero varias de las delegaciones han sido encabezadas por diplomáticos de menor rango.
Desde que Trump amenazó a los BRICS con imponerles gravámenes de entre el 100% y el 150% a sus productos si adoptaban una divisa propia en sustitución del dólar, el bloque de países del Sur ha aparcado la idea. De todos modos, nunca fue mucho más que un enunciado, entre otras razones, por las reticencias de los principales socios, China e India, a una moneda común.
Sin embargo, avanzan en su estrategia de intensificar las transacciones entre sí en sus propias divisas y, de paso, dar la espalda al dólar. El canciller Lavrov, de Rusia, destaca en una entrevista con el diario O Globo, publicada este lunes, que ese esfuerzo está “dando buenos resultados”. Afirma que “la participación del rublo y de las monedas de países amigos alcanzó el 90% en las transacciones de Rusia con los países BRICS en 2024”.
En los últimos años, países como Rusia o Irán han ido creando senderos comerciales alternativos al dólar y al sistema bancario Swift para sortear las sanciones occidentales. Un camino que Lavrov considera “natural” para evadir “las sanciones que Occidente impone contra países ‘indeseables’, valiéndose de su posición monopolística en los mercados financieros”.
Aunque el presidente brasileño, Luiz Ináco Lula da Silva, no pierde la ocasión de recalcar que no quiere ser empujado a elegir entre EE UU y China, el mes que viene viaja a dos de los principales socios en los BRICS, China y Rusia. Será la segunda visita a la superpotencia asiática en este tercer mandato, cuando también ha recibido a Xi Jinping en Brasilia.
Visitará a Vladímir Putin en Rusia, donde será uno de los invitados de honor en el desfile por el 80º aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial. El presidente Lula tuvo que anular su viaje allí para la última cumbre de los BRICS por un accidente doméstico.
En medio de la guerra arancelaria y aunque su país no es uno de los principales objetivos, el mandatario brasileño tantea a otros países, como México, con la vista puesta en estrechar relaciones comerciales. Brasil y la Unión Europea coinciden en que la coyuntura actual ofrece una excelente oportunidad de ratificar el pacto Mercosur-UE que se arrastra hace años. El ministro de Finanzas brasileño, Fernando Haddad, ha afirmado este lunes en São Paulo que ve mayor disposición, en especial de Francia, a cerrar definitivamente el acuerdo, informa Reuters.
Vieira ha reiterado, en el discurso de apertura, la necesidad urgente de resolver mediante negociaciones las guerras de Gaza y Ucrania. La reunión se celebra en el palacio de Itamaraty original, que fue la sede del Ministerio de Exteriores hasta el traslado a Brasilia, en 1960.