El gusano barrenador en México: la plaga que abre en un frente político con Estados Unidos y que se creía controlada desde 1991

El gusano barrenador en México: la plaga que abre en un frente político con Estados Unidos y que se creía controlada desde 1991


Una plaga que México creía erradicada desde 1991 ha vuelto a captar la atención de las autoridades sanitarias nacionales y se ha convertido al mismo tiempo en otro frente político abierto con el actual Gobierno de Estados Unidos. En una escalada de confirmaciones de casos del gusano barrenador de ganado, concentrados principalmente en el sur de México, y tras la confirmación del primer caso en un humano en Chiapas, el Gobierno estadounidense amenazó a México con frenar nuevamente la importación de ganado hacia su país si la Administración de Claudia Sheinbaum no intensifica la lucha contra la plaga. Pese a que se trata de un tema de alerta sanitaria con graves consecuencias económicas para toda la región, la disputa se ha llevado al terreno político, en medio de una guerra arancelaria declarada por Trump a varios de sus socios comerciales.

De acuerdo con información de la Comisión México-Americana para la Erradicación del Gusano Barrenador del Ganado, fueron necesarios casi 20 años para que México, con la colaboración de Estados Unidos, erradicara al gusano barrenador. Los trabajos, que tuvieron lugar entre 1972 y 1990, contaron con la participación de profesionales de ambos países altamente especializados. El 25 de febrero de 1991, México fue declarado oficialmente libre de la enfermedad, después de dispersar unos 250.631 millones de moscas estériles durante 58.000 horas de vuelo. La principal técnica para contrarrestar las plagas de este gusano.

Sin embargo, las alertas comenzaron a encenderse nuevamente, cuando en julio de 2023, Panamá declaró estado de emergencia zoosanitaria ante el aumento de casos en su territorio. Costa Rica notificó el primer caso el 18 de julio de 2023; le siguió Nicaragua el 26 de abril de 2024, Honduras el 16 de septiembre del mismo año y, finalmente, Guatemala, que en octubre reportó la muerte de una ternera debido a la miosis que le causó el gusano. Hasta septiembre de ese año, las autoridades sanitarias cuantificaron más de 40.000 casos de animales afectados en esos cuatro países.

Casos en el sur de México

Tras el trabajo binacional con Estados Unidos, el último caso en México por esta enfermedad se detectó oficialmente el 10 de julio de 1990 en Campeche. Fue hasta noviembre de 2024, tras la confirmación de un caso en Chiapas en noviembre, que el Gobierno de Estados Unidos decidió suspender temporalmente las importaciones de ganado mexicano. Esa suspensión concluyó oficialmente el 1 de febrero pasado, cuando el del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) hizo el anuncio.

Ese mismo día, el secretario de Agricultura en México, Julio Berdegué, respondió: “Me da mucho gusto informar que el Gobierno de Estados Unidos ha firmado los primeros memorandos que permiten reanudar la exportación de ganado mexicano. Un gran resultado de la colaboración y coordinación México-Estados Unidos”.

Sin embargo, entre los primeros días de febrero y el ultimátum puesto por el Departamento de Agricultura de EE UU a México, este sábado —fijado para este 30 de abril—, algunos contagios han sido confirmados principalmente en bovinos, aunque también los hay en ovejas, caballos e incluso perros. La Organización Mundial de Salud Animal (OMSA), en un informe publicado el pasado 25 de marzo, registró al menos 369 casos de infección en Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo.

Además, el pasado 17 de abril la Secretaría de Salud confirmó el primer caso humano de miasis [nombre de la enfermedad que causa el gusano]. El aviso epidemiológico publicado por las autoridades mexicanas explicó que se trataba de una mujer de 77 años en el municipio de Acacoyagua, en Chiapas. La mujer, según las autoridades locales, permanecía en el hospital y en total aislamiento.

Consecuencias económicas

Cada año México exporta más de 1.000 millones de dólares de ganado. En una entrevista a Berdegué, el pasado 6 de febrero, cuando el Gobierno mexicano comenzaba a reanudar el paso del ganado de algunos Estados hacia la frontera norte, el secretario celebró que, por fin, esos recursos que habían estado “comprometidos”, finalmente empezaran a movilizarse. “El primer caso de esta plaga se detectó a finales de noviembre. Solo tres meses después ya estamos reanudando la exportación. Eso no es normal, normalmente estas cosas tardan mucho tiempo en resolverse. Y lo que quiero enfatizar porque esto fue posible porque tuvimos buena colaboración y coordinación con el gobierno norteamericano. Es un caso que demuestra que cuando hay colaboración y cooperación podemos avanzar”, dijo.

Berdegué aseguró entonces que diez Estados de la República mexicana exportan ganado y que las pérdidas económicas, por ejemplo, de Sonora, se contabilizaban ya tras no poder exportar las 120.000 cabezas de ganado que se hubieran movilizado sin el freno estadounidense. Una cifra similar a la de estados como Chihuahua y otras entidades fronterizas.

Cochliomyia hominivorax

La plaga es causada por la mosca cochliomya hominivorax que deja sus larvas en animales de sangre caliente. También ataca a perros, gatos, ovejas, cabras, caballos y cerdos. Las larvas se alimentan del tejido vivo y provocan una enfermedad parasitaria conocida como miasis. Los efectos de la enfermedad causada por el gusano barrenador han sido considerados como “verdaderamente dramáticos” por especialistas que consideran tienen un impacto devastador en la producción pecuaria. “Las pérdidas económicas que se originan con la infestación del gusano barrenador implican anualmente cientos de millones de dólares”, dice un informe de la UNAM.

Además, el impacto en los animales es inmediato: disminución de peso, deterioro de la producción láctea y cárnica, daños en piel e infecciones en las heridas por las bacterias. Aunque existen tratamientos para revertir el padecimiento, en la mayoría de los casos la solución implica el sacrificio y la incineración del animal. En el caso de los humanos, se manifiesta en lesiones cutáneas dolorosas, con enrojecimiento, inflamación y pus. La infestación puede ocurrir en heridas abiertas, áreas operadas o membranas mucosas.

Este sábado, la secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, envió una carta al Gobierno de Claudia Sheinbaum en la que advirtió que restringirá de nuevo las importaciones de productos animales de México si no se intensifica la lucha contra la plaga de cochliomyia hominivorax o gusano barrenador, antes de este miércoles. Rollins publicó la carta en su cuenta de X, en la que criticó que México haya limitado a seis días a la semana los vuelos que despliegan miles de moscas estériles para contrarrestar la plaga y señaló al país por haber impuesto “aranceles aduaneros onerosos” en piezas requeridas para el mantenimiento de aviones que se han encargado de parte de la operación: “México debe eliminar las restricciones a las aeronaves del USDA [Departamento de Agricultura] y eximir de los aranceles aduaneros al equipo de erradicación. Estas barreras perjudican gravemente nuestra respuesta conjunta”, dijo. “Sin una resolución antes del 30 de abril, USDA cerrará los puertos de entrada estadounidenses al ganado, bisontes y equinos procedentes de México para proteger la agricultura estadounidense”.

Trabajadores examinan ganado en el Punto de Inspección Federal de Huixtla, Chiapas, el 7 de diciembre de 2024.