Qué dice de nuestra grieta que Francisco fuese más querido en Brasil

Qué dice de nuestra grieta que Francisco fuese más querido en Brasil


Brasil, el país con la mayor población católica del mundo, que según datos del Vaticano asciende a los 182 millones de fieles, ha mantenido una relación muy cercana con el papa Francisco, probablemente mucho más cálida que la que el papa tuvo con los argentinos. Más allá de la frase de que nadie es profeta en su tierra, por proximidad y por ser latinoamericano, los brasileños lo consideraron de su tierra. Podemos atribuirle esa diferencia a la omnipresente grieta argentina que no afectó al papa en Brasil.

Reflexionar sobre cómo trataron al papa Francisco en Brasil respecto de cómo se lo trató en Argentina es un buen espejo para analizar nuestros problemas fundamentales, como el odio. El mismo odio que le tocó al pontífice que comenzó en su cargo con el 91% de aprobación en el país, pero el número bajó de manera progresiva porque se lo colocó dentro de la grieta, algo que no sucedió en Brasil.

En esta columna de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), vamos a hacer un recorrido de la relación del papa con Brasil del comienzo hasta el final para observar ese espejo que nos pone el país vecino para mirarnos a nosotros mismos.

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Desde su primera visita en 2013, cuando fue elegido papa, hasta su reciente fallecimiento, el argentino dejó una huella profunda en la sociedad brasileña, marcada por el afecto popular y su mensaje de cercanía con los pobres. Hay un caso anterior, cuando participó en la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida, Brasil.

Vamos a comenzar con la llegada de Francisco a Río de Janeiro en 2013. Mientras pasaba en su papamóvil, la TV brasileña mostraba una multitud de jóvenes con banderas de Brasil. De fondo, el símbolo increíble del Cristo Redentor, el monumento más importante de la cristiandad en una capital del mundo. El Obelisco de la que fue la capital de Brasil por tantos años es Cristo.

La playa de Copacabana, en Río de Janeiro.

Con la visita del papa, la playa de Río de Janeiro se cubrió con centenas de miles de personas a la espera de su discurso. Durante esos días circuló una estampilla del pontífice en conmemoración de su llegada a la ciudad brasileña.

Estampilla papa Francisco
En 2013, el servicio postal de Brasil, Correos, lanzó una estampilla conmemorativa para homenajear al papa Francisco.

Sin embargo, no fue la primera vez que el papa había pisado suelo brasileño haciendo historia, cuando dijo la famosa frase “hagan lío”. La primera vez fue en el 2007, en la ciudad de Aparecida, del estado de Sao Paulo, cuando aún no era papa. Ese año fue la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe. El entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, dio, la que se consideró una homilía histórica.

La conferencia fue inaugurada por el entonces papa Benedicto XVI, y tuvo como objetivo redefinir la misión pastoral de la Iglesia en América Latina frente al crecimiento de los evangélicos, la secularización y la pobreza estructural.

Como se conoce, Benedicto compitió ante el consejo cardenalicio con Francisco, quien se bajó de la elección para que el alemán pudiera ser pontífice. Eso generó una relación de agradecimiento entre ellos y Benedicto le dio la misión al entonces arzobispo de ser quien representase a la Iglesia latinoamericana en esta competencia con los evangélicos.

Todos somos discípulos desde el bautismo. El Señor separa a algunos para que sean pastores, pero no los excluye. Aquí estamos hoy, todos bautizados, algunos de nosotros segregados de este mismo pueblo para ser pastores, pidiendo ser fortalecidos en el espíritu”, dijo Francisco en su homilía en Aparecida.

No puedo dejar de reflexionar sobre lo que produce ser papa. Ese Jorge Bergoglio, tan distinto en su kinestesia con la del papa Francisco con los creyentes allí, respecto de lo que obra el Espíritu Santo. Para los no creyentes, lo que obra la función y cómo la función modifica a la persona. El flaco y serio Bergoglio se transformó en el papa de la sonrisa eterna.

Matteo Zuppi, cardenal italiano, describe el encuentro entre Trump y Zelenski como un ‘milagro de Francisco’ en medio del funeral del Papa

Según una encuesta de Ibope realizada en colaboración con la Worldwide Independent Network of Market Research, el 73% de los brasileños tenía una imagen positiva del papa Francisco, superando la media global del 54%. Este respaldo se reflejó en las masivas muestras de duelo tras su fallecimiento, con el presidente Lula da Silva decretando siete días de luto nacional y destacando que “la humanidad pierde hoy una voz de respeto y acogida al prójimo”.​

Cuando se habla de la cercanía que Francisco construía, hay muchos ejemplos. Durante un encuentro con la juventud, el Sumo Pontífice le hizo un chiste a una joven brasileña. “¿Le puedo hacer una pregunta? ¿Quién es mejor, Pelé o Maradona?”, le dijo Francisco. La inesperada frase le generó una carcajada a la mujer, que respondió “Pelé” y le contagió risa al papa.

En la entrevista que le realicé, también se pueden ver varios ejemplos de esta cercanía que construía Francisco. En un divertido fragmento que se viralizó en el país limítrofe, Francisco se refiere a Brasil y entona una canción de bossa nova. “En Brasil empieza el carnaval ya desde principios de año hasta Viernes Santo. A mí me viene siempre el brasilero, el agua, aquella canción ‘eles dizem que cachaça e agua, eu acho que nao (dicen que la cachaca es agua, no lo creo)’. Eso que tiene el brasilero de rico”, dijo.

Según un estudio del Pew Research Center publicado en septiembre de 2024, el porcentaje de argentinos que tienen una opinión favorable del pontífice pasó del 91% en 2013 al 64% en 2024. estoy seguro de que hoy volvió al 91%. Ese fue el costo de la grieta. Agarramos a un papa argentino con un alto nivel de aprobación y le cortamos, como si fuera una cama de Procusto, para llevarlo al 64%. Francisco conservaba en nuestro país una imagen positiva mayor que cualquier político o institución, pero a medida que se fue polarizando la sociedad, los argentinos no pudimos evitar meterlo en la grieta. Algo que, a pesar de las controversias, no se dio en Brasil con la misma fuerza.

Volviendo al país vecino, el papa Francisco fue especialmente apreciado por su enfoque pastoral y su compromiso con los más necesitados. El cardenal Odilo Scherer, arzobispo de São Paulo, el arzobispo con la mayor cantidad de habitantes, -en el estado viven casi 50 millones de personas- recordó que Francisco promovió una “Iglesia en salida”, comparándola con un “hospital de campaña” dispuesto a atender a los heridos de la sociedad . Su estilo sencillo y directo también fue destacado por el cardenal Raymundo Damasceno, quien subrayó la humildad del papa al elegir vivir en la Casa Santa Marta y su enfoque misionero en la conducción de la Iglesia.​

Toda esta admiración y pregnancia de figura del papa se vio reflejada en la despedida que tuvo por parte de las autoridades brasileñas. En un emocionante video, el presidente Lula da Silva despidió al papa y dijo: “Francisco fue el papa de todos, pero especialmente para los excluidos, los más pobres, los agraviados, los inmigrantes, los que no tienen voz, las víctimas del hambre y del abandono”. También declaró que fue el “papa de la paz” y destacó su condena a todas las guerras.

Lula integró la comitiva brasileña que asistió a la basílica de San Pedro el día anterior al funeral de Francisco, antes de que se cerrara su féretro, al revés de lo que tratan de convencernos Javier Milei y Patricia Bullrich de que el protocolo del Vaticano decía que solo tenían que estar presenten en el tramo final de la despedida.

Comitiva Brasil papa Francisco
La comitiva brasileña en la Basílica de San Pedro.

Estuvieron presenten todos los cancilleres de Lula, como Celso Amorim, en el extremo derecho de la imagen. En el otro extremo, el canciller actual Mauro Viera, quien vivió en Argentina por casi 20 años entre que fue embajador de Brasil en el país por dos períodos y ministro consejero unos años antes. También estuvo presente la expresidenta Dilma Rousseff.

La comitiva argentina estuvo compuesta por 7 personas: Javier Milei, Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Sandra Pettovello, Gerardo Werthein, Manuel Adorni, Nahuel Sotelo.

A pesar de la admiración generalizada, muchos brasileños esperaban que el papa impulsara reformas en temas como el uso de anticonceptivos, el divorcio y la ordenación de mujeres. Una encuesta de Datafolha reveló que el 83% de los brasileños consideraba que la Iglesia debería permitir el uso de preservativos, y el 58% apoyaba la aceptación del divorcio. Sin embargo, Francisco adoptó una postura de discreción en estos temas, priorizando la inclusión y el acompañamiento pastoral sobre cambios doctrinales directos.​ No fue un revolucionario, fue un reformista.

Pero no todo fue color de rosa para Francisco en Brasil. Su pontificado también estuvo marcado por tensiones con sectores conservadores y evangélicos en Brasil y su crítica a modelos económicos que perpetúan la injusticia y su defensa del medio ambiente fueron vistas con recelo por algunos grupos alineados con el bolsonarismo. A pesar de estas diferencias, uno podría asociar al expresidente brasileño Jair Bolsonaro con Milei, con ideas económicas similares. Pero Bolsonaro, reconocido por sus brutales exabruptos, no tiene declaraciones tan groseras contra el papa como las del mandatario argentino.

En una ocasión, luego de que el papa mostrara su preocupación por los problemas ambientales tras las quemas en el Amazonas, Bolsonario ironizó y dijo que, si bien “el papa es argentino, Dios es brasileño”. Una forma de tratar de eludir la interpelación de Francisco, sin confrontar directamente. Muy lejos de las acusaciones de ser un representante del diablo, impulsadas por nuestro Presidente.

Probablemente, el legado del papa Francisco visto a la distancia va a tener mayor pregnancia que su figura en vida. Con el paso de los años, la política coyuntural se irá despejando y se podrá apreciar el profundo humanismo que había en sus enseñanzas, que se hacían en clave de la grieta.

Argentina, un país cuya política rebota entre diferentes proyectos populistas, tiende a percibir los fenómenos de manera dual. Peronismo-antiperonismo, populares y liberales, unitarios y federales, libertarios o kirchneristas. Sin embargo, el mundo, la religión, la espiritualidad y un líder espiritual de más de 1.300 millones de fieles, como lo fue el papa Francisco, no entra en la estrechez de esas miras, en esa ontología bipolar que tenemos. Esperemos que pronto podamos entenderlo y de esta manera, quizás podamos empezar a ver la realidad con otros ojos que no estén agrietados por relatos parciales que solo nos conducen a nuevas frustraciones.

Esperemos que el ejemplo de Brasil nos ayude a decir: “¿Cómo puede ser que los brasileños hayan querido más al papa Francisco que los argentinos?”. Esto es porque los argentinos lo pusimos en la grieta.

TV/ff