Una cuestión que me llamó mucho la atención durante el conflicto de Vicentin, fue el encarnizamiento de la derecha contra el concepto de Empresa Testigo. Hubo un gran esfuerzo mediático para desacreditar la idea y a quienes la promovieron. Parecía un tema menor, pero no lo era. El gobierno ignoró esta cuestión. Su argumentación para justificar la intervención giraba centralmente en torno a preservar fuentes de trabajo, cobrar y pagar acreencias. Nunca tuvo una mirada estratégica sobre el rol de la empresa. No había plan, solo coyuntura e improvisación.
Pero a la par se estaba jugando otro partido tan o más importante, y era el de transformar a Vicentin en una Empresa Testigo del comercio exterior de granos. Lugar este opaco como ninguno, por donde se escurren millones de dólares de recursos fiscales a causa del contrabando, el pesaje amañado o la manipulación de los precios de transferencia. Si queremos discutir el déficit fiscal con la derecha, debemos empezar por ahí.
Vicentin pública, en sociedad con YPF agro, era un maridaje perfecto con un enorme futuro. Este posible escenario enloqueció a la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y al Centro de Exportadores de Cereales (CEC). La poderosísima gremial de los monopolios exportadores, conocida por sus siglas de combate contra el Estado: CIARA-CEC, es dueña absoluta del negocio granario. Verdaderos “Hood Robin” de la economía argenta.
Nunca planteamos hacer de Vicentin una empresa a imagen y semejanza de lo que fue la JNG (Junta Nacional de Granos) o el IAPI; eso ya no se puede, el mundo cambió. Imaginábamos un formato de empresa pública, no estatal, con control social y una ingeniería jurídica, política y administrativa orientada a minimizar la corrupción y capturar renta agraria para el bien común. Definimos lo público como una superación de lo estatal. Lo público lo controlamos y defendemos entre todos, lo estatal termina siempre a tiro de decreto de los vendepatria, como los que nos gobiernan.
Hoy, el pueblo honesto de Necochea-Quequén está dando una batalla épica para que no nos roben otra Vicentin, más chica en el volumen de granos operado, pero de igual significación política. En este momento se está discutiendo el llamado a licitación para concesionar la terminal 1 de la ex JNG, en el Puerto de Quequén. Un hecho trascendental para la soberanía e invisibilizado a la opinión pública.
La Asamblea por la Soberanía del Puerto de Quequén (ASPQ) advierte queel Ente Adminsitrador del Puerto de Queuén ”para confeccionar el pliego licitatorio de la terminal 1 de la ex JNG, el consorcio contrató un estudio jurídico propuesto por CIARA-CEC. Eso es una grave irregularidad que direcciona la licitación, pues se trata de una Corporación que representa los intereses de los grandes productores y empresas exportadoras, y no representa los intereses de los bonaerenses. La medida fue aprobada por el directorio y alentada por su presidenta, Jimena López”. Le dieron la confección del pliego licitatorio a un estudio jurídico vinculado a la mafia granaria. ¿Qué puede salir mal? Para ellos nada, si están de los dos lados del mostrador. Señala ASPQ: “El consorcio del Puerto Quequén funciona como un ente privado, cinco de nueve miembros representan cámaras empresarias; y algunas de ellas son juez y parte a ambos lados del mostrador. Resulta absolutamente incompatible que una firma comercial privada opere una Terminal, pues las empresas exportadoras extranjeras monopolizan la comercialización conformando verdaderos trusts.”
Por ahí se nos va una mini Vicentin. “Estamos en riesgo de sufrir otros treinta años de despojo. Las exportadoras a través del Consorcio se convirtieron en el poder económico dominante, compran voluntades y despliegan propaganda que coloniza el pensamiento de los ciudadanos para que actúen en contra de sus propios intereses”.
El Arq Miguel Bayon, ex Secretario de Planeamiento, Obras y Servicios Públicos de Necochea y especialista en el tema, dice: “El puerto Quequén resistió el embate privatista del gobierno de Menem sobre fines de 1989 y principios del 90, blandiendo como instrumento la nueva Ley de Reforma del Estado. Esta lucha duró siete meses hasta lograr abortar la pretensión del grupo Socma de la familia Macri, de obtener por treinta años una concesión integral (…). El propio Mauricio Macri encabezó la atropellada privatista. Quieren reeditar lo que pasó en los 90. Dios ilumine al gobernador.
Mario Dahul, referente de la ASPQ, provee datos “muy bien estudiados” que parecen increíbles! “En el Puerto Quequén tenemos las instalaciones que fueron de la JNG, concesionadas hace casi 33 años a un grupo llamado “Terminal Puerto Quequén S.A. (conformado por las agroexportadoras) por donde sale el 40% del total de dicho puerto. Son unas 3.500.0000 de toneladas de granos y subproductos. Eso representa apenas el 2,27% del total del país. Algo pequeño, verdad?”
Si le ponemos número y comparamos, lo pequeño se hace grande y actúa como referencia. Sigue Dahul: “Por el sólo hecho de operarla, dicha terminal le genera a las empresas una ganancia de 12 millones de dólares/año. Y operar el comercio exterior, les agrega una ganancia de 240 millones de dólares. sin contar la ganancia extra “non sancta”, ateniéndose solo a la parte legal.” (…) “Los granos que se exportan por nuestra terminal pagan 85 millones de dólares al año de DEX. (…) Si la manejara el estado provincial, podría devolverle al instante las retenciones a todos los productores bonaerenses y de esa forma las ganancias netas serían de 165 millones anuales. Se podrían construir 8.250 viviendas al año”. Estos son los números solo del 2,27 % de la exportación en blanco. imaginen lo que “chorrea”!
Pero hay más triquiñuelas mafiosas. Los monopolios cerealeros que operan el Puerto Quequén cobran a los productores tarifas de “puerto sucio”. Lo catalogan así desde los tiempos en que no tenía escollera sur ni calado de 50 pies. Entonces no se podía operar durante 115 días/año, debido a las marejadas. Obras realizadas durante el K redujeron ese lapso a solo 15 días. Hoy es el mejor y más profundo puerto marítimo argentino. Los buques de gran porte ingresan con facilidad y en apenas 20 minutos están navegando en mar abierto. Lo de “sucio” es una burda patraña para saquear a los productores de la zona, con la complicidad de la dirigencia agraria.
Días atrás los monopolios pagaban allí la Tn de soja a los chacareros hasta 50 dólares menos que la que se vendía con entrega en Rosario. ¿Por qué? Fácil, los concesionarios de la terminal Quequen son también dueños de los puertos privados del gran Rosario (Dreyfus, Viterra, Cargill, etc). Con lo que pagan de menos en Necochea se costean el falso flete marítimo de Rosario, que obligadamente tiene que ir a completar carga a Quequén, previo paso innecesario por Montevideo. ¿Se entiende porqué buscan dragar 44 pies (13,4 metros) el Paraná? Un verdadero ecocidio.
Es un increíble doble saqueo a los productores. A los de Rosario les hacen pagar el flete por el camino más largo, vía Montevideo; y a los de Necochea les pagan menos para abaratar el viaje Rosario-Montevideo-Quequén. La Mesa de Enlace y la política, tan hipócritas como cómplices, no abren la boca sobre este escandaloso manejo. Eso sí, después le llenan la cabeza a los productores que los K los saquean!
La lucha por el puerto Quequén, el dragado del Magdalena, la navegación del Paraná, la refundación de nuestra flota mercante son todos rayos de la misma rueda llamada soberanía. Es la piedra basal de la existencia de la Patria.
Axel tiene la última palabra acerca de qué hacer con el Puerto Quequén, confiamos en él. Tiene ante sí un desafío muy importante para su futuro político. Es una verdadera prueba de fuego, no sólo en cuanto a su gestión, sino también en relación a su disputa por el liderazgo del campo nacional y popular. La política le puso esta vara para medirse con CFK, que en esos desafíos nunca defraudó y copó varias paradas fuertes: estatización de YPF, fondos de pensión, Aerolíneas, etc. En la cancha se ven los pingos. El tiempo dirá.