La del 28 de mayo de 2023 fue una noche aciaga para Unidas Podemos en prácticamente todo el territorio. A pocos meses de las generales que debía capitanear Yolanda Díaz con un nuevo proyecto, las coaliciones de la izquierda se hundían en España, quedando sin representación en las comunidades de Madrid, la Valenciana y Canarias. Perdían cinco de los seis gobiernos autonómicos de los que formaban parte y también las ciudades de Barcelona y Valencia, en manos hasta entonces de los Comunes y de Compromís. Además de la candidatura en solitario de Izquierda Unida en Asturias, solo Navarra, que había ensayado una confluencia bien avenida que incluía a Podemos, IU, Batzarre, Alianza Verde y Verdes Equo, subía de dos a tres escaños con respecto a 2019 y lo hacía con una líder, Begoña Alfaro, que se convirtió finalmente en referente al ser la única consejera autonómica del partido de Ione Belarra en todo el país.
Este miércoles, la coordinadora de Podemos Navarra, una voz a veces crítica con la línea de la dirección estatal, anunciaba que no se presentará a la reelección en las primarias que deben celebrarse próximamente, ahondando la crisis de representación territorial del partido, muy debilitado tras la debacle de aquel 28-M y la escasa rentabilidad obtenida dentro de Sumar en las generales (solo conserva cuatro diputados en el Grupo Mixto del Congreso).
Alfaro, que defendió claramente la alianza con Díaz el 23-J en un pulso a la dirección de la formación y que meses antes participó en la puesta de largo de la vicepresidenta como candidata contra el criterio ordenado por la cúpula, anuncia que no optará al cargo, dejando algún recado al núcleo central de la formación. “Mi esfuerzo en lo que resta de legislatura se va a centrar en desarrollar desde el Gobierno los acuerdos programáticos que adoptamos en 2023 para mejorar las políticas públicas de Vivienda, Juventud, Políticas Migratorias e Igualdad, y en poner toda la carne en el asador para que todo el espacio político que representa Contigo-Zurekin pueda llegar a la convocatoria electoral de 2027 bajo una unidad de acción asentada en un proyecto centrado en Navarra, y no con la permanente espada de Damocles de tener que mirar de reojo a quienes deciden sin tener la más mínima consideración al interés de las navarras y los navarros”, afirma en el comunicado emitido.
Esa apuesta clara por la unidad de todos los partidos contradice alguno de los preceptos de la hoja de ruta aprobada por Podemos en el congreso celebrado en abril, que establece —ya lo hacía antes, aunque la estrategia era otra— que corresponde a la Asamblea Ciudadana Estatal el “aprobar o rechazar cualquier pacto o alianza preelectoral o postelectoral, de gobierno o de investidura, con otras fuerzas políticas, así como definir los criterios marco que afectarán a dichos pactos en niveles territoriales inferiores al estatal”. Ese criterio —con Irene Montero postulada como cabeza de lista a unas generales— aleja de momento la posibilidad de presentarse con la formación de Díaz. Y aunque en la confluencia navarra Movimiento Sumar como tal no está, sí conviven otras fuerzas coaligadas y en mayor sintonía con ella.
En su comunicado, la vicepresidenta tercera y consejera de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias del Gobierno de Navarra, que accedió al cargo de coordinadora autonómica en 2021, también subraya que Contigo-Zurekin, el proyecto común puesto en marcha para las elecciones de 2023, lo hizo “superando las divisiones partidistas y el incesante ruido” al que les “someten las organizaciones que tienen en Madrid sus centros de decisión”.
La todavía líder del partido en la comunidad, termina su escrito con una reflexión dirigida “a todas las fuerzas progresistas”, más allá de la coalición de la que forma parte. “Al margen de siglas, debemos tener una mirada larga y asumir el cambio de pantalla que está viviendo la política a todos los niveles. Hay que consolidar lo conseguido en nuestra comunidad en los últimos diez años y ambicionar más, ofrecer un proyecto que genere ilusión en la ciudadanía frente a la peligrosa ola reaccionaria que amenaza nuestro sistema democrático”.
Además de mejorar resultados en Navarra, Podemos, junto a IU y otras fuerzas, logró mantenerse en Murcia (dos diputados), La Rioja (dos, aunque perdió el Gobierno) y Extremadura (cuatro). La líder de este último territorio, Irene de Miguel, revalidó el cargo el pasado diciembre con el 94,9% de apoyos. La portavoz en el Parlamento autonómico presentó una candidatura que apostaba también por la unidad y acaba de volver a ser elegida secretaria de Revitalización del Medio Rural en la última dirección de Belarra. El camino hacia los comicios de 2027 será largo y en un contexto de debilidad generalizada, las formaciones de la izquierda se verán obligadas a negociar. La experiencia previa la aportarán Castilla y León y Andalucía, esta última una comunidad clave para resolver conflictos o de lo contrario, lanzarse a medir fuerzas.