El Inter de Lautaro bajó al Barcelona de Lamine Yamal en una serie para la historia y se metió en la final de la Champions League

El Inter de Lautaro bajó al Barcelona de Lamine Yamal en una serie para la historia y se metió en la final de la Champions League

Convirtió cinco goles en la fase de grupos, también le marcó al Feyenoord en los octavos de final, por duplicado al poderoso Bayern Múnich en cuartos y ahora, además, Lautaro Martínez gritó ante el Barcelona de las estrellas que se apagó en semis ante un Inter de Milán rocoso y aguerrido, pero que también juega muy bien al fútbol. Ganó 4-3 el equipo italiano en el tiempo suplementario de una serie espectacular, se impuso 7-6 en el global y jugará su segunda final de la UEFA Champions League en los últimos tres años.

La figura de Lautaro es ineludible al hablar del Nerazzurri. Llegó a los nueve goles en la presente edición de la Champions e igualó el récord del club que ostentaba Hernán Crespo, autor de esa misma cantidad de tantos en la temporada 2002-03. Detrás de ambos aparecen Samuel Eto’o (8 la 2010-2011) y El Emperador Adriano (7 en la 2004/2005). A la altura de esos nombres legendarios está el delantero de la Scaloneta, que llegaba con lo justo en lo físico y no se lo quiso perder.

Sin embargo, el equipo de Simone Inzaghi demostró, justamente, ser un equipo, no tan sólo una suma de buena individualidades. No cualquiera le hace cinco goles a un Barça que tiene en Lamine Yamal, Raphina y Pedri ese salto de calidad que lo dejó muy cerca del Triplete, aunque en este último encuentro el crack de 17 años no tuvo su mejor actuación.

Brilló Denzel Dumfries, el lateral neerlandés que participó de manera directa en cinco de los siete goles del Inter en la serie con dos goles y tres asistencias y fue el absoluto MVP. También se lucieron Hakan Calhanoglu y Henrikh Mkhitaryan, los dueños de la pelota. Y fueron salvadores Yann Sommer y Francesco Acerbi: al arquero tuvo una atajada imposible ante un remate de Eric García en el momento más apremiante y el defensor anotó el gol agónico que mandó la serie al alargue.

Hubo un primer round de estudio en San Siro: el Barcelona manejó la pelota en los primeros minutos y la hizo circular de un lado a otro buscando penetrar la férrea estructura defensiva de su rival, que se resguardó en campo propio y apostó a rápidos contraataques. Cada uno a su manera, transcurrió el primer cuarto de hora sin ocasiones de peligro. Hasta que apareció un gol salido del libreto.

Como si se tratara del videojuego Pac-man, los ‘fantasmitas’ Federico Dimarco, Mkhitaryan y Calhanoglu presionaron a Dani Olmo en campo rival, le extirparon la pelota y el italiano puso a correr a Dumfries, quien se la cedió a Lautaro Martínez para que definiera con todo el arco a su merced para el 1-0.

El conjunto culé continuó merodeando el área rival, siguió empujando, pero no lograba incomodar al local, que tuvo las ocasiones más claras en la primera mitad. Mkhitaryan pudo gritar el segundo con una volea que se fue cerca del palo derecho de Wojciech Szczesny y también probó de media distancia Calhanoglu.

Hasta que, ahora si, de un contragolpe letal vino el 2-0: Lautaro se escapó en velocidad, Pau Cubarsí lo derribó dentro del área y, tras chequear la jugada en el monitor del VAR, el polaco Szymon Marciniak sancionó el penal que convirtió Calhanoglu, un especialista.

Como en la ida disputada la semana pasada en el Camp Nou, el equipo español se veía nuevamente con dos goles de desventaja. Y, tal cual sucedió seis días atrás, demostró una sorprendente capacidad de reacción.

No tuvieron su mejor noche Lamine Yamal y Raphinha, entonces aparecieron Gerard Martín y Eric García como impensados héroes de la resurrección. El lateral izquierdo, quien ocupó el lugar del lesionado Alejandro Balde, asistió al defensor que ocupó el carril derecho, reemplazante de Jules Koundé, otro con problemas físicos. Y llegó el 1-2.

A partir de allí se vieron los mejores minutos del Barça en el partido. Sommer tuvo una de las grandes atajadas del año para negarle el doblete de Eric García, pero no pudo evitar el aluvión culé, que apenas seis minutos más tarde llegó a la igualdad: con todo el equipo volcado en ataque y el rival defendiendo con uñas y dientes, Gerard Martín envió un centro preciso al área que encontró la cabeza de Dani Olmo. Y el ex Lepizig se redimió del fallo en el primer gol para gritar el 2-2.

Lo que sucedió después fue puro show, ese que la Champions League sabe entregar mejor ninguna otra competencia del mundo. Raphinha capturó un rebote dentro del área y marcó el 3-2 a los 87′ y ese tanto que parecía sentenciar la eliminatoria. Sin embargo, el Inter también tuvo una vida más y igualó en el tercer minuto de descuento a través de Francesco Acerbi, que se mandó al ataque con mucho para ganar y poco por perder.

Y si de héroes inesperados se trata en una de las series más espectaculares en la historia de la Champions, Davide Frattesi se convirtió en el héroe de la tapa de todos los diarios con el tanto de la victoria en el primer tiempo del alargue. Se trepó a las rejas de contención de la tribuna y junta a él fue Lautaro Martínez, reemplazado a los 71′ por Mehdi Taremi y un firme candidato a quedarse con el Balón de Oro.