La cuarta edición de NODO Circuito de galerías, que se desarrolla entre el 8 y el 10 de mayo en Buenos Aires, llegó consolidada y con varias novedades. Entre ellas, el programa de adquisiciones por el que museos y colecciones locales e internacionales buscan alimentar sus acervos con obras de arte contemporáneo argentino. A las vernissages y acciones de cada una de las 68 galerías participantes, a las caminatas guiadas por los ocho circuitos, se sumó un recorrido especializado con la idea de impulsar el mercado. Este circuito y pool de galerías cuenta con el auspicio del diario Clarín y de Revista Ñ.
Pronto y expeditivo, se definió en la previa a la apertura del evento el Museo Franklin Rawson de San Juan, adquiriendo para su colección una pintura de Verónica Gómez, a través de la galería Cott, de San Telmo.
La niña y el mar (2024), un óleo sobre tela que retoma la atmósfera atrapante y neo arcaica de la artista, se muda al asombroso museo de la capital sanjuanina. Una niña, con el mar como vestido. “Detrás de ella, los retratos de sus ancestros: una medusa y una roca. Su compañía: dos aves marinas, los alcatraces de patas azules. Una escalera conduce al exterior, a un mar nocturno. Por el ángulo inferior izquierdo ingresa al mar. Si ella se acerca, si toca la orilla, el vestido será parte del océano. Así empieza un largo viaje”, escribió la artista, de ascendente proyeción internacional.
Durante abril, Verónica Gómez fue protagonista del solo show que presentó en Expo Chicago, compuesto por la ultima producción que la artista pintó en la singular Residencia+Galeria de arte Mil Gotas, en Songzhuang, Beijing. “Fue de gran impacto en toda la feria, tanto en el público como en curadores y directivos de museos importantes de Chicago, también de colecciones privadas”, comentó a Clarín Gabriel Cott, director de la galería.
El director del Museo de Bellas Artes Franklin Rawson, Emanuel Díaz Ruiz, particpó además de forma activa de NODO, fue uno de los ponentes del Programa de Conversaciones, abierto al público, y coordinado por Jimena Ferreiro en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, con el título Líneas de atracción imaginarias sur-norte. Ensayos sobre arte y prácticas institucionales en el vértice de una nueva sensibilidad social.
A través de su Asociación de Amigos, el Museo de Arte Moderno incorporó a su patrimonio público Cuerno de alce (Platycerium), una obra de la serie “Interior” (2018), del artista rosarino Román Vitali. Adquirida a través de la galería Diego Obligado, también de Rosario, la obra está exhibida en Los encuentros impredecibles, la exposición curada por Lara Marmor que reúne galerías situadas fuera del circuito porteño, como una vía representativa para todos los miembros de Meridiano.
La suma de esta obra al patrimonio del museo se enmarca en la misión del Programa Moderno Federal, coordinado por Raúl Flores desde 2022, que trabaja activamente para fortalecer una red de diálogo e intercambio entre el museo y las diversas escenas artísticas del país.
En el contexto de NODO, la Colección Balanz adquirió LA HERIDA, un díptico de El Pelele, artista de una estética singular, entre fantasmagórica y cibernética, con una sólida carrera además en la performance. La pieza de 2025, es una de las joyas de Las primas, la exposición colectiva curada por Nicolás Cuello en base a la novela de Aurora Venturini, autora singular también.
“Esta obra va a ser la punta de serie de una exposición muy importante”, comparte Alberto Sendrós, director de la galería y fervoroso impulsor de Las primas, la primera exposición colectiva en su sede de la segunda época, en La Boca, que ya está “prácticamente vendida”. Balanz volvió a apostar por el artista, del que ya tiene cinco o seis piezas, agrega el galerista. “Que la cámara organice este tipo de eventos contribuye a la difusión de nuestra actividad, a traer nuevos públicos e interlocutores interesantes de afuera, es una forma de fortalecernos”.
Hasta el sábado 10, de 14 a 20, continúan los eventos por los ocho circuitos por diferentes barrios de la ciudad: Recoleta, Retiro, Palermo, Villa Crespo, San Telmo, La Boca, Microcentro y la Torre Macro, donde se exhibe Los encuentros impredecibles, una sensible exposición. La presencia de profesionales de instituciones de España, México, Alemania y Brasil auguran nuevas conexiones para el futuro próximo y el impulso de la escena del arte argentino.