El juego del calamar llega a su fin y el protagonista cuenta cómo la serie le cambió la vida

El juego del calamar llega a su fin y el protagonista cuenta cómo la serie le cambió la vida


Cuando este 27 de junio Netflix estrene la tercera temporada de El juego del calamar, la sensación probablemente supere la simple nostalgia por el final de una serie de aventuras. Porque implicará el cierre de un fenómeno que, desde su lanzamiento en 2021, desbordó la pantalla para alcanzar otra categoría: convertirse en uno de los grandes éxitos globales de la última década.

Esta ficción de supervivencia y distopía, con sus dosis de violencia y misterio, logró algo que parecía impensado antes del streaming. Atravesó idiomas, fronteras y algoritmos para poner a Corea del Sur, cuyas producciones estaban reservadas al consumidor de nicho, en el mapa mundial. La serie más vista de la plataforma más popular del planeta por primera vez no era estadounidense. Ni siquiera de habla inglesa: dos años después del éxito de Parasite en los Oscars, el país asiático volvía a jugar en las ligas mayores del mundo audiovisual.

No tenías que ver ficción coreana ni saber qué es un idol -el término con el que se conoce a los actores y estrellas de entretenimiento en Corea- para ser parte de la manía. El juego del calamar es simplemente inescapable. La fortaleza de sus vueltas de tuerca, el icónico diseño del set y vestuario, y una trama cruelmente adictiva la volvieron con rapidez la serie “de la que todos hablan”.

Lee Jung-jae (L) posa con el Emmy que ganó por El juego del calamar. A su lado, el director Hwang Dong-hyuk. otro ganador en la edición 2022. Foto: AFP

Para Lee Jung-jae, el actor que encarna a Seong Gi-hun, el protagonista moralmente deshilachado de la serie, El juego del calamar fue la oportunidad de obtener algo que hasta entonces ni siquiera se había planteado: la fama mundial. Sin hablar inglés ni haber pasado por Hollywood, el intérprete de 52 años se convirtió en el primer asiático en ganar un Emmy, llegó al universo Star Wars -hizo de un maestro Jedi en la serie The Acolyte– y se tornó en una celebridad en los lugares más recónditos del planeta gracias al suceso de la serie.

“Es algo que jamás había soñado. Nunca podría haber imaginado el éxito que finalmente tuvo el show”, dice Lee a Viva. “El director y todo el equipo teníamos esperanzas de que a la serie le fuera bien en Estados Unidos y en algún que otro país, pero eso era todo. La escala realmente nos sorprendió. Decir que El juego del calamar tuvo un enorme impacto en mi vida sería quedarme corto.”

Lee Jung-jae ya era una figura destacada en el entretenimiento de su Corea del Sur natal mucho antes de la serie. Dos de las diez películas más vistas de la historia del país lo cuentan entre sus elencos, cifras que dan verdadera dimensión del magnetismo que ejerce entre el público local. Ficharlo es una apuesta segura: la gente reconoce su nombre y sabe qué esperar.

Escena de la tercera temporada de El juego del calamar. Escena de la tercera temporada de El juego del calamar.

Actor por casualidad

Con más de treinta filmes en su haber, además de destacadas apariciones en televisión, Lee no es precisamente un recién llegado. Pero hay que decir que llegó a la actuación casi por azar. Nacido y criado en Seúl, su primer coqueteo con las cámaras fue como modelo, cuando un cazatalentos lo descubrió mientras trabajaba en una cafetería. El atractivo de Lee calzaba justo con el perfil que su agencia buscaba y rápidamente lo contrataron. Las pasarelas se convirtieron así en su primera escuela.

Trabajó como modelo un par de años, pero la actuación pronto ganaría la pulseada. Tras hacer su debut televisivo en 1993 en la serie dramática Dinosaur Teacher, Lee se convirtió en una estrella nacional prácticamente de la noche a la mañana con apenas 21 años. Y de ahí en más, las cosas no harían otra cosa que ir para arriba: más roles en series y una primera aparición en la pantalla grande, en la bien recibida The Young Man.

Para 1995, Lee era uno de los nuevos galanes de la televisión coreana. Su papel en la serie Sandglass, en la que daba vida al guardaespaldas silencioso y devoto de la protagonista, robaba suspiros a lo largo y ancho del país. Su popularidad era tal que el suyo pasó de ser un personaje secundario a sumar cada vez más tiempo de pantalla con cada nuevo episodio y convertirse en un favorito de la gente.

Lee Jung - jae fue modelo y galán de la TV de Corea del Sur.Lee Jung – jae fue modelo y galán de la TV de Corea del Sur.

Decir que El juego del calamar tuvo un enorme impacto en mi vida sería quedarme corto.

La amargura del final

Hoy es difícil de imaginarlo como el temprano galán que supo ser. En El juego del calamar interpreta a un pobre diablo que arriesga su vida cada episodio. Junto a otras decenas de personas con deudas impagables, participan en desafíos que los pueden volver multimillonarios en caso de ganar, o tan solo otra estadística si fallan y mueren. A Lee (como Seong, el jugador 456) se lo ve agotado, silencioso y magullado. Hasta perdió peso para interpretar el papel en los últimos episodios.

“Fue muy duro y sentí cierta amargura en mi corazón en esta temporada. Cuando piensas en la naturaleza de los juegos en los que los personajes participan y los extremos a los que algunos llegan en su desesperación… Es un show, pero nos hace reflexionar sobre lo brutal que puede ser la vida real”, dice Lee.

“A la vez, encuentras otros personajes que sacan lo mejor de sí y quieres que triunfes. Sin lugar a dudas, El juego del calamar fue un desafío único debido al gran rango de emociones que me exigió atravesar al mismo tiempo.”

En la serie, Lee Jung - jae interpreta a un hombre que arriesga su vida en cada episodio. En la serie, Lee Jung – jae interpreta a un hombre que arriesga su vida en cada episodio.

La serie te hace pensar en cosas que no te habías planteado.

Fuera del radar de Occidente, Lee aprendió a cosechar una popularidad inmensa en Corea del Sur. Podía ser rey de la taquilla The Thieves, de 2012, fue por mucho tiempo la segunda película más vista en la historia del país- o héroe de culto. El drama romántico Il Mare, de 2000, protagonizado por Lee, pasó de olvidado a convertirse en un favorito de su repertorio gracias a una remake estadounidense: La casa del lago, con Keanu Reeves y Sandra Bullock. El título original le gustó tanto que así llamó Lee a su cadena de restaurantes italianos de lujo en Seúl, un proyecto de pasión en el que se hizo cargo del diseño de interiores, la carrera que había estudiado antes que la actuación despegara.

Hwang Dong-hyuk, el creador de El juego del calamar, reclutó a Lee en 2021. Lo eligió de protagonista porque quería “destruir la carismática imagen de sus anteriores roles”. El galán de Corea se iba a tener que meter en el barro para su llegada a Netflix.

Todos los que hicimos parte de la serie nos tomamos muy en serio el desafío”, cuenta Lee sobre la responsabilidad de protagonizar un show que se hunde en lo más bajo de la naturaleza humana para explorar qué tanto estamos dispuestos a hacer por dinero.

En esta última temporada, Seong Gi-hun irá más a fondo que nunca en su misión de detener los macabros juegos, aunque el camino está lejos de ser sencillo. Un levantamiento frustrado, un villano dispuesto a todo y un grupo de aliados capaces de voltearse de un momento a otro son las cartas de Seong, dispuesto a dar su última batalla.

La serie es una crítica feroz al capitalismo, pero muchos fanáticos se han concentrado en el espectáculo y la acción, y poco en la explotación de los más necesitados que denuncia. Fue incluso la inspiración en 2024 de Beast Games, el reality de supervivencia del popular youtuber MrBeast, en el cual 1.000 candidatos compitieron por 5 millones de dólares -el mayor premio en la historia para un certamen de este tipo- sin otra premisa que la gente sigue dispuesta a ver a extraños traicionarse por dinero.

“Creo que los que verdaderamente aman esta serie no lo hacen porque sea entretenido o por el mensaje, sino por ambas cosas: aman que a la par que es completamente adictiva, te hace pensar en cosas que no te habías planteado”, explica Lee. Y agrega: “Muchos quisieron unirse al elenco en estas últimas temporadas debido a los mensajes de la serie, y entre cada episodio los actores teníamos discusiones sobre cómo llevarlos mejor a la pantalla”.

Pero, ¿qué pasa ahora que los juegos llegan a su fin? El legado del show es aún incierto. ¿Se convertirá en un clásico para todos los tiempos, o un fenómeno de época? ¿El mensaje en el que Lee cree con tanto fervor será lo que nos quede de la serie, o lo será la violencia de sus escenas más crudas? El actor no tiene las respuestas, pero confía en que la tercera temporada resolverá todas las dudas que quedaron planteadas en la anterior entrega.

“Espero que esta temporada inspire a los espectadores tanto como me inspiró a mí. Sé que tienen curiosidad por saber qué pasará, pero la espera es cada vez más corta”, asegura con una sonrisa.

“Por supuesto, El juego del calamar es mucho más que un show para mí: ha ampliado el horizonte de mi carrera de formas que jamás podría haber soñado. Solo me queda agradecer a los fans por las nuevas oportunidades que esto ha abierto en mi vida.”