Más de 120 años después de su fundación, el Sport Lisboa e Benfica será uno de los protagonistas del renovado Mundial de Clubes 2025 que se disputará en Estados Unidos. El club portugués, uno de los más tradicionales de Europa, integrará el Grupo C del certamen junto al Bayern Múnich, Boca Juniors y Auckland City FC. La expectativa en Lisboa es alta: se trata de una oportunidad única para que el Benfica rompa con una larga sequía internacional y recupere un lugar destacado en la élite global del fútbol.
Fundado en 1904 bajo el nombre Sport Lisboa, el Benfica es el club más laureado del fútbol portugués, con 38 títulos de liga a lo largo de su historia. Su época dorada llegó a comienzos de los años 60, cuando bajo la conducción del húngaro Béla Guttmann y con el talento de un joven Eusébio, conquistó dos Copas de Europa consecutivas (1961 y 1962). Sin embargo, desde entonces, el club ha padecido una seguidilla de finales perdidas a nivel continental y una llamativa falta de consagraciones fuera de su país, alimentando la leyenda de la “maldición de Guttmann”, quien habría augurado que el Benfica no volvería a ganar un título europeo en 100 años. Pese a ese estigma, el club se ilusiona con cortar la racha en terreno inexplorado: el escenario mundial.
En cuanto a su actualidad deportiva, el Benfica llega al Mundial con una base consolidada y una estructura competitiva. En la temporada 2023/24 se mantuvo como uno de los grandes animadores del fútbol portugués, luchando por el título local y con actuaciones destacadas en torneos europeos. Sin embargo, terminó con las manos vacías tras perder la liga portuguesa (por dos puntos) y la final de la Copa de Portugal, ambos torneos frente al mismo rival, el Sporting Lisboa.
Aunque su desempeño en la Champions League no le permitió avanzar a las instancias finales, su acumulado de resultados entre 2021 y 2024 le garantizó un lugar en esta edición ampliada del Mundial de Clubes. La solidez defensiva y el equilibrio en el mediocampo han sido claves en su rendimiento, más allá de ciertas irregularidades en los tramos decisivos.
La preparación para el torneo será crucial, ya que el Benfica enfrentará una fase de grupos con rivales de estilos contrastantes: el poderoso Bayern Múnich, el histórico Boca Juniors y el sorprendente Auckland City, único equipo amateur de los 32 participantes. El desafío para el conjunto portugués será mantener la regularidad y competir de igual a igual en un grupo con tanta diversidad táctica y cultural.
En cuanto a nombres propios, el Benfica cuenta con figuras de jerarquía que combinan juventud y experiencia. Jugadores como António Silva, zaguero central surgido de la cantera, y João Neves, promesa del mediocampo, son parte del nuevo proyecto del club. A ellos se suman futbolistas de recorrido internacional como Nicolás Otamendi y Ángel Di María, quien regresó al club en 2023 para aportar su talento y liderazgo en sus últimos partidos antes de ponerse la camiseta de Rosario Central, y Rafa Silva, habitual desequilibrante en la ofensiva.
El entrenador del Benfica es Bruno Lage, quien regresó al club para asumir el desafío de liderar al equipo en el Mundial. Lage ya había dirigido al conjunto lisboeta entre 2019 y 2020, cuando consiguió un título de liga y dejó una grata impresión por su enfoque ofensivo y su capacidad para potenciar juveniles. Su experiencia en la Premier League con el Wolverhampton también le dio rodaje internacional. Su retorno marca la apuesta del club por una conducción con conocimiento interno y vocación por el buen juego.
El Benfica se clasificó al Mundial de Clubes por la vía del ranking de rendimiento en la UEFA Champions League entre 2021 y 2024. Sus buenas campañas en ese período, incluyendo dos presencias en instancias eliminatorias, le aseguraron uno de los cupos disponibles para Europa. Con la historia a cuestas y la ambición intacta, el club portugués buscará en Estados Unidos el trofeo que se le negó en Europa y en las finales de la antigua Copa Intercontinental.