Productores agropecuarios critican el plan de Luis Caputo: «Dejen de tomarnos el pelo» | Reclamos directos al Gobierno

Productores agropecuarios critican el plan de Luis Caputo: «Dejen de tomarnos el pelo» | Reclamos directos al Gobierno

«Esto es como decir que yo le gano una carrera a Usain Bolt porque tiene los pies atados», disparó el productor Pablo Ginestet en respuesta a un posteo del ministro de Economía, Luis Caputo, que celebraba las proyecciones en energía y minería bajo el modelo libertario. Su frase sintetiza lo que hoy se respira en gran parte del interior productivo: fastidio y desconfianza. Al mismo tiempo, los reclamos parecen ser cada vez más explícitos: «Dejen de tomarnos el pelo», sostuvo el productor de Henderson, Juan Augusto Mateos.

«Liberen al campo de sus ataduras (DEX) y denle las mismas condiciones de inversión (RIGI), y ahí sí vemos cuánto más podemos aportar», sostuvo Ginestet en respuesta a los datos publicados por el ministro de Economía, que celebraba un análisis de su cartera sobre la proyección de Energía y Minería hacia 2033: «En seis años, entre Energía y Minería vamos a tener un saldo exportador equivalente a dos veces el agro. Casi 50 mil millones de dólares».

Reclamos directos al Gobierno: “Dejen de tomarnos el pelo”

La respuesta no fue aislada. El productor de Henderson, Juan Augusto Mateos fue todavía más contundente: «¿El sector por el que más cosas ha hecho este gobierno? ¡Estamos afuera del RIGI! Todo lo que pusiste en esa lista no mueve el amperímetro. Dejen de tomarnos el pelo», le escribió directamente a Luis Caputo en X.

La publicación fue en respuesta a un extenso posteo del ministro de Economía, que aseguraba que «el campo «es el sector por el que más cosas ha hecho este gobierno». 

Caputo cerraba su mensaje prometiendo: «No tengan dudas de que las retenciones se van a ir durante la presidencia de @JMilei, porque así lo prometió el Presidente y este gobierno cumple sus promesas. Eliminar las retenciones es una obsesión para este gobierno. Hay que tener confianza y paciencia, porque no se arreglan tantas décadas de desastres en un año y medio. ¡El campo también será próspero!».

Pero la réplica de Mateos no dejó margen para la diplomacia. «Los únicos boludos que pueden traer dólares frescos son los siempre serviles y mansos productores agropecuarios. Discriminados del RIGI, tratados como esclavos… pero siempre invirtiendo», respondió Mateos.

Mientras Milei sonríe en Palermo, crece la bronca en el interior

El malestar no sólo se muestra en las redes. Durante una reunión de CARBAP hace pocas semanas, en 9 de Julio, más de cien productores manifestaron su incomodidad con el rumbo del Gobierno. El contexto: retenciones sin baja, vaciamiento de organismos clave como el INTA y abandono de la infraestructura rural.

«El campo no es lo que dice Pino ni lo que muestra la Sociedad Rural», subrayó Ginestet, marcando distancia del presidente de la SRA, que pidió «darle tiempo al Gobierno» en la apertura de La Rural. 

El campo exige hechos, no slogans

En los pasillos rurales ya no se habla de promesas, sino de frustraciones. La bronca no es solo por las retenciones que siguen intactas, sino por un Estado que, dicen, ya ni aparece. Así lo reflejó CARBAP en un comunicado que reclama «el inmediato fin de las retenciones agropecuarias, un impuesto distorsivo, injusto y regresivo», y exige también una descentralización real de los fondos públicos. «El Estado nacional parece haber desaparecido de los territorios», denunciaron, sin vueltas.

Gabriel De Raedemaeker, exvicepresidente de CRA, lo puso en palabras: «Hay una grieta entre el agro que aparece en las fotos de Palermo y el agro real, que lidia todos los días con decisiones que lo asfixian. El problema no es solo económico, es ético. Nos pidieron tiempo y confianza, pero no cumplieron nada».

Y agregó: «Nos sentimos estafados por aquella promesa de campaña. O nos mintieron, o estaban improvisando». En la nota brindada a Bichos de Campo, De Raedemaeker reconoció algo que muchos piensan pero pocos dicen: «A Milei se le está perdonando más que a otros presidentes. Pero no para siempre. El campo no es tonto y no vive de aplausos».

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