Con profunda emoción María José Fontecilla Waugh relata el vínculo cercano que mantiene desde pequeña con la fotógrafa chilena Paz Errázuriz por medio de su madre, la gestora cultural y primera galerista chilena, Carmen Waugh, quien tuvo una sucursal en Buenos Aires entre 1969 –después del cierre del Instituto Di Tella– hasta la irrupción de la última dictadura militar, volviéndose una de las grandes defensoras de una generación de artistas que buscaba nuevos espacios de difusión, hasta convertirse en un referente de la escena local.
Sobre Errázuriz comparte: «Ella ha tenido una participación desde la imagen en los procesos más dolorosos de nuestro país porque se involucra en temas sociales, políticos y culturales con un lente muy excavador, donde uno entiende lo que pasa detrás».
Por esta razón acompaña con orgullo la muestra Errázuriz – Lestido. Próceres | Sepur Zarco. La conquista del hogar, en el Centro Cultural Matta, que cuenta con su curaduría además de la de Cecilia Nisenbaum y Fernando Farina en el marco de Bienalsur.
Diálogo entre obras
A primera vista el diálogo entre las obras de Errázuriz y Adriana Lestido, una de las fotógrafas argentinas más reconocidas, no es directa sino que más bien parece hermanarse de manera sutil, cada una desde su mirada e inquietudes.
Sin embargo, habrá que escarbar un poco para entender las capas de lectura frente a las series inéditas que cada una eligió exponer en esta ocasión, «Próceres» de Errázuriz que fue tomada en 1984 pero que hasta hace dos años y a raíz de una retrospectiva que se llevó a cabo en París nunca se había mostrado y «La conquista del hogar», un giro de 360 grados en la carrera de Lestido, donde se sumerge en la naturaleza e invita a un viaje silencioso.
A través de «Próceres», Errázuriz convoca a la acción de descolonizar el imaginario colectivo, un gesto que se potenciará mucho años más tarde con revueltas sociales no solo en Chile sino en muchas partes del mundo, que llevaran a que los bustos y monumentos dejen de respetarse y se pinten, rompan y decapitan.
Sobre esto reflexiona Mariairis Flores –investigadora y feminista– en el primer texto del catálogo de la muestra. «Próceres» surge como resultado de una sociedad inmersa en una dictadura militar, cuando Errázuriz tuvo la oportunidad de recorrer una fundidora donde se construían estatuas de las figuras que la historia elegía destacar, así como militares.

Durante un mes regresó en varias ocasiones para seguir retratando a esos hombres abatidos con disimulo, discreción y astucia, encontrando en esas partes despojadas de figuras que no fueron ni serán, son algo mucho más poderoso que lo explícito. Cada pedazo parece haber sido colocado en su lugar con precisión por Errázuriz –un busto por acá, una mano combativa por allá, un rostro dado vuelta– pero no, es la perfección de quien sabe capturar imágenes superadoras.
«Ella retrata esas partes desmembradas que denomina ‘presas de metal’, subvirtiendo el destino heroico al cual estaban destinadas para evidenciar la violencia de la dictadura, sin la necesidad de hacerlo de forma obvia o recayendo en la fotografía documental, algo que conocía bien. Sin embargo, no era el momento para sacar este material a la luz, por lo que solo se dedicó a guardarlas», explica Cecilia Nisenbaum y aclara que Errázuriz estaba muy interesada en el universo del prócer como algo completamente masculino, «donde el equivalente feminio de la palabra ni siquiera existe, por lo que no se puede nombrar».

Este es el primer postulado para poner en jaque. Si no se derrumban esas pesadas murallas patriarcales: ¿Dónde se ubican heroínas como Juana Azurduy, Maria Remedios del Valle, Paula Jaraquemada o Janequeo? ¿Cómo podemos llamarlas?
Consciente del contexto en el cual estaba inmerso Chile, decidió que el mejor destino para este trabajo sería el refugio y no volvió a reencontrarse hasta la muestra retrospectiva en París hace dos años, donde a partir de una investigación minuciosa de su acervo analógico finalmente decidió mostrar algunas.
Sin embargo, esta es la primera vez que la serie se expone en su totalidad, algo que incluso no sucedió en Chile, por lo que este acontecimiento es de gran privilegio para la Argentina.
DD.HH. y feminismo
En una segunda instancia se expone «Sepur Zarco», una serie del año 2019 donde Errázuriz invita a reflexionar acerca de temas como los derechos humanos, el feminismo y de qué manera la historia ha sido escrita.

En este caso son retratos de mujeres indígenas de la comunidad Q’eqchi de El Estol en Guatemala, que durante los años 80 y «en plena guerra represiva guatemalteca» como destaca Nisenbaum, fueron víctimas de violaciones sistemáticas, esclavitud doméstica y cuyas familias fueron asesinadas.
«Después de mucho tiempo lograron algo histórico, ganarle a los represores con un juicio donde por primera vez se expuso un crimen de género como un crimen de Estado«, explica Nisembaum mientras que Errázuriz remata con una frase conmovedora, «ahora ellas podían tener su propia imagen» ya que hasta ese momento habían ocultado sus caras, incluso durante el juicio.
«Yo pude encontrarme con ellas, hacerme entender y entregarles su foto, algo que finalmente cada una aceptó encantada» concluye.

Lestido, para nada ajena a la fotografia con compromiso social y con una extensa carrera que lo demuestra, decide presentar algo nuevo, donde se vincula de manera profunda con la naturaleza y muestra cómo logró sumergirse en territorios inhóspitos y alejados, como por ejemplo el círculo polar ártico, entregándose a la posibilidad de hacer un viaje hacia el interior.
Una acción mucho más introspectiva y espiritual, el verdadero respiro que tanto necesitamos. Por eso, «La conquista del hogar» es una meditación visual que nace del extenso y solitario viaje que llevó a cabo entre 2019 y 2020.
«Durante un año y medio, la artista recorre paisajes extremos atravesando las cuatro estaciones en territorios como Islandia y Noruega, donde la naturaleza impone su fuerza y silencio» , detalla Fernando Farina en su texto.
Son lugares que pocas personas llegan a conocer y que le permitieron analizar la idea del retorno a la casa y al origen. Es la posibilidad de desaparecer, de ser nada y todo al mismo tiempo. En estas imágenes, Lestido no solo devuelve la majestuosidad de lo que vio sino la oportunidad de «Mirar afuera para ver adentro» como un accionar que va de lo personal hacia lo colectivo.
La invitación que Errázuriz le hizo frente al deseo de que formara parte de la muestra, estuvo directamente relacionada con la transformación en la carrera de Lestido, algo que detectó con admiración ya que le parecía interesante ver como después de tantos años eso podría ser una posibilidad.
Errázuriz – Lestido. Próceres | Sepur Zarco. La conquista del hogar, en el Centro Cultural Matta (Tagle esquina Libertador, ingreso Plaza República de Chile), hasta el 17 de septiembre.