La Calera del horror: apareció un cuerpo y ya son tres los muertos en el lugar

La Calera del horror: apareció un cuerpo y ya son tres los muertos en el lugar


Encontraron el cuerpo de un joven de 32 años en el edificio en ruinas del barrio Corradi. El intendente Gerardo Merino anunció que va a demoler el edificio abandonado. Un tema de larga data con los propietarios complica el proceso. Los vecinos dicen que el lugar es un aguantadero de delincuentes

Pasadas las 8 horas de este jueves, apareció un cuerpo en “La Calera” del barrio Corradi, una fábrica abandonada que ser símbolo de un Trelew pujante en los ´70 y que desde hace dos décadas se convirtió en un aguantadero de delincuentes que infunden terror en los vecinos.

En una mañana soleada, vecinos avisaron a la Policía que había un joven sin vida en el interior del edificio abandonado. Los mismos familiares lo reconocieron en el lugar. Los investigadores, por estas horas, indagan las causas del deceso.

Según pudo saber Crónica, se trata de un joven de 32 años del barrio, que habría fallecido en horas de la madrugada. No había signos de criminalidad en la escena, confirmaron fuentes policiales.

Es la tercera persona que aparece sin vida en La Calera de Trelew en poco más de una década. En enero de 2013 apareció un joven de 29 años muerto con varios golpes en la cabeza. En junio de 2020 hallaron el cuerpo sin vida de un vagabundo. En marzo de este año, La Calera volvió a ocupar el centro de la escena cuando apareció un pitbull colgado del cuello.

La fábrica abandonada es vista por los trelewenses como un nido de delincuentes que vigilan a los vecinos desde las alturas esperando el momento para dar el golpe. Los hechos violentos suceden de día y de noche. 

Disparos a plena luz del día

Un joven de 22 años, que pasaba por el lugar vendiendo verduras, tenía la marca de un balazo en la mano. Hace dos semanas circulaba en bicicleta, cerca de las 9 de la mañana, casa por casa, cuando tres jóvenes salieron de la nada y lo insultaron.

“Qué te hacés el vivo, me corro le doy una piña, se la puse, parate de manos, ando trabajando amigo”, relató a Crónica el  joven que es padre de una hija y hace cinco años que dejó las malas juntas y trabaja duro para darle de comer a su familia. En medio de la pelea uno de los delincuentes sacó un arma y le disparó a quemarropa pero él alcanzó a poner la mano y salvó su vida.

“Puse la mano si no me da en el pecho; andan empastillados, ahí nomás hay un aguantadero, atrás de La Calera, donde dobla el colectivo; son pendejitos que andan rastreando, roban autos; yo anduve en esa esa pero ahora ya no”, cuenta.

“No me quemés”, aclara nuestro testimonio, quien no quiere fotos por temor a represalias.  El verdulero hizo la denuncia en la comisaría pero todo quedó en la nada. El temor del joven a que le pase algo es el mismo miedo que tienen los vecinos que no quieren hablar de los muertos.

Vida de narcos

Las vidas de esas familias están atadas a la prosperidad y la caída de La Calera de Trelew. La fábrica supo emplear a más de 100 trabajadores y abastecía de materiales al Valle, Comodoro Rivadavia y el sur del país.

En los años 90, la fábrica empezó a venirse abajo, en los 2000 terminó de caerse y no pudieron levantarla nunca más. Un vecino que vive enfrente contó que él llegó a trabajar en esa fábrica tanto como su padre y su abuelo. Dijo que los hornos fueron robados y así fueron despojando el lugar de todo lo que le quedaba hasta que se convirtió en un aguantadero.

El hombre, quien nos pidio reserva de identidad, repara en que por las noches suele ver autos que estacionan y en las sombras se ven figuras recortadas que cargan bolsas y las esconden en las habitaciones con pasadizos secretos. Nadie en el barrio duda que esconden algo en La Calera y de ahí la distribuyen a los barrios. 

En la fábrica abandonada se ve una carpeta de la escuela que un alumno dejó tirada, botellas de vino, colchones, mugre y se sienten olores nauseabundos. La Policía está al tanto de todo lo que sucede pero no se meten. Los patrulleros pasan de vez en cuando y siguen de largo, cuentan los vecinos.

La demolición se hace esperar

No bien asumió Gerardo Merino en Trelew, se comprometió a demoler La Calera del barrio Corradi para que deje de ser un nido de delincuentes y llevar tranquilidad a la gente. Los vecinos venían reclamando la demolición desde la gestión anterior de Adrián Maderna. En los últimos años, hubo algunos avances en los papeles pero la demolición nunca llegó a concretarse.

Merino, a comienzos de este año, anunció en el Teatro Español que tiene presupuestados los recursos para demoler el lugar. El proceso viene avanzado aunque faltan acordar algunos detalles que complican las cosas. Sin ir más lejos, el representante de los propietarios falleció.

El Tribunal de Faltas de Trelew emitió el dictámen ordenando la demolición y dispuso que los dueños debían pagar los costos. También ordenó cercar el lugar para evitar que se instalen los delincuentes.

Los propietarios pusieron objeciones legales al proceso de demolición esgrimiendo que había hornos y otros bienes de gran valor. La Municipalidad, en lo que va de este año, hizo varios relevamientos en el lugar para demolerlo de una vez.

La única solución, según dijeron las fuentes a Crónica, es que haya una acuerdo entre el gobierno provincial, la Municipalidad y los propietarios para terminar de una vez con este antro de la delincuencia y que los vecinos puedan vivir su vida en paz.