Rusia celebra que EE UU no “aumente la presión” sobre Moscú pese a la falta de acuerdo en Alaska | Internacional

Rusia celebra que EE UU no “aumente la presión” sobre Moscú pese a la falta de acuerdo en Alaska | Internacional


Vladímir Putin solía mentir al principio de la guerra con que su invasión marchaba “acorde al plan”. Pero ahora, tres años y medio después, su nueva estrategia funciona. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha aceptado el rechazo ruso a una tregua y ha vuelto a postergar sine die cualquier decisión que frene a Moscú en su derramamiento de sangre en Ucrania. El encuentro de este viernes de los mandatarios en Alaska finalizó antes de lo previsto sin ningún acuerdo tangible, y en el Kremlin festejan que Estados Unidos no aumente sus sanciones sobre Rusia ni rearme a Kiev. “Después de una conversación de casi tres horas, el jefe de la Casa Blanca se negó a aumentar la presión sobre Rusia. Al menos por ahora”, ha celebrado este sábado el expresidente ruso Dmitri Medvédev.

Putin ha logrado atraer a Trump a su campo un poco más tras su cita en la base militar de Anchorage. El presidente estadounidense ha manifestado este sábado tanto a Volodímir Zelenski como a los líderes europeos que es mejor buscar una paz definitiva que proclamar un alto el fuego incondicional ya. Esta es la posición de Moscú desde que arrancaron unas conversaciones que poco tienen de negociación. El Kremlin exige la capitulación de Ucrania y rechaza hacer concesiones aunque ello suponga enviar miles de soldados rusos a la muerte sin un horizonte claro.

Si se descuenta el tiempo que se perdió en traducir del inglés y ruso, la charla entre los mandatarios de ambas potencias duró menos de tres horas. La falta de entendimiento de las pretensiones rusas se extiende años atrás. Putin volvió a insistir a un par de metros de Trump en que su objetivo no se ha movido un centímetro desde el infame 24 de febrero de 2022, día en el que Rusia inició la invasión a gran escala de Ucrania. “Para que el acuerdo sobre Ucrania sea sostenible, es necesario abordar las causas profundas de la crisis”, insistió el líder ruso este viernes en Alaska.

Los motivos de Putin van más allá de cualquier cuestión territorial —el mandatario no mostró interés en una anexión cuando anunció su soñada ofensiva relámpago en 2022—, sino de instaurar un Gobierno títere en Kiev y mantener al país en la órbita de Moscú. “Rusia consideró y considera al pueblo ucranio como un pueblo hermano”, apostilló Putin este viernes.

El segundo objetivo de Rusia es dividir a EE UU y Europa, una meta que está algo más cerca tras el encuentro de Alaska, donde Washington marginó a Kiev y sus socios atlánticos. De hecho, Moscú ha desmentido a Trump horas después de que este afirmase que es posible un encuentro trilateral con Putin y Zelenski. El asesor de exteriores del líder ruso, Yuri Ushakov, negó que se abordase esta idea durante el encuentro de Alaska.

Además, aunque la guerra de Ucrania centra toda la atención ahora, otra de las “causas profundas de la crisis” es, según Moscú, la presencia de tropas de la OTAN en los Países Bálticos, Polonia, Moldavia y Rumania, el antiguo patio trasero soviético. El Kremlin insiste en cambiar el equilibrio de seguridad en el este de Europa, y en otra muestra de humor negro, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, llegó al encuentro de Alaska con una sudadera donde estaban escritas las siglas de la URSS —dominadora de estos países durante seis décadas—.

“El presidente ruso ha expuesto al presidente estadounidense nuestras condiciones para poner fin al conflicto en Ucrania en detalle y personalmente”, ha resaltado Medvédev después del encuentro. El actual vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso había desaparecido del mapa un par de semanas después de provocar un cruce de amenazas con Trump que acabó con el despliegue de dos submarinos nucleares estadounidenses cerca de sus aguas.

El encuentro también ha sido un éxito propagandístico para Putin. “Los medios occidentales, que llevan tres años divulgando información sobre el aislamiento de Rusia, se encuentran en un estado de locura casi total”, escribió en Telegram la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.

Paradójicamente, la propaganda rusa, que hasta hace nada acusaba a los presidentes de EE UU de mentir en sus promesas sobre la expansión de la OTAN y de bombardear Serbia unilateralmente en los noventa, alababa estos días al mismo Trump que acaba de atacar Irán y apoya activamente el genocidio palestino.

El presidente ruso, Vlodímir Putin, deposita flores en las tumbas de los pilotos soviéticos muertos durante la Segunda Guerra Mundial, este viernes en Anchorage (Alaska), el viernes.

Guerra más larga

La negativa de Putin a hacer concesiones a Trump evidencia que su Gobierno cuenta con margen para alargar aún más la guerra. Los centros de reclutamiento rusos han cubierto el objetivo de alistar 30.000 hombres al mes en los últimos meses gracias a la perspectiva de cobrar el bonus por unirse a filas justo antes de empezar una supuesta tregua a corto plazo —aunque la esperanza de vida en los grupos de asalto es de apenas semanas—.

Por otro lado, según algunos economistas rusos independientes, el Kremlin puede mantener su maquinaria bélica actual al menos un año más sin hacer grandes recortes.

Otra cuestión es el estado de la economía civil rusa, donde la bola de nieve se hace cada vez más grande. Ferrocarriles de Rusia acaba de anunciar vacaciones sin sueldo para sus empleados para cubrir el desplome de su actividad; varios bancos han dejado entrever que pueden necesitar un rescate del Estado próximamente, y las propias autoridades rusas reconocen que su modelo económico y sus recursos “se han agotado”.

En cualquier caso, Trump puede apuntarse al menos un gran éxito de su cumbre de Alaska: el mandatario norteamericano logró sacar a Putin de su búnker. El líder ruso, que en sus visitas a fábricas se rodea de actores para evitar riesgos y que no viaja a países amigos, como Brasil, Turquía o Sudáfrica, por miedo a ser detenido, aceptó volar a Estados Unidos escoltado por cazas norteamericanos.