En total, se incautaron 64 kilos de marihuana y casi 109 gramos de cocaína, además de elementos típicos del narcomenudeo: balanzas, frascos, plantines, picadores y anotaciones.
Una banda narco que operaba en Puerto Madryn fue condenada por comercializar marihuana y cocaína, tras una investigación que reveló una compleja red de ventas, contactos vía WhatsApp y movimientos de dinero a través de plataformas como Mercado Pago y Modo. La causa fue bautizada como Operativo Transferencia Virtual y terminó con penas de prisión, probation y severas medidas de conducta para varios implicados.
El principal condenado fue Gustavo Bienvenido Burgarelli, quien recibió 5 años de prisión efectiva por comercio de estupefacientes. Actualmente cumple arresto domiciliario. Su pareja, Graciela Ramona Suárez, y su yerno, Damián Penchulef, fueron condenados a 3 años de prisión en suspenso, con reglas de conducta.
César Vogel, hijo de Suárez y con antecedentes penales, recibió la misma pena en suspenso, aunque con la prohibición específica de incurrir en delitos de violencia de género.
Por su parte, Guillermo De Gaudio, excarnicero de un minimercado, fue sentenciado también a 3 años de prisión condicional por tenencia simple, al igual que Brian Rosales y Matías Pío, estos últimos con condena efectiva, aunque excarcelados bajo condiciones hasta obtener libertad condicional.
Dos mujeres lograron evitar el juicio a cambio de reparar económicamente el daño:
- Araceli Abril Burgarelli Correa, hija de Gustavo Burgarelli, imputada por tenencia simple, accedió a una probation de dos años y pagará $300 000 al Hospital Zonal de Trelew.
- Noemí Priscila Escalante, acusada de confabulación, recibió la misma probation y abonará $300 000 al hospital de Puerto Madryn.
La investigación comenzó en abril de 2022 y se extendió durante ocho meses. Todo surgió por una denuncia anónima contra De Gaudio, cuyas actividades llamaron la atención de la División Drogas Peligrosas. Las vigilancias y escuchas telefónicas revelaron una red de ventas que involucraba códigos como “langostinos”, “calamar”, “tirantes” o “cajitas” para referirse a las drogas.
Los diálogos intervenidos dejaron en evidencia el rol organizador de Burgarelli, quien tomaba decisiones clave, mientras Suárez actuaba como intermediaria en las transacciones. En uno de los allanamientos, en una casa de la calle Cecilio Di Clemente al 1300, se secuestraron 61 kilos de marihuana en 21 ladrillos y más de $320 000 en efectivo.
Con información de Jornada