Gustavo Petro ha reaccionado a los audios revelados por EL PAÍS en los que Álvaro Leyva, el que fuera su canciller, habla de derrocarlo y poner en su lugar a la vicepresidenta Francia Márquez. “Durante meses he sido víctima de la injuria del señor Leyva, y quise simplemente responder a lo que consideraba un acto de venganza bárbaro, canalla, de alguien que simplemente había ayudado de corazón”, ha escrito en X.
Leyva quiso involucrar en la destitución del presidente de Colombia al Gobierno de Estados Unidos. “He decidido responder (con) cartas y unos hechos que aquí muestra el periodista Español Quesada en el diario El País”, ha arrancado su mensaje. A continuación se refiere a la sanción que provocó la destitución de Leyva, una adjudicación irregular con la empresa que emite los pasaportes en el país. “Con el correr del tiempo no quise aceptar pasos oscuros en la cancillería, como el caso de Thomas y Gregg, por lo cual lo sancionó, la procuraduría; tampoco quise que su hijo, ocupase la cancillería o una embajada, como si la democracia fuera hereditaria. El nombramiento de Laura Sarabia y Benedetti lo llenó de odio. Debo decir que jamás, hasta hace poco tiempo, me enteré de esa petición que hizo a Benedetti y era dirigida a mí”, dice, haciendo mención a sus dos manos derechas.
Leyva, hace unas semanas, publicó unas cartas en las que tildaba al presidente de drogadicto y cuestionaba su idoneidad para el cargo. Con muy mal gusto, deslizaba que su ahora canciller, que ha fungido como su persona de confianza en los últimos años, le proveía las sustancias e insinuaba alguna relación entre ellos. “El caso Leyva me hace pensar que la conducta de lo que llamo oligarquía, a la que indudablemente pertenece Leyva, es la doble moral, piensa el estado como hereditario, con derecho a negocios con el erario; es incapaz de establecer relaciones basadas en el respeto a la otra persona y a los argumentos, es una ingenuidad pensar que lo haría; desde hace dos siglos, la traición, el asesinato, la mentira, son sus normas. El acuerdo nacional se vuelve fantasmagoría y discurso. Traicionan, aunque siempre hay que insistir en el acuerdo y la paz”, ha añadido en un mensaje difundido en su cuenta de X, en la que tiene 8,2 millones de seguidores. Petro es un tuitero voraz y se enorgullece de las miles de reacciones que provocan sus continuos trinos, con los que suele marcar la agenda.