La presidenta de Moldavia, Maia Sandaia Sandu, ha apelado este lunes a la unidad de los moldavos después de conocerse los resultados de las elecciones legislativas del domingo, que han dado la victoria por mayoría absoluta a su formación, el europeísta Partido Acción y Solidaridad (PAS), al lograr el 50,2% de los votos, por lo que podrá formar un nuevo Gobierno en solitario.
Los comicios se celebraron bajo la sombra de las injerencias de la Federación Rusa para lograr un resultado favorable a los intereses de Moscú, algo sobre lo que la presidenta se ha pronunciado: “El Kremlin intentó dividirnos y golpear nuestra confianza, nuestro Estado, nuestras instituciones, y entre nosotros mismos. Tenemos vulnerabilidades, pero también instituciones capaces y personas comprometidas”. Antes de finalizar, Sandu ha dejado claro que no tiene ningún mensaje para el presidente ruso, Vladímir Putin.
Sandu ha destacado que el resultado “no es la victoria de un partido, sino la del país”. “Hemos demostrado al mundo entero que somos valientes y dignos. No nos dejamos comprar. Nos movilizamos y salvamos el país. Hemos demostrado responsabilidad: tanto en casa como en la diáspora”, ha añadido la jefa de Estado. “Debemos mantenernos igual de unidos en nuestro esfuerzo diario por el desarrollo de Moldavia”, insistió Sandu, antes de incidir en que la votación representa “un mandato fuerte para el proceso de adhesión de Moldavia a la Unión Europea”.
La victoria supone un fuerte respaldo a la senda europeísta de esta antigua república soviética, que pretende entrar en la Unión Europea en 2030. El resultado les ha otorgado 55 escaños de los 101 que se disputaban.
Al hemiciclo también ha accedido el Bloque Patriótico, una alianza afín a Moscú que obtuvo el 24,18% de los votos, lo que se traduce en 26 asientos. Descontentos por el resultado de los comicios, los líderes de esta coalición reunieron el lunes por la mañana a unas mil personas frente al Parlamento.
El expresidente moldavo, el socialista Igor Dodon, ha sido uno de los dirigentes que ha acudido a la reunión, y allí ha lamentado que el partido gobernante se haya impuesto con mayoría absoluta gracias al voto de la diáspora. “Hemos presentado decenas de recursos ante la oficina electoral que serán examinados en los próximos días y, en función de las decisiones, seguiremos por la vía legal”, ha declarado el antiguo mandatario antes de instar a sus simpatizantes a que se marcharan pacíficamente y que solo volvieran a manifestarse si el Bloque los convoca.
Las reacciones no han dejado de producirse a lo largo de este lunes. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha asegurado que “cientos de miles de moldavos” fueron privados de la posibilidad de votar en la Federación Rusa. “Solo se les habilitaron dos centros de votación, algo que, naturalmente, fue insuficiente y no permitió que todos votaran; es algo que podemos afirmar con certeza”, ha declarado en una rueda de prensa, según la agencia de noticias rusa TASS.
“No vamos a reconocer los resultados porque no fueron elecciones, fue una designación” ha declarado el oligarca moldavo Ilan Șor, huido en Moscú, en directo en el canal de televisión Rossiya 24. El magnate, condenado a 15 años de cárcel por el robo de 850 millones de euros —el 8% del PIB moldavo—, ha sido acusado por las autoridades de Chisináu de ser el promotor de las protestas contra el Gobierno prooccidental, además de financiar partidos ilegalmente y corromper al electorado para atraer de nuevo al país bajo la esfera de Rusia.
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha llamado a la presidenta Sandu para felicitarla por el triunfo: “Estas elecciones han demostrado que la actividad desestabilizadora de Rusia ha fracasado y Moldavia, orientada hacia Europa, ha ganado. Las actividades subversivas de Rusia, la desinformación constante… Nada de esto ha dado resultados. Es importante que Moldavia haya sido efectiva en la defensa contra las amenazas, junto con todos los que ayudaron”, ha escrito Zelenski en sus redes sociales.
Una apuesta por la integración
Pavel Horea, experto en seguridad, sostiene que el voto ha sido un mandato para la integración europea. “Los ciudadanos han tomado una decisión bastante clara; quieren en su gran mayoría estar en la Unión Europea”, remarca el analista. “No solo lo vemos en el resultado del PAS; también hay otro partido que tiene acceso al Parlamento y en otro bloque político que igualmente se ha declarado proeuropeo, de modo que podemos decir que una abrumadora mayoría de los votantes de la República de Moldavia ve la integración europea como una opción válida y legítima”, pormenoriza Horea, quien cree que los ciudadanos votaron basándose en la teoría del voto útil. “Dieron la mayoría a un solo partido, el PAS, en detrimento de otras formaciones de derechas, únicamente para eliminar este peligro de que las fuerzas prorrusas pudieran tomar el Gobierno y cambiar el rumbo de Moldavia los próximos cuatro años”, incide.
Para el think tank moldavo Watchdog, “Moldavia se enfrentó a la operación de interferencia externa más amplia en elecciones de la historia de su democracia, orquestada por Rusia”. Este centro de análisis sostiene que Moscú habría gastado aproximadamente 300 millones de euros, lo que equivale a 2% del PIB del país (15.500 millones de euros), para desviar el voto. “Las campañas de desinformación y manipulación apuntaron tanto a la población dentro del país como a la diáspora, financiando partidos, páginas webs y operaciones psicológicas de gran escala”, subraya su cofundador, Andrei Curararu, durante una conversación telefónica con EL PAÍS. “La resistencia conjunta de las instituciones estatales, la prensa independiente, la sociedad civil y los ciudadanos activos hizo posible la victoria” recalca.
“Los partidos con retórica prorrusa obtuvieron el peor resultado de los últimos 31 años; sin embargo, Rusia no se rendirá y continuará con sus campañas de desestabilización”, advierte el experto, quien ha exhortado al nuevo Gobierno a fortalecer la resiliencia y la seguridad del país, bloquear la financiación ilegal, sancionar a los propagandistas pagados por Moscú y reformar la justicia para que existan condenas reales. Curaru tampoco se olvida de los retos económicos de Moldavia: el aumento de los precios de la electricidad tras dejar de comprar gas ruso y la alta inflación, que ha alcanzado el 30%: “Resulta necesario un programa económico para lograr empleos mejor remunerados y un crecimiento sostenible”, afirma el experto.