Después de cuatro días, apareció en Oberá la joven de 25 años que había desaparecido durante un multitudinario festejo por el Día de la Madre. La mujer, que se presentó ante la Policía de Misiones tras enterarse que era intensamente buscada, se mostró indiferente ante la angustia de su familia y se limitó a decir que todo el tiempo estuvo en la casa de “un amigo”.
Viviana Soledad Barboza reside con su pareja y sus tres hijos en el barrio Esperanza de Oberá. Este miércoles a la noche, tras una revisión médica de rutina, un móvil policial la llevó de regreso a su casa, donde la esperaban sus tres pequeños hijos y su pareja, un empleado municipal.
La investigación policial se había disparado el lunes a la mañana, unas horas después que la joven desapareciera misteriosamente en la zona del centro cívico de Oberá, donde el domingo participó de un agasajo a las madres. Al evento había concurrido con su hija mayor y sus padres.
En un determinado momento Viviana le dio el celular a la nena y dijo que iba al baño. El grupo esperó en vano su retorno, ya que la joven desapareció sin dejar rastros. Durante un largo rato sus padres recorrieron el lugar en un intento por hallarla y luego emprendieron el regreso al barrio, ante la posibilidad de que hubiera retornado por sus propios medios.
La joven tampoco estaba allí pero la denuncia por su desaparición la realizó su padre el lunes a primera hora. La Policía comenzó a analizar las imágenes de las cámaras de seguridad ubicadas en la zona céntrica de Oberá y se entrevistó con allegados a Barboza.
Así establecieron que no era la primera vez que abandonaba el hogar durante varios días. Pero un dato alarmó a los investigadores: una amiga reveló que Viviana le dijo que tenía previsto viajar a Brasil en compañía de otro hombre. Y que unos días antes lo habían visto junto a un joven en una plazoleta ubicada a unos 1.500 metros del barrio donde reside.
El padre de la joven aportó otro dato: que hace algunos meses su hija había mantenido una relación paralela con un joven que residía en la localidad de Panambí, en la frontera con Brasil. El hombre consiguió el teléfono del muchacho pero este le aseguró que el vínculo se había cortado hacía más de tres meses.
El miércoles los agentes que trabajaban en el caso obtuvieron las imágenes de una cámara de seguridad donde se observaba a la joven caminando junto a un hombre. La Policía no alcanzó a establecer su identidad, porque a última hora del miércoles Barboza se presentó en una dependencia de la fuerza tras enterarse de la búsqueda.
Sin inmutarse, la mujer reveló que desde el domingo estuvo en la casa de “un amigo” cuya identidad no reveló. Desde la Policía dijeron que una vez cumplida la revisión médica -no presentaba lesiones- y los trámites formales, la mujer fue llevada a su casa, donde la esperaban sus tres hijos y su pareja.










