Puro show tanto para la ultraderecha comp para Trump | Patricia Bullrich manda una alerta a las fronteras por la masacre en Rio de Janeiro

Puro show tanto para la ultraderecha comp para Trump | Patricia Bullrich manda una alerta a las fronteras por la masacre en Rio de Janeiro

Otra vez en modo show, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich lanzó rápidamente, en paso de comedia, un alerta a las fronteras por el posible “desbande” de integrantes del Comando Vermehlo (CV), a raíz de la operación del gobernador bolsonarista Claudio Castro en Río de Janeiro. El primer acto de la farsa fue una carta que Bullrich le dirigió a su segunda, Alejandra Monteoliva, para que “refuerce los operativos en las zonas de frontera Este y Noroeste”. O sea, podría haber llamado a Monteoliva por el interno del ministerio, pero prefirió hacer una actuación pública con el objetivo de posicionar a su segunda como próxima ministra, jugándole en contra a otros candidatos. El segundo acto fue hacer pública la alerta en lugar de mantenerla en reserva, con el objetivo de realmente capturar a algún integrante del CV. Como es obvio, se le está avisando a los de la banda que crucen por pasos ilegales, en lugar de atraparlos –si vinieran a la Argentina– más desprevenidos. Pero, tal vez lo más trascendente de la movida de Bullrich, es dar la impresión que la jugada bolsonarista fue un éxito y que produjo un “desbande”. O sea, un show para hacerle publicidad a sus amigos de la ultraderecha brasileña. En realidad Bullrich debería estar preocupada por el tránsito de Argentina a Brasil, no de personas, sino de armas. De hecho, todavía permanece detenido en Córdoba Diego Hernán Dirisio, acusado de proveer de armas (fusiles, ametralladoras y municiones) justamente al Comando Vermelho.  

Fronteras sin control

“Vamos a tener una reunión en el Ministerio de Seguridad –anunció Bullrich en la tarde del martes– y voy a disponer una alerta máxima en las fronteras para que no pueda haber ningún tipo de cruce o de pase de aquellos que evidentemente se deben estar moviendo del lugar central del conflicto, en Río. Esa alerta máxima significa mirar con cuatro ojos a todos los brasileños que vienen, si tienen antecedentes o no. Por supuesto, no confundiendo turistas con miembros de estas bandas”.

Quienes conocen el sistema migratorio argentino le explicaron a este diario que la Argentina no tiene forma de verificar los antecedentes de ningún brasileño, sólo si existe una alerta sobre esa persona, una orden de detención. De manera que ahí hay una primera sobreactuación. Pero, además, parece evidente que cualquier prófugo de la banda narco, si decide venir a la Argentina, lo hará por pasos ilegales, no por las oficinas de Migraciones.

En ese terreno, es público y notorio que Bullrich trasladó a CABA a buena parte de los efectivos de la Gendarmería que, justamente, son parte de una fuerza que no fue pensada para pegarle a los jubilados todos los miércoles sino para custodiar las fronteras. Hoy por hoy, los gendarmes están centrados en las tareas represivas. De hecho, los autores del triple femicidio de Florencio Varela, se pasearon por el país, salieron por las fronteras a Paraguay y Bolivia, aun teniendo órdenes de captura. A Pequeño J y algunos de sus cómplices los atrapó la policía peruana, en Perú.

Argentina no es el primer destino

Quienes conocen a las dos grandes bandas de Brasil, el Comando Vermehlo y el Primeiro Comando da Capital (PCC), éste último muchísimo más poderoso que el CV, saben que están vastamente expandidos en Paraguay, dominando las cárceles guaraníes, y muchísimos de los resortes de la economía paraguaya. Casi toda la droga que manejan las bandas de narcos brasileños proviene de Perú y Bolivia, e ingresa por el lado paraguayo. Por lo tanto, la primera alternativa de los narcos es Paraguay y no la Argentina.

Y en el mundo del narcotráfico también se menciona como puerto privilegiado a Montevideo, donde se trasbordan los embarques hacia Europa. El ejemplo más reciente fue el buque llamado Ceci, detenido con 469 kilos de cocaína en San Lorenzo, Santa Fe. El capitán, que fue quien denunció el cargamento, contó que las bolsas con drogas se izaron en una rada cerca de Montevideo. Todo indica que la cocaína era de una de las dos bandas brasileñas. El acceso de los narcos a Uruguay se da por el límite que ambos países comparten, en la zona del Chuy.

La situación de los narcos es diferente a la de los bolsonaristas que cruzaron a la Argentina después del asalto a los tres poderes en Brasilia, el 8 de enero de 2023. Cuando la justicia brasileña ordenó la detención de los protagonistas de ese golpe de estado se encontró con que más de mil habían huido a la Argentina, donde pidieron refugio político. Esperaban el cobijo de Javier Milei, su par en la ultraderecha internacional. Lo cierto es que no consiguieron el status de refugiados, pero sólo dos están en prisión y ninguno fue repatriado para ser juzgado por la justicia brasileña. 

Te mando una nota

La jugarreta teatral de Bullrich fue mandarle una carta a su segunda diciéndole que refuerce las fronteras. La nota, con escudo y firma, pone como tema de referencia: solicitud de refuerzo en frontera. O sea, Bullrich quiso hacer un espectáculo con la nota. La jugarreta consistió en instalar a Monteoliva como una funcionaria importante, apuntando a que sea la ministra cuando Bullrich pase al senado. Es una guerra interna, principalmente con Guillermo Montenegro, muy nombrado como posible ministro de Justicia y Seguridad.

El contenido de la nota son unas pocas obviedades como que “se envíe a los efectivos apostados en frontera el manual de reconocimiento de señas que caracterizan a estos grupos narcoterroristas”. Es evidente que los integrantes del CV no van a pasar la frontera con una camiseta que los identifique, sino que Bullrich apunta a tatuajes más típicos de los grupos narcos. La realidad es que, hoy por hoy, cualquiera que pretende ingresar al país de manera clandestina, logra hacerlo a través de cruces ilegales, balseros y otros “especialistas” en esquivar a los pocos gendarmes de guardia.

La clave: el mensaje ideológico

En la nota de Bullrich a Monteoliva se destaca la frase de que “esta alerta constituye una medida preventiva derivada de la teoría del desbande que puede producirse”. Se trata de un mensaje de publicidad para apoyar al gobernador bolsonarista de Río, como si la operación hubiera sido un gran éxito. En realidad, el gobernador Claudio Castro se jugó a hacer un acto de campaña, mal preparado, sin ayuda de las fuerzas federales, lo que derivó en una matanza y en que no pudieran capturar a los líderes del CV. El gobernador quiere ser senador y la campaña electoral de 2026 está lanzada: ya saben que Lula irá por un nuevo mandato.

Además, en el texto, Bullrich desliza intencionadamente el término “narcoterrorismo”, otra forma de sintonizar con la ofensiva de Donald Trump, que con esa caracterización intenta justificar incursiones, envíos de tropa, asesinatos y violaciones de soberanía en el continente. Para evitar calificaciones grotescas como esa, Lula estableció en la Policía Federal de Brasil la Directoria de Investigaciones y Combate del Crimen Organizado y Corrupción y Coordinación General de la Policía de Represión a drogas de Facciones Criminales, que analiza y califica los delitos, distinguiendo narcos de terroristas.

Pero nada de eso le importa a Bullrich. Todo es show y jugadas a favor de la ultraderecha brasileña y de Trump. Ningún favor se le debe negar al inquilino de la Casa Blanca que sostiene la economía de Milei.

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