Antes que nada, los amigos de H.I.J.O.S son nuestros compañeros y compañeras. No es un dato menor que seamos de la misma generación. Para nosotros la aparición de H.I.J.O.S fue una gran oxigenación. Permitió repensar los caminos de la memoria y la verdad en épocas de impunidad. Fue una parte muy relevante de las transformaciones que se incubaron, que se que testearon, que se elaboraron en los ‘90 y que luego desplegaron su potencia a partir de 2001, desbordando o tejiendo la cuestión de qué hacer con la dictadura y con las luchas por los derechos humanos del presente.
H.I.J.O.S se presentó como una irrupción potente y un actor fundamental de esa bisagra primero social y después política.Trajeron una nueva fuerza, ofensiva, reivindicativa, que habilitó otros modos, otras posiciones, respecto de las y los desaparecidos y de sus biografías militantes. La potencia de aquellos escraches sintetiza esos desplazamientos; la puesta en acto colectiva, expresiva y comunitaria de debates también colectivos y trascendentes.
Además, H.I.J.O.S planteó una confrontación contra la impunidad que no fue solo del plano judicial por las leyes y los indultos, sino que era antes y fundamentalmente social. Reconfiguraron el lugar de los represores, fuera de la vida pública, comunitaria y cotidiana. Lograron una demarcación social que persiste y que condensó una demanda sobre los poderes del Estado que estaban dejando sin proceso ni condena a los responsables. Ese impulso que fue de lo social hacia lo político y lo judicial fue clave. Un gesto que cambió los balances sociales sobre la dictadura y sus perpetradores y fue precursor de la reapertura de los juicios.
Hay mucha inspiración para tomar hoy de ese tiempo: trazar caminos hacia la verdad y la justicia en tiempos de adversidad, irrumpir en el espacio público con acciones de interpelación efectivas, construir identidades colectivas. Incluso la propia experiencia de que la transformación de lo instituido es posible.
Son 30 años que nos llevan a hacer una memoria de esa construcción de memoria que ejercieron las y los Hijos y que se proyecta en el presente con la pregunta de quiénes serán hoy los actores potentes y disruptivos que a fuerza de construcción colectiva generen las condiciones de una transformación.
*Directora de Investigación del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).