Era en abril, diría Juan Carlos Baglietto, pero de 2003. Secuestro Exxxpress fue toda una novedad en la televisión argentina, más precisamente en el mítico canal Venus, donde hasta entonces sólo pasaban películas de afuera.
A partir de 2001 los “enlatados” se volvieron caros y comenzó -menos erótica que bizarra- una urgente producción de “cine porno nacional”. Este mercado, totalmente desconocido a nivel local, reunió amateurs, escorts y no actores en una faena veloz que tuvo al realizador Víctor Maytland, con 150 películas en su haber, como el zar local y absoluto del género.
De su lente salió la primera película porno producida para televisión en nuestro país. Justamente trataba del secuestro de una adolescente y su amiga. Los captores pedían rescate mientras, de fondo, un cachondo Síndrome de Estocolmo se apoderaba de las secuestradas.
La noticia del estreno, hace más de 20 años, circulaba así: “Venus colocará en su pantalla, por primera vez en su historia, un filme argentino”.
El consumo de la señal Venus era un secreto a voces muy mal guardado. Se vendían decodificadores truchos en los trenes que promocionaban el canal erótico. Venus había nacido como un producto de origen nacional, un invento criollo que supo ser propiedad de Imagen Satelital, empresa enfocada en la distribución y producción de canales de cable como Isat y Space.
Venus lo anunciaba con orgasmos y platillos para la medianoche de un sábado. “Un largometraje hardcore nacional por televisión”. La gacetilla anunciaba la superproducción: “15 actores en acción”. El gerente, un señor llamado Leo Vieytes, aclaraba: “Esto era una asignatura pendiente para Venus, un canal nacido en Argentina que nunca había podido emitir una película nacional”.
Secuestro Exxxpress se estrenó en Venus el domingo 6 de abril de 2003 exactamente a la 00.05 con repeticiones el lunes 14 a las 00.05 y el sábado 26 a la 1.30 de la madrugada.
“Debería ser un clásico”
Los labios de la ex actriz porno Lorena Mexy son un inquietante centro de gravedad donde se amontonan palabras que hablan de “heredar el legado” de Maytland quien, de acuerdo con ella, “ya debería ser un clásico del cine nacional”.
El cine de Maytland se caracterizaba por su casi nulo presupuesto, locaciones teatrales y tramas desopilantes. “Porno de comedia”, define ella, ex protagonista de Follando por un sueño, peli que se vende como objeto de colección en varios sex shops porteños.
El director murió el 2 de noviembre de 2022. Lorena fue de las últimas personas que lo vieron. “Tuvimos una linda amistad”, dice sin entrar en detalles. En su momento, conocida la tristeza, posteó: “Siempre vas a ser el rey y el número uno, sólo espero que en el más allá exista un lugar donde los amigos nos volvamos a encontrar. Q.E.P.D”.
Mexy: “Era la época de Dirty Movie, la productora norteamericana que había contratado a Víctor y vino a grabar acá porque era más barato. Secuestro Exxxpress empieza con unas chicas que parece que las están violando. En realidad se habían autosecuestrado para cobrar el rescate que tenían que pagar los padres de una de ellas. La película se llamaba así porque reflejaba los problemas sociales de entonces. El secuestro exprés era una tendencia de robo que se había puesto de moda”.

Al reparto lo integraban Sabrina Jiménez , Julieta Caviglia y Mónica Hole. “Esas chicas fueron buscadas a través de un casting -cuenta Mexy-. El propio Maytland hace un pequeño papel. El desafío de ese momento fue conseguir actrices de 22 o 23 años que parecieran de 15 y pudieran usar ropa de colegio privado. Hubo problemas, se pensó que Víctor había usado chicas menores de edad. Y no, él nunca trabajó con menores”.
Por lo general no eran actrices XXX sino escorts o modelos que filmaban de manera aislada y con seudónimo. Mexy no recuerda los nombres de Hole ni de las otras chicas protagonistas. No le suenan. “No hicieron carrera”.
Las pelis del zar del porno nacional no aparecían en las páginas de Espectáculos de los medios gráficos, sino en los suplementos de Cultura. Leemos en Radar, de Página 12: “Las hermanas Mejía, una de ellas fotógrafa de profesión (la más “neumática” del reparto) y la otra una adolescente en minifalda escocesa de colegio privado (la futura víctima del golpe), discuten durante el desayuno”.
A lo largo de ese año, la señal de televisión condicionada incorporó más estrenos de películas argentinas para adultos, así como también largometrajes made in Colombia, República Dominicana, Venezuela y Brasil.
“Secuestro Exxxpress va a salir en DVD”
“En este país todo lo placentero es de degenerados”, se quejaba Maytland con talante a lo Coco Basile. Tenía su propia receta para que su cine resulte: “Hay que plantar muchas y variadas secuencias que no aburran y que no sean demasiadas largas. Para mí, cada secuencia de sexo explícito no debe superar los ocho minutos”.
En los primeros 2000, la crisis dentro de la crisis incluía a las salas de cine condicionado, trasformadas en tugurios marginales donde alguna gente iba a tener sexo en las butacas y nunca veía las películas. “Nuestro circuito ahora son los videoclubs específicos, la venta directa en VHS y algo de cine. El futuro -adelantaba entusiasmado- será el DVD. Por ejemplo, Secuestro Exxxpres va a salir en DVD en un par de meses”.
La crítica la ignoró y los pocos que le prestaron atención, la (des)trataron: “Con todo, hay que reconocer que nada de esto importaría si Secuestro… pusiera en escena algo de imaginación, algo de aquella creatividad desatada que hizo de Garganta profunda, de Gerard Damiano, o Detrás de la puerta verde, de los Hermanos Mitchell, los clásicos indiscutidos de los años setenta”.
Peor aún: “Ni siquiera hay algo del humor que Maytland supo prodigar, en cantidades módicas, en uno de los títulos más solicitados de su videografía, Los Porno Sin Son”, en referencia al hilarante debut sexual de Bart Simpson.