La Universidad de Buenos Aires (UBA) tuvo una pérdida de 1.591 millones de pesos luego de que las facultades de Derecho y de Odontología cayeran en una estafa en la que se hicieron 13 transferencias desde cuentas del Banco Nación a personas físicas y jurídicas sin existencia real.
Los movimientos de dinero ocurrieron en septiembre del año pasado. Según indica la causa, que sigue el fiscal Eduardo Taiano, “los autores de la maniobra investigada habrían simulado ser personal de la UBA, del Sector Tesorería e impartieron diversas órdenes de transferencias bancarias MEP”.
Primero, las ordenes en cuestión “se materializaron mediante notas enunciadas en un primer momento por correo electrónico y, luego, en formato papel a través de un cadete con firmas falsas de las personas autorizadas a operar las cuentas de las universidades citadas”.
Esas notas por correo electrónico llevaban una dirección de e-mail apócrifa, que se hacía pasar por la UBA: tesoreria@ubatic.net.ar. Era la dirección utilizada para enviar los formularios de transferencia.
En total, precisa el texto que difundió TN, fue así que “lograron individualizar un total 13 transferencias por un monto total de $ 1.591.382.140,18″.
Tanto la UBA como la entidad bancaria involucrada iniciaron investigaciones internas y, por el momento, hay 17 detenidos y cuatro imputados “por fraude a la administración pública y falsificación de documentos”. La causa la lleva el juez federal Sebastián Ramos.
Luego, continúa el escrito judicial, los estafadores “habían intentado que se autoricen otras tres transferencias” el 19 de septiembre del año pasado a Elisyumm Capital SA, por un total de $341.320.000
“La maniobra defraudatoria desplegada requería la obtención de los fondos que fueran enviados a varios beneficiarios, aproximadamente a ocho personas físicas y dos personas jurídicas (Elysium SA-apoderado Heredia y Ekzplodo SA-director y presidente Cutrona y socio Rigoni”, detalla el texto.
En todos los casos se utilizaron nombres y datos de empleados reales de la institución universitaria, a quienes les falsificaron la firma.
En diálogo con la misma señal televisiva, el especialista en informática Julio López señaló que, pese a la magnitud de la estafa, este tipo de situaciones son recurrentes y se vinculan a la imposibilidad de las entidades bancarias de “validar si el mail es de tu cliente”.
López explicó también que la maniobra defraudatoria implica también que “no se llevaron adelante los procesos que se tenían que realizar”. Como ejemplo, mencionó que “hay muchas empresas que reciben órdenes del proveedor al que la empresa le paga que le pide cambio en la dirección de correo electrónico para hacer los pagos”.