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Probablemente, a Novak Djokovic todavía le quede un tiempo más para darle a los fanáticos del tenis. Se mantiene dentro del top ten del ranking ATP, alcanzó la semifinal de los tres Grand Slam disputados en la presente temporada y obtuvo victorias importantes como las que consiguió ante Carlos Alcaraz en el Abierto de Australia y frente a Alexander Zverev en Roland Garros, ambas en cuartos de final. No hay motivos para pensar en un retiro cercano. Pero el serbio dejó una frase que parece marcar el comienzo de una despedida, un simple aviso.
“Estoy molesto y decepcionado no por la derrota, porque obviamente no era el favorito para ganar ni siquiera si estaba en forma, aunque creo que tenía buenas oportunidades de luchar. Es el aspecto físico el que me está molestando. Uno está ahí, quiere jugar, tiene la determinación para hacerlo, pero a veces el cuerpo simplemente no quiere escuchar. Es eso. Es todo lo que puedo decir”, disparó en la conferencia de prensa posterior a la derrota ante Jannik Sinner en la segunda semifinal de Wimbledon.
Djokovic llegó con molestias al encuentro frente al italiano, quien lo venció cómodamente por 6-3, 6-3 y 6-4 en una hora y 55 minutos de juego. Había sufrido una caída en el duelo de cuartos de final ante Flavio Cobolli, llegó a ponerse en duda que saliera a disputar la semi y debió recibir asistencia durante el encuentro disputado este viernes. Se lo notó disminuido físicamente y sin el caracter aguerrido de siempre, ese ojo de tigre que lo caracteriza. Si se suele decir que nunca hay que darlo por muerto, fue el propio Nole quien pareció entregado a las manos del número uno del mundo desde que salió a la pista.
¿Mala suerte por aquel desafortunado episodio ante Cobolli? “No lo creo. Es simplemente la edad. Es difícil aceptarlo porque cuando me siento bien físicamente, todavía puedo jugar buen tenis. Lo demostré este año. Pero jugar al mejor de cinco sets, sobre todo este año, es un verdadero desafío en lo físico. Cuanto más se alarga el torneo, más empeora mi condición”, respondió al respecto.
Flavio Cobolli grabbed Novak Djokovic’s racket after Novak slipped during their Wimbledon match.
Sportsmanship at its finest 👏 pic.twitter.com/oNnhkWLton
— ESPN (@espn) July 9, 2025
Mientras que a Roger Federer y Rafael Nadal los retiraron las lesiones, el serbio, ya con 38 años y dueño de casi todos los grandes récords, sigue ahí, bien arriba, luchando por esos torneos seleccionados en su recortado calendario, los Grand Slam, Masters 1000 y poco más.
Pero ya corre claramente de atrás con respecto a Jannik Sinner y Carlos Alcaraz, los ganadores de los últimos seis Majors. Y quienes el domingo sumarán el séptimo, cara a cara nuevamente en una final de este calibre.
«Llegué a semifinales en todos los Grand Slam este año, pero tuve que jugar con Sinner y Alcaraz (NdR: en Australia se retiró tras perder el primer set ante Alexander Zverev). Estos chicos están en forma, muy afilados, son jóvenes. Siento que salto a la cancha con el tanque vacío a la mitad y así es muy difícil», agregó nuevamente en referencia al tema físico.
Una vez recuperado y a pleno en lo físico, luego de algunos días para tomar aire junto a su familia y recargar energías, se prevé que Djokovic vuelva a la competencia para la gira estadounidense que comenzará la última semana de julio con el Masters 1000 de Canadá y que luego seguirá en Cincinnati.
Después, con el US Open el tenis se mudará a Nueva York, donde buscará evitar que pasen más de dos años sin ser campeón de Grand Slam, lo que le sucedió una única vez (entre Roland Garros 2016 y Wimbledon 2018) desde que ganó su primer título de esta categoría en 2008. Y ahí tendrá una buena medida para proyectar el futuro de su carrera. Dependerá de los resultados, de sus ganas de seguir compitiendo y, principalmente, de cómo le responda el físico.