La jueza María Servini citó a indagatoria a Héctor Jesús Guerrero, el gendarme que dejó al fotógrafo Pablo Grillo al borde de la muerte en la marcha de los jubilados del 12 de marzo último, y ordenó la realización de una pericia para reconstruir cómo fue el disparo que salió del arma de Guerrero y terminó impactando en la cabeza del fotoperiodista.
La audiencia de indagatoria, según quedó fijado en una resolución firmada por Servini este lunes, tendrá lugar recién el 2 de septiembre, a las 10 horas.
En la resolución de este lunes, la jueza también ordenó «la prohibición de salida del país de Héctor Jesús Guerrero debiéndose en consecuencia librar DEOX a la Dirección Nacional de Migraciones».
«Surge la hipótesis de que el disparo del proyectil que derivó en las lesiones sufridas por Grillo, provino por parte del personal de la Gendarmería Nacional Argentina que se hallaba ubicado en la intersección de la avenida Yrigoyen y la calle Solís, más precisamente del cabo primero Jesús Héctor Guerrero», sostiene el pedido de indagatoria.
En ese sentido, la magistrada dispuso «la realización de una pericia de estilo a los fines de reconstruir el disparo que hirió de gravedad a Pablo Grillo el día 12 de marzo del año en curso».
Con la pericia, se intentará «establecer en primer lugar de forma precisa la distancia desde la cual se efectuó el disparo que hirió al nombrado, es decir la distancia existente entre el origen del disparo y el punto de impacto, como así también la posición del tirador y la de la víctima».
Por lo tanto, «se deberá establecer la ubicación en la que se hallaba Pablo Grillo al momento de recibir el impacto que lo hirió de gravedad, como así también el sector en el cual se ubicaba el imputado Héctor Guerrero«.
También se intentará determinar la trayectoria del proyectil desde su origen hasta el punto de impacto; la velocidad alcanzada por el proyectil en cuestión desde su origen hasta el momento del impacto en Grillo; la posición en la que se hallaba el arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil.
Asimismo, se intentará determinar si el proyectil impactó previo a herir a Grillo sobre otra superficie o no y en tal caso si aquella circunstancia le hizo perder o ganar velocidad, o desviarse.
La pericia, aclaró Servini, será encomendada a la División Balística de la Policía de la Ciudad, «dependencia que deberá designar los peritos/personal que llevarán a cabo tal peritaje y solicitar la colaboración a la División de dicha fuerza de seguridad que estime necesaria».
Qué le pasó a Pablo Grillo
En la marcha de los jubilados del 12 de marzo último, Grillo fue alcanzado por un cartucho de gas lacrimógeno lanzado por la Gendarmería, que por órdenes de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich llevaba adelante esa tarde una brutal represión. Tras el impacto, el joven fue llevado de urgencia al Hospital Ramos Mejía, donde fue dado de alta recién el 3 de junio.
El análisis que hizo el colectivo Mapa de la Policía, con una gran recolección de imágenes de medios de comunicación y personas que fueron aportando las suyas, permitió no solo identificar que fue Guerrero el gendarme que disparó, sino que también pudo demostrar que lo hizo en forma horizontal, es decir, antirreglamentaria. Esa es la manera en que las armas menos letales, disparadas al cuerpo, pueden matar.
En el caso de Grillo, el disparo del cartucho de gas lacrimógeno fue a la cabeza y a una alta velocidad. Algunos drones de televisión -como el de TN y el de A24- aportaron imágenes fundamentales para visualizar lo ocurrido.
Pese a las imágenes, la ministra Bullrich intentó tergiversar lo ocurrido. Primero dijo que Grillo era un militante kirchnerista que estaba preso, cuando ya estaba en el hospital Ramos Mejía, y luego que Guerrero había disparado de manera correcta, con un ángulo de 45 grados, como indican «los manuales», pero que el proyectil se desvió.
Cinco días después de la represión, el Comandante de la Región, Marcelo Porra Melconian, dispuso que se hicieran actuaciones internas para «corroborar o desvirtuar responsabilidades disciplinarias del personal del Destacamento Móvil 6», que integraba Guerrero.
El informe final fue confeccionado apenas en un día y concluyó, de forma insólita, que el disparo que dejó al fotógrafo Grillo al borde de la muerte en la marcha de los jubilados del 12 de marzo último fue un «hecho fortuito», accidental, producto de la «mala visibilidad» y que la responsabilidad no fue del cabo Héctor Guerrero, quien accionó el arma lanzagases, sino de la propia víctima, a quien describe ubicado «en la línea de tiro».
Pese al veloz intento de Bullrich y Gendarmería por cerrar el caso, la causa judicial sigue su curso, ahora con la novedad de que finalmente la jueza citará a indagatoria al gendarme que le disparó a Grillo.