Cómo era el mundo la última vez que Boca ganó

Cómo era el mundo la última vez que Boca ganó

Pasaron 120 días del último triunfo de Boca. Mucho tiempo y una eternidad si se habla de esta Argentina vertiginosa en que de la noche a la mañana cambian climas, precios, camisetas, afinidades y orientaciones políticas. Aquel sábado 19 de abril al Xeneize lo dirigía Fernando Gago, Marcos Rojo fue titular y en el palco se los veía a Alfredo Cascini y Mauricio Serna, miembros de un Consejo de Fútbol que ya no existe. A Juan Román Riquelme apenas se lo miraba de reojo y la comisión directiva todavía no había recibido insultos de la Bombonera.

Fueron doce partidos sin triunfos, en cuatro torneos distintos, con tres eliminaciones, una excursión a Estados Unidos y tres DTs, desde Gago a este tortuoso camino iniciado por Miguel Ángel Russo, con el ensayo de Mariano Herrón en el medio. Si el Toto Lorenzo dijo una vez que Boca era Sportivo Ganar Siempre, medio siglo después se convirtió en Casi Nunca. Y entre ayer y hoy pasaron cosas.

Ese fin de semana de otoño el Papa era Francisco, quien un par de días después se haría inmortal, y Elon Musk tenía un cargo en la Casa Blanca, donde Donald Trump criticaba a su flamante nuevo amigo Vladimir Putin. Eran días en que en el Congreso argentino se debatía sobre «ficha limpia», la expresidenta CFK todavía no había sido condenada y Yuyito González era pareja de Javier Milei. El dólar valía lo mismo que hoy, a pesar de que el boleto de bondi costaba 80 pesos menos.

Franco Colapinto todavía no había debutado con su Alpine en la Fórmula 1, y todo era ilusión alrededor del piloto argentino, que ya corrió ocho carreras con la carreta que le armó la escudería francesa. Se definieron todas las ligas de Europa, se conoció al campeón de la Champions, de Roland Garros y Wimbledon, también del Mundial de Clubes. Y en Argentina festejó Platense, que eliminó a Racing, San Lorenzo, River y Huracán. Pero Boca seguía sin ganar.

La novela entre Wanda Nara y Mauro Icardi esperaba por el capítulo que enfrentó a la China Suárez con Benjamín Vicuña y en Netflix se preparaba el estreno de otro culebrón, que llegó al streaming a fines de abril para convertirse en éxito mundial: El eternauta.

Juan Salvo (Darín) nos hizo valorar algo tan cotidiano y simple como salir a la calle y respirar. Lo mismo pasó con Boca, que de un día para el otro pasó de ganar seguido a un presente apocalíptico, amenazado por cascarudos gigantes, extraterrestres y hombres robots. La victoria será sacarse la máscara y tomar aire, una bocanada de oxígeno para todos. ¿Llegará ante Independiente Rivadavia?