El magistrado Benito Pérez Bello ha sido condenado a cuatro años de prisión por estafa continuada contra un matrimonio amigo y una amiga del matrimonio a los que “engañó intencionadamente” para que invirtieran 850.000 euros con un “contrato de cuenta remunerada” a sabiendas de que la inversión “estaba abocada al fracaso”, según la sentencia de la Audiencia de Barcelona. La empresa depositaria de la inversión, Pegasus Markets SL, radicada en Nueva Zelanda, había perdido la licencia en aquel país y no podía operar en España, extremos que Pérez Bello, “juez en excedencia, abogado en ejercicio y con conocimientos financieros”, según subraya la sentencia, conocía cuando aconsejó a los ahorradores que invirtieran su dinero. Además de a devolver la suma defraudada, ha sido condenado en costas.
Durante años, Benito Pérez Bello, encausado en otro proceso por estafa en un juzgado de Vitoria junto a un ex deportista de élite reconvertido en gurú financiero, se ha ofrecido durante años como abogado a víctimas de Pegasus en varias provincias sin informarles de su simbiosis con la empresa que operaba el fraude, según la sentencia. El fundador de Pegasus Markets, Rafael Ruiz Lemonche, condenado en tres causas por estafa y apropiación indebida, debía de haberse sentado también en el banquillo en Barcelona, pero no compareció, fue declarado “en rebeldía” y está en busca y captura.
Durante el juicio, Pérez Bello aportó una documentación, que luego quiso retirar y que las magistradas tienen en cuenta para condenarlo, como prueba de que él mismo, “o más bien su esposa”, según la sentencia, había invertido 200.000 euros en Pegasus antes de aconsejárselo a los tres querellantes y que también perdió la inversión.
El tribunal entiende que eso y las propias acciones legales que Pérez Bello ha ejercido contra Lemonche “pueden ser perfectamente una cortina de humo creada para preconstituir una eventual defensa”. Los consejos, la propia redacción de los contratos, que corrió a cargo del entonces abogado Pérez, y la ocultación, primero de la suspensión de la licencia para operar y luego de la declaración de concurso de acreedores de Pegasus Markets, llevan al tribunal a considerar probado que hubo intención de engañar.
La sentencia, dictada por dos votos a uno, cuenta con un voto particular que, aun admitiendo que existen “indicios poderosos” del delito, también considera que hay “dudas mínimas, pero razonables” sobre la culpabilidad del acusado y propone su absolución. “La absolución no se deriva de la prueba de la inocencia, sino de la frustrada prueba de la culpabilidad más allá de toda duda razonable”, afirma la jurisprudencia del Supremo citada por el voto particular.
A lo largo de la última década, en excedencia como magistrado y ejerciendo como abogado, Pérez Bello ha ido apareciendo en numerosos procesos por estafa, a veces como imputado, en otras como defensa de alguno de sus socios, como el caso del ex jugador de la ACB reconvertido en autor de libros de autoayuda financiera, Aitor Zárate, y, en un ejercicio de funambulismo procesal, como acusación en nombre de estafados por Pegasus Markets y su fundador, Ruiz Lemonche.
Tras la publicación en EL PAÍS de una crónica sobre el juicio y el perfil de Pérez Bello, el abogado de un nuevo perjudicado de Pegasus Markets, se puso en contacto con este diario para dar cuenta del mismo modus operandi: Pérez Bello se había ofrecido a “ayudar” en el proceso contra Ruiz Lemonche, pero sin advertir que él mismo iba camino del banquillo por actuar concertadamente con él. Esta semana, la Audiencia de Barcelona ha condenado a Bello a cuatro años de prisión, a devolver el dinero defraudado y a pagar las costas. Aunque la sentencia es recurrible, Pérez Bello no podrá incorporarse de momento a su plaza en un juzgado de instrucción de la ciudad.










