Las selecciones de Argentina y España reavivan una de las citas intercontinentales más esperadas: la Finalissima quedó prevista para la tercera semana de marzo de 2026, en una ventana FIFA disponible entre el 23 y 31, según confirmó el diario AS tras una reunión de AFA, UEFA, Conmebol y la RFEF. Será la reedición del trofeo instaurado en 2022, cuando la Albiceleste de Lionel Messi goleó 3‑0 a Italia en Wembley, y enfrenta a los campeones de la Copa América y la Eurocopa
La Scaloneta tiene su calendario aliviado gracias a su clasificación temprana al Mundial del año próximo que se realizará en Norteamérica pero España todavía no puede confirmar su disponibilidad porque no comenzó su camino hacia ese certamen. El equipo que cuenta con Lamine Yamal como máxima figura recién juega sus dos primeros partidos en septiembre, ante Bulgaria y Turquía, y en marzo del año próximo están agendados los repechajes.
Si España asegura el primer lugar en su grupo, donde también está Georgia, evitará ir por por esa «repesca», situación que le abrirá paso a un marzo liberado como fecha ideal para citarse con la Selección Argentina.
En caso contrario, el partido podría postergarse o reubicarse. A la espera de la sede —hay opciones en Europa, Estados Unidos o Asia—, la lógica indica mover la Finalissima hacia América, como una antesala con sabor a Mundial 2026 .
La sede del choque no está confirmada pero hay cuatro destinos que ya se pusieron sobre la mesa y están dispuestos a invertir lo que sea necesario con tal de recibir a semejante partido. Uno es Estados Unidos, que serviría como ensayo para el Mundial; otro es Londres, que ya tuvo a la Finalissima en Wembley; el tercero y el cuarto se asocian a los petrodólares de Medio Oriente, con Qatar y Emiratos Árabes Unidos en la lista de espera.
Este duelo no será un amistoso más: enfrentará a dos campeones recientes de torneos mayores y a selecciones en plena preparación para el Mundial, menos de cuatro meses después. Para Scaloni y Messi, será una oportunidad de afirmar ambiciones. Para España, un test de alto vuelo con su nuevo ciclo encabezado por jóvenes figuras como Lamine Yamal. La Finalissima ya no es una promesa: es un partido que se siente y promete emociones antes del gran desafío global.