De Frutos sonroja a Gazzaniga para dicha del Rayo Vallecano | Fútbol | Deportes

De Frutos sonroja a Gazzaniga para dicha del Rayo Vallecano | Fútbol | Deportes


Este Rayo no cambia. Su fabuloso ejercicio de introspección le da para conocerse y saber lo que tiene, también para limar sus defectos y exprimir sus virtudes. Esas que el año pasado le llevaron a la Conference y que en este le valieron para descoser en el alzamiento del telón de la Liga a un Girona que se perdió por el camino, falto de ideas y personalidad en defensa, tan torpe con la pelota como tibio con las ofensivas rivales. Obra y arte del punta De Frutos; obra y despropósito del meta Gazzaniga.

1


Paulo Gazzaniga, Daley Blind (Vitor Reis, min. 57), Arnau Martínez (Hugo Rincón, min. 57), Ladislav Krejcí, David López, Jhon Solís, Yangel Herrera (Thomas Lemar, min. 69), Joel Roca, Yáser Asprilla (Portu, min. 45), Bojan Miovski (Vladyslav Krapyvtsov, min. 44) y Viktor Tsygankov

3


Augusto Batalla, Pep Chavarría, Andrei Ratiu, Luiz Felipe (Pelayo Fernández, min. 45), Florian Lejeune, Álvaro García (Pacha Espino, min. 84), Unai López (Óscar Valentín, min. 80), Pathé Ciss, Isi Palazón, Pedro Díaz (Gerard Gumbau, min. 69) y Jorge de Frutos (Randy Nteka, min. 80)

Goles
0-1 min. 17: De Frutos. 0-2 min. 19: Álvaro García. 0-3 min. 44: Isi. 1-3 min. 56: Joel Roca

Arbitro Javier Alberola Rojas

Tarjetas amarillas
Luiz Felipe (min. 14)

Tarjetas rojas
Gazzaniga (min. 42)

Lamentaba Míchel que en el curso anterior no pudo, o no supo, trabajar en verano porque primó el rendimiento al juego, exigido como estaba por la Champions y sus suculentas recompensas económicas. Se olvidó de los cimientos y, reconocía, cambiar el paso durante el año se le atragantó al Girona, al punto de que por momentos atendió al retrovisor, no fuera que el coco del descenso lo engullera. No fue así y durante esta pretemporada Míchel sí ha podido sentar las bases, volver al fútbol que le gusta, el que se explica con el balón entre los pies, con la posesión por bandera pero la verticalidad por imposición. Y así se mostró de inicio el equipo, feliz y cómodo con la pelota… Pero duró bien poco. Más que nada porque los titubeos se pagan caros.

Sucede que al Rayo no le intimida un rival que amase el esférico, equipo con callo y solidario como pocos, defensa colectiva para salir a la contra sin remilgos, pocos pases y muchos metros, pelotazos con sentido en busca de De Frutos, el nuevo delantero de Íñigo Pérez y la apuesta ganadora. Pichichi en pretemporada, también fue el primer goleador de la Liga porque Gazzaniga cometió un error de los que quitan el hipo.

Resulta que el portero recibió el balón de David López. Pase limpio. Sin apuros. Pero una insospechada encrucijada para Gazzaniga porque casi le pegó al aire en su intentona por conectar con Krejci. Jauja para De Frutos, que persiguió la jugada y acabó por llevarse el premio gordo. Para su fortuna, aunque también gracias a su brega, hubo más. Y fue en la siguiente jugada, después de unos de esos desplazamientos orientados desde su zaga. Peleó y ganó la posición, aguantó el achuche de Krejci y llegó a la línea de fondo para dar un pase de la muerte a Álvaro, que puso el pie y otro tanto. Dicha rayista y consternación del Girona, que tembló de mala manera y echó al traste lo propuesto. De poco sirve querer la pelota si desde atrás todo son sudokus.

Así lo aclaró Gazzaniga, que tuvo una tarde de lo más aciaga. Sucedió que recibió otro pase y, en vez de sacársela de encima, trató de recortar a un De Frutos infatigable. El quiebro se quedó en un chisgarabís, bola para el delantero y penalti y expulsión del portero. Tres bofetadas al descanso que si no fueron más fue por las dos grandes paradas del sustituto Krapyvtsov.

Con uno menos sobre el tapete, el Girona varió el plan, más rezagado y a la contra, inspirado Tsygankov con un cambio de ritmo y un pase que valieron el gol del joven Joel Roca, que ha venido para quedarse. Se dio después la rueda de cambios (estrenos en el Girona de Lemar, muy activo, de Rincón y del citizen Reis) y el equipo de Míchel trató sin éxito meterse de nuevo en el partido porque el Rayo, de nuevo viejo más que diablo, supo guardar la pelota y cortar el juego, ponerle cloroformo al envite.

Y sanseacabó.

Después de una temporada gris, donde los fichajes no aguantaron la comparación con el pasado reciente, el Girona comenzó el año con muchos deberes. No así el Rayo, que sigue a lo suyo, que tan bien le va. Eso grita De Frutos a los cuatro vientos.