El Gobierno nacional formalizó este jueves la ampliación del consumo eléctrico subsidiado para zonas definidas como de bajas temperaturas, pero la medida dejó afuera a las cuatro provincias del Noreste argentino: Misiones, Formosa, Chaco y Corrientes. La decisión fue oficializada mediante la Disposición 2/2025 de la Subsecretaría de Transición y Planeamiento Energético, publicada en el Boletín Oficial.
Según informó Canal Doce de Misiones, la normativa establece un consumo base subsidiado de 700 kWh mensuales para usuarios de Nivel 2 (menores ingresos) y de 500 kWh para los de Nivel 3 (ingresos medios). Sin embargo, este beneficio está limitado a las subzonas climáticas IIIa, IVa, IVb, IVc, IVd, V y VI, catalogadas como regiones de “frío” conforme a la norma IRAM 11603/2012.
NEA, con los topes más bajos
En la práctica, esto implica que el aumento del beneficio alcanzará a provincias como Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, San Luis, Mendoza, La Pampa, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego. En el NEA, en cambio, se mantienen los topes más bajos de consumo subsidiado: 350 kWh mensuales para hogares de bajos ingresos y 250 kWh para los de ingresos medios.
La decisión forma parte del proceso de readecuación de subsidios energéticos, orientado por el Gobierno nacional a focalizar la asistencia en función de la vulnerabilidad social y las características climáticas. No obstante, el criterio excluye a regiones como el noreste del país, donde el acceso al gas natural es muy limitado o inexistente y la energía eléctrica es el principal recurso para la climatización de los hogares, tanto en invierno como en verano.
Refacturaciones
Desde los organismos reguladores y las distribuidoras eléctricas ya fueron notificados para ajustar los cuadros tarifarios y realizar las refacturaciones correspondientes cuando haya diferencias a favor de los usuarios en las zonas alcanzadas por el beneficio.
Mientras tanto, el NEA queda relegado en el esquema de subsidios, sin una compensación que tenga en cuenta la exclusión de la red de gas natural y las necesidades energéticas que, aunque no vinculadas al frío, también son fundamentales para la calidad de vida en la región.